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Estaba sentada en el pasto, sintiendo la suave y fresca brisa que cruzaba por el jardín, ese sin duda era mi lugar favorito en el mundo, ahí siempre podía desahogarme , llorar, reírme, poder ser yo misma. Desde muy pequeña eh sido muy propia para hablar de verdad odiaba balbucear y odiaba que me trataran como una bebe.
-¡Paula, bebe ven aquí !- voltee los ojos - Hay pequeña estás muy linda, ven bebe - dijo mi tía.
- Haber tía me disculpas usted pero yo no soy una bebe, ¡¿Qué no puedes hablar bien?-odiaba que me mimaran, ya no era una bebe.-salí corriendo al jardín nuevamente-
Me encantaba el simple hecho de estar en mi hogar con mis padres, en el jardín, con mis mascotas, la alberca, el trampolín simplemente era todo perfecto, era muy pequeña sin preocupación alguna al menos hasta ese momento...
Tiempo después
Ya tenía 8 años estaba por cursar en el Colegio Griego donde ahí curse todo kínder , primero y segundo de primaria ya era parte de él hasta que mis padres decidieron cambiarme al Instituto Londres, no conocía a nadie solo a mi primo que era un grado más que yo por lo cual cuando entré me sentía incómoda y no le hablaba a absolutamente nadie, le di gracias a dios cuando era la hora del receso.
-¡SI¡- salí corriendo del salón y me dirigí hacia el patio de la escuela buscando a mi primo.
-Paula aquí- dijo mi primo.
Me dirijo hacia el con velocidad pero cuando estoy enfrente de él veo que está acompañado con otro niño se veía muy simpático.
-Pau, él es mi mejor amigo Alfred- el tipo me saludo amablemente con un simple hola Y una sonrisa muy linda.
-Hola- respondí a respuesta, veo que se fijó en mis oyuelos que se me hacían en cada cachete, él sonrió - me llamo Paula-
-Lindo nombre, espero que seamos muy buenos amigos, ¿Porque no te quedas con nosotros por hoy?- respondió Alfred.
-Si además no tengo con quien estar- sonreí
-Si no te preocupes así es el primer día- respondió. Ya me sentía en confianza, él hacía que me sintiera bien.
Con el paso de los meses no le hablaba a nadie más que a mi primo y Alfred era lo mejor estar con ellos, me divertía demasiado y muy rápido  Alfred se fue ganando mi confianza, era sorprendente como cada día nos hacíamos más cercanos, él me contaba todo y yo a él, lo quería demasiado, él fue mi primer mejor amigo, todo en el Colegio iba bien, claro no todo era perfecto había siempre una una gota de aceite  que colmaba el vaso perfecto de agua y esa gota era Tifany.
-¿Qué le e hecho para que me mire así?- le dije a Alfred, empezó a reír.
-¿Qué?- respondí a respuesta de su risa.
-¿Enserio no lo sabes Pau? Jajaja es que no ves que te tiene envidia a morir.
-¿Envidia? Ja-Ja-Ja, que gracioso eres Alfred, ¿Ella a que me tendría envidia?- respondí  molesta a su respuesta absurda.
-No puedo creer que no te des cuenta, ella no soporta lo bien que me caes, no te lo eh dicho pero ella traía onda conmigo y yo jamás estaría con una sangrona como ella, es una engreída de lo peor- No pude evitar la risa y esta ves era de verdad.
-Pues tiene que aceptar que nadie la querría por más hermosa que fuera físicamente- respondí.
-Pau, me alegra que creas eso porque créeme q hasta el hombre más tonto siempre se quedara con la de buenos sentimientos, si algún día no estoy ahí recuerda que debes aceptarte y recordar que eres hermosa tal y como eres, me encanta tu pelo ¿Ya te lo dije?- me ruborice.
-Cállate Alfred- sonreí - te quiero- le dije con mucha sinceridad.
-Yo aún más Pau- me abrazo y pude sentir su muestra tan considerada de afecto -Mejores Amigos por siempre- levanto el meñique de símbolo de promesa, yo también alce mi dedo meñique.
Después de unos días, una semana para ser exactos estaba con Alfred caminando alrededor del patio del colegio en silencio hasta que él lo rompió.
-¡Tierra llamando a Pau!- dijo Alfred dándole un tono divertido.
-¿Qué pasó?- Dije regresando a la conversación.
-Pues estábamos hablando del partido de futbol que tendré mañana contra el otro instituto, te estaba invitando, pero como estabas perdida en otro planeta te apuesto que no me escuchaste en lo absoluto- dijo Alfred con un poco de molestia.
-Perdona Alf - (así le decía yo de cariño: Alf) - No estaba pensando en algo importante, claro amigo si iré, no me lo perdería por nada- respondí .
-Estas obligada a ir- dijo juguetón.
En el día  del partido estaba sentada en primera fila de las bancas de su equipo, vi s mi primo desde lejos, también venía a apoyar a Alf.
-¡Aquí!- Le grite enseguida a mi primo para que se sentara a ver el partido junto a mí, me vio y enseguida se dirigió hacia mi.
-¿Ya tiene que inició?- preguntó preocupado mi primo.
-No, apenas están comenzando-respondí.
-perfecto- sonrío. -Creí que llegaría tarde, termine de convencer a mis padres, les tube que rogar para que me dejaran venir- dijo simulando estar agotado.
-Ya lo creo- conteste, conosco a mis tíos, sé que ellos son muy estrictos con mi primo. -Pero ya estás aquí y eso es lo que importa- le dije siendo entusiasta.
Al final del partido el equipo de Alfred había ganado, el metió todos los goles y yo estuve en la primera banca para apoyarlo, pero claro Tifany estaba mirándome desde dos ha cientos más arriba y cuando me voltio a ver me pare enseguida.
-¿Tienes algún problema Tifany?- Le dije a esa tipa.
-Este... No ... No... -Titubeo
-Excelente-dije, y me fui a felicitar a el mejor amigo que jamás pude tener.
-¡Alfred! ¡Felicidades!- Lo abrace con fuerza y no obstante el me cargo mientras me abrazaba (me sentí incomoda), nunca había tenido ese tipo de afectos tan explícitos hacia mi, cuando por fin me dejo al suelo voltee la cara rápidamente, evitándolo ver, me sentí confundida a la acción y me fui a esperar a mi primo y Alfred atrás de la cancha. Cuando voltee al otro lado vi que sólo venía Alfred. (no, no, no)
-¡Pau!- me grito y empezó a correr hacia mi.
-¿Por qué te adelantaste y te fuiste corriendo?- me dijo Alfred.
-Mmmm... No por nada simplemente no quería estar tanto tiempo en el sol- Dije sonando demasiado nerviosa, bien hecho Paula me dije a mí misma.
-¿Es por lo del abrazo?- me dijo serio - Mira no pienses mal simplemente estaba demasiado emocionado por la ganada del partido pero sí a ti te causa molestia no lo volveré hacer.- Me dijo molesto, se dio la vuelta para salir por la otra entrada y empezó a correr, fui tras el hasta que por fin lo alcance, al fin llegue a su lado.
-¿Qué pasa Alfred?- le dije expresando preocupación y tristeza
-Nada... Oye- me dijo mirándome a los ojos, me detuvo poniéndose adelante de mí. -Mira lo que te diré es algo un poco raro para mí, de verdad no sé que me llevó a sentir esto por ti, eh estado enamorándome de ti cada día y no te quise decir porque temía que me rechazaras o que me dejaras de hablar, yo no resistiría que me dejaras, si tú no me quieres no te preocupes lo entiendo y te pido perdón por lo del abrazo pero es que siempre estás ahí- se empezó a acercar demasiado hasta que sentí el roce de su nariz con la mía y comenzaba a detectar su aliento cerca de mi, (me separé al instante) se me quedó viendo con cara de derrota.
-Alfred.. Nunca me imaginé que sintieras algo más por mí y la verdad es que yo te quiero demasiado pero de una manera amistosa y te agradesco tus muestras de afecto pero esto es muy difícil para mí, yo solo te puedo amar como mi mejor amigo y nada más, perdóname pero no quisiera hacerte ilusiones de algo que nunca pasara, de verdad perdón y no quiero que lo que está pasando nos afecte, solo te quiero dejar las cosas claras y directas y no te lo tomes a mal pero no me puedes hacer esto, sabes que lo único que podemos ser es amigos.- Sentía que se me rompía el corazón en mil pedazos, quería mucho a Alfred y no quería lastimarlo.
Sus ojos se empezaron a llenar de lagrimas... (No, no, no) pensé, se las quitó con sus manos y se creó un incómodo silencio.
- Pues, está bien- me respondió secamente - Nos vemos mañana Paula- se fue sin más, nunca me había dicho mi nombre completo.
Lo vi caminar desde lejos y vi cuando se subió a su camioneta de repente sentí un dolor en el pecho, ¿Pero qué le estaba pasando?, ¿Cómo quería que lo entendiera?, del poco tiempo que llevamos de conocernos, jamás me imaginé que le gustaba.
Al día siguiente vi a Alfred en la entrada de la escuela pero.... No estaba solo (excelente), estaba con Tifany, sentí una fuerte rabia y pasa por la entrada solamente viéndolo de reojo, como es que mi mejor amigo está con la persona que más odio y sabiéndolo el que la odio.
-Hola Pau- me dijo mi primo, no le respondí y seguí caminando aún más rápido.
Por suerte ellos eran un año mayor que yo y me quede con la mente en blanco en todas las clases, no sabía que pensar de ayer. A la hora del receso no sabía qué hacer, estaba enojada con Alfred y con mi primo no quería hablar. Me senté en un banco Solá y viendo hacia el cielo hasta que alguien se sentó a lado de mi, era Alfred.
-Hola- me dijo casi como un susurro.
-¿Por qué no te vas con tu mejor amiga Tifany? creo que te está buscando- le dije intentando ser demasiado obvia con mi molestia.
-¿Qué tiene de malo que este con ella?- me dijo con una sonrisa de satisfacción en su cara, él sabía perfectamente que no me caía nada bien Tifany.
-Nada, es más ve con ella ahora, a mí no me afecta en lo absoluto- le dije sonando muy directa y sin ningún sentimiento a la deriva.
-Oye perdona, perdón por no entenderte ayer, lo que pasó en el estadio de futbol fue muy raro y entiendo que te sintieras confundida, no quiero perder tu amistad, te quiero Pau- me abrazó con mucha ternura y me lleno de sentimiento. -Le hable a Tifany solo para molestarte pero la verdad que es odioso estar con ella- me dijo Alfred.
-Si te perdono, pero por favor ya no hay que pelear nunca más y por lo de Tifany, vi tu cara de sufrimiento al hablar con ella- me reí y el también.
-prometamos que no volveremos a pelearnos- alzo el meñique en símbolo de promesa, yo le cante el mío.
-lo prometo- me abrazo y sentí un gran alivio de que mi mejor amigo me entendiera y aceptara su error.-Alf vamos con mi primo- le dije entusiasta.
-Vamos- me dijo.
Buscamos a mi primo con la mirada y cuando lo vi le dije a Alf y caminamos hacia el.
-Hola- nos saludo mi primo .
-Hola- respondimos Alf y yo al unísono, nos volteamos a ver al momento, y nos sonreímos.
-¿Ya se reconciliaron?- dijo de una manera divertida mirando hacia bajo y cuando me di cuenta de lo que estaba mirando reacciones, Alfred y yo íbamos tomados de las manos sin darnos cuenta me enrojecí. -Pau ¿Por qué tan nerviosa?- me dijo riéndose y haciéndomela de un pancho.
-¡Cállate!- le dije a mi primo intentando no voltear a ver a Alfred y cuando lo hago, está más rojo que yo y sus cachetes estaban ruborizados.
Cuando volví a casa mis padres estaban en su cuarto viendo una película, la convivencia entre mis padres y yo es muy linda, mi papá siempre fue un hombre muy divertido, jugaba X-box con migo en la sala de juegos y mi mama y yo siempre íbamos de compra y me contaba historias, jamás había oído a mis padre pelear y ellos nunca me pegaron y mucho menos me gritaron, mi vida era un poco loca en la escuela pero mi casa y sobre todo el jardín eran mi refugio y mi lugar favorito, donde podía relajarme y aclarar mi mente e ideas, todo iba muy bien hasta ese momento.

Un caos de emociones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora