Capítulo I: un día de locos

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Hola, me llamo Charlotte, y soy la protagonista de esta historia. Soy morena, bajita y tengo unos ojos marrones del color del caramelo tostado. Dani, mi hermano, es rubio y de estatura media para su edad, con unos ojazos verdes a los que envidio desde el día de su nacimiento. Tanto yo como mi hermano odiamos nuestra infancia, ya que cuando éramos niños nuestros padres murieron en un accidente de coche. Desde entonces vivimos con Roger, nuestro padre adoptivo.
Desde el día en que Roger nos adopto, vamos viajando de un lado a otro, sin descanso, cada mes un cambio de hotel.
Hasta ahora ya hemos estado en: Bucarest, Madrid, Paris, Londres, Florencia, Marruecos, Lanzarote, Tenerife, Y muchos otros como Nueva York.
Este viaje, Roger nos a dicho que es una sorpresa, pero que nos va a gustar. Pero a mi no me convence porque, nunca estaré a gusto sin estar en el lugar donde me crié, tuve amigos y vivi feliz.
Yo tenía 8 años cuando mis padres murieron, y mi hermano Dani 5.
En ese momento vivíamos felices en Miami.
Mientras que yo, Dani y mi "padre" Roger viajábamos en coche a alguna parte (el viaje era una sorpresa) yo miraba con una mirada perdida por la ventanilla de aquel vehículo plateado. Todo lo que veía me resultaba totalmente familiar. Según avanzábamos con nuestro viaje, veía a la gente pasar. A lo lejos observé a un grupo de adolescentes que me resultaron muy familiares. ¿Serían mis amigos? Mientras pensaba eso me resbaló sigilosamente una lágrima salada que me limpié en seguida para que ni mi hermano ni Roger me vieran. Justo en ese mismo instante mi padre tocó el claxon, y yo entusiasmadamente miré de nuevo por la ventana. Fue entonces cuando el grupo de adolescentes que había visto anteriormente, nos miró y levantó un cartel que decía: "bįęńvęńįđøš ą çąšą".

¿Existe? Es magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora