Chalsea Rose Clark murió el 6 de Julio, un resfriado mal tratado afecto su enfermedad. Sus cosas fueron repartidas a sus cercanos con la ayuda de una carta que dejó antes de morir.
Mandy recibió sus videojuegos y libros. Kendall recibió su máquina fotográfica. Mis padres recibieron su mapa de California. Y yo recibí sus diarios y su colección de discos.
Si ella me hubiese dicho de sus sentimientos antes hubiese podido aprovechar más tiempo con ella. Sigo molesta por no dejarme decidir a mi pero aún la amo. Han pasado 3 años de su muerte y he entrado a la universidad, aún estoy en casa de mis padres y mi hermana menor leía uno de los libros que le dejó Chalsea.
- ¿La extrañas? - Miré a mi hermana que cerro el libro.
- Cada día. - Suspire.
- Estaba leyendo los libros y hay marcas de lágrimas, siempre fue sensible.
- Si lo fue.
- Encontré algo entre los libros. - Ella me miró. - Ella quería que fueras feliz incluso si no era con ella.
- Nadie me hará sentir como ella. - Mi hermanita de 13 años frunció su ceño.
- No se trata de eso, se trata de darle una oportunidad a alguien y sentir algo nuevo incluso si aun le quieres. Ella siempre sera Chalsea, ya sabes la chica que te enseño a amarte. Pero hay mas chicas dispuestas a amarte, tu deberías estar dispuesta a amar a alguien que entienda lo que sientes.
- ¿Cuando has crecido tanto?
- No lo sé, pero trato de no cambiar tanto. - Murmuró antes de levantarse. - Ella siempre esta a nuestro lado de una manera. Sus libros me han ayudado para entender cosas.
- Sus bitácoras de vida me enseñaron a amarme y como cosas tan simples te hacen feliz.
- Tu bitácora favorita es 'Caitlin'. - Yo sonreí. - La mía también.
- Ella fue una gran chica.
- Tú ayudaste mucho a que se comportara como una.
- No. - Negué. - Ella me ayudó a que me comportara. Pero eso lo entendí algo tarde.
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Caitlin
Teen FictionMicropartes de un joven amor. Cualquier coincidencia con la realidad es pura verdad.