Prólogo

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En algún momento de tu vida, te enamoras.
Y si te enamoras de verdad, jamás podrás olvidarlo: el suceso se graba en tu piel, en tu cuerpo y en tus sentidos. A partir de entonces, nada te parecerá igual.

Si te enamoras de verdad, muchos labios te sabrán a nada y muchas palabras no tendrán significado alguno. Pero un nombre, tan sólo un corto nombre podría causar torrentes de escalofríos en tu espina dorsal.

Todos tenemos un causante, te hayas enamorado o no.

Mi causante me hizo enamorarme profundamente de él. A partir de su aparición, me hizo olvidar el resto de la gente, incluso me perdí a mí.

Y me perdí para siempre cuando se fue, y lo perdí a él. Y perdí mi historia.

De poco en poco la historia se convirtió en cientos de borrones, borrones marchitos e imperceptibles.

Pero los días sin él... esos fueron la transición.

¿A qué?
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Déjalo Ir. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora