Capítulo 1: "Ojos grandes".

319 42 9
                                    

Una tarde común, para Kim JongIn...

Trabajar todo el día en una juguetería podía ser divertido, pero también agotador, muy agotador.
A JongIn le gustaban los niños, de eso no había la menor de las dudas, amaba verlos correr de aquí para allá buscando algún juguete.

-Di...disculpe...- una niña de largas pestañas y cabello rubio lo llamaba.

-¡Oh! ¿sucede algo?- la niña parecía muy avergonzada, juntaba ambos dedos en señal de timidez.

-Qui...quiero esa muñeca...- JongIn se entirnecio con la escena, la pequeña no podría tener más de 4 años.

-¡Por supuesto!- a la pequeña se le encendieron las mejillas de una forma realmente tierna.

-Disculpe joven.- Y ahí venia, la hora de la "madre consentidora".

-Digame señorita.- a JongIn le gustaba tratar bien a la gente, por lo general era una persona muy educada.

-Me gustaría llevar esa muñeca.- la mujer parecía cansada.

-¿Tiempos duros?- la mujer suspiro cansada.

-Demasiado para mi gusto, además tener una niña sola no es algo muy fácil.- la pequeña no lo entendia, pero JongIn sí, ¿cuanto no habría sufrido aquella mujer?

-Comprendo.- JongIn no dijo más, se apresuro a cobrar el dinero y a envolver el juguete.

-Muchas gracias por su compra, que tenga un excelente día.- la pequeña se despidió de JongIn con una sonrisa impecable y llena de felicidad, eso hizo que se empocionara.

Él no creía que tener un bebé fuera mucho trabajo, hecho lo veía como uno de sus principales anhelos.

JongIn era completamente soltero, la vida no le había dado esa oportunidad, se había enamorado pero para su desgracia había sido rechazado.

Después de un buen rato, la juguetería ya estaba cerrando, lo que significaba volver a casa.

-Joven Kim, ¿podrias cerrar la tienda?- el jefe de JongIn er muy amable, y negarle un favor era imperdonable.

-¡Claro!- JongIn tomo las llaves con entusiasmo, jamas habia tenido ese privilegio, o más bien esa responsabilidad.

Una vez que la tienda ya estaba cerrada JongIn se puso en marcha para ir a casa, hoy fue un día de arduo trabajo y necesitaba descansar.
Las calles de Busan, estaban llenas de peligro durante la noche, y no era seguro ir por ahí solo.
JongIn siguió su camino pero se percato de un pequeño niño, que caminaba, solo. La preocupación lo inundo.
¿Dondé estaría su madre?, ¿cuanto tiempo tendría él pequeño ahí?
Se acerco con cuidado, no quería asustarlo.

El pequeño se percato de su acercamiento y lo miró con detenimiento, JongIn quedo fascinado con aquella imagen, él pequeño tenia unos ojos preciosos.

No lo pensó dos veces, JongIn tomo al niño en brazos y lo envolvió con su camiseta, dedicándole una sonrisa amistosa y llena de ternura. No tardaron mucho en llegar a casa, JongIn vivía solo, él mismo lo había decidido, sus padres en un principio no lo aprobaron pero JongIn consiguió su permiso alegando que ya era lo suficientemente responsable.

Y valla que lo era, ahora tenia a un niño, ahí mismo, en su pequeño y acogedor departamento.

El pequeño solo se dedicaba a ver los extraños juguetes que tenia JongIn sobre su mesa.

-¿Como te llamas pequeño?- JongIn quería que él pequeño tuviera confianza con él,

-Do... Do- pequeños balbuceos salieron de los abultados labios.

-¿Dodo?- ¿qué clase de nombre era ese? Aunque pensándolo bien, era adorable, al igual que él.

-¡Dodo!- parecía que así era, el pequeño niño se llamaba Dodo.

-Bien Dodo, ¿tienes hambre?- JongIn no sabia absolutamente nada de el pequeño, ni su nombre completo, ni porque estaba solo, nada.

-¡Dodo, tiene hambre!- JongIn no pudo evitar lanzar una carcajada, ¿como podía ser tan adorable?

-¿Qué es lo que quieres comer?-

-Po...po...- ¿What?

-¿Popo?- ahora el que reía era Dodo.

-¡Dodo quiere pollo!- risotadas, eso era lo que ambos producían.

-¡Pollo sera!- JongIn estaba convencido de que ese niño debía ser suyo, ¿quien podría cuidarlo como él?

El pequeño de ojos grandes se dedicaba a comer como si no hubiera un mañana, y JongIn pensaba que era la cosa más adorable del mundo.

-¿Has terminado?- Dodo asintio pegando un tremendo bozteso, que JongIn no dejo pasar.

-¿Tienes sueño?-

-Si.- JongIn cargo al pequeño y lo llevo hasta su habitación, ya era suficiente incluso para él.

-Descansa Dodo, mañana sera un nuevo día.-

-KyungSoo...-

-¿KyungSoo?-

¿Quién percebes era KyungSoo? JongIn no sabía si preocuparse o sentirse culpable, acaso, ¿habia hecho algo malo?

KaiSoo:  "El pequeño pingüinito".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora