23. ¿Cuál es tu color favorito?
— ¿De que estas hablando? — Preguntó Ian dándose la vuelta por primera vez en toda nuestra conversación. El miedo podía reflejarse en sus ojos azules.
— ¡No se abre! ¡La puerta no se abre!— Grité yo mientras continuaba tirando de la manilla con toda mi fuerza.
— ¡Déjame a mí!— Suspiré con odio haciéndome a un lado. ¿En serio Ian tenía que hacerse el machito ahora?
Ian tiró de la puerta varias veces, pero esta no cedió ante su fuerza. Esboce una sonrisa de satisfacción. La idea de quedarme encerrada con Ian no me agradaba para nada, pero el hecho de que la maniobra de machito no hubiera funcionado, sí que me proporcionaba cierta satisfacción.
—Estamos encerrados. —Sentenció Ian poniéndose pálido.
— ¿De verdad? — Pregunté yo sarcásticamente. Me crucé de hombros a la defensiva. Estaba a punto de perder los nervios. Tenía que pensar en una manera de largarme de allí cuanto antes. La satisfacción de la derrota de Ian ya se había evaporado, y solo quedaba la tensión del ambiente. —Podemos romper el cristal.
— ¿Vas a romper un cristal de la casa del decano?— Contestó Ian arqueando las cejas.
— ¿Tienes una idea mejor? — Pregunté yo de vuelta. Me cubrí los hombros con los brazos para protegerme del frio. Llevaba un vestido de color burdeos de manga corta. ¡Dentro de la casa del decano por supuesto que había calefacción! Pero no en el balcón.
—No pienso romper nada del mobiliario de la casa del director de mi universidad.
Bufé cabreada. Tenía que reconocer que romper la ventana de la casa del decano no era una buena idea. Todavía tenía la ilusión de que se plantearan aceptarme. Aunque eso significara ver a Ian y a Jack todos los días durante los siguientes tres años que coincidiéramos los tres en la universidad... Y por supuesto a Becca.
Ian había roto conmigo hace apenas cuatro horas, había conocido a su novia, y me había plantado otra vez... ¿Y tenía que quedarme encerrada con él? ¡Aquel podía ser calificado el momento más incómodo de toda mi vida! Había tenido el momento de protagonizar una salida triunfal, pero había sido truncada por aquella estúpida puerta.
De repente, la memoria me jugo una mala pasada. ¡Aquello ya lo había vivido! Solamente que se trataba de un ascensor, y no de un balcón, y sobretodo, era Ian quien quería intentarlo conmigo, mientras yo le daba evasivas.
No pude evitar soltar una ligera carcajada ante la situación. La vida a veces podía ser muy cruel. Y mi karma estaba preparado para devolverme todo el daño que había causado el año pasado.
— ¿De qué te ríes? —Inquirío Ian desde el otro lado de la terraza. Se había sentado en la en el suelo, apoyado justo en la barandilla contraria a la mía, literalmente al otro extremo del balcón, cómo si yo oliera mal o tuviera alguna enfermad contagiosa.
—Esto me recuerda a hace un año. Cuándo nos quedamos encerrados en el ascensor de la residencia masculina. Mis labios se curvaron en una sonrisa melancólica. No tenía nada que perder, ya había hecho el ridículo incontables veces en menos de un día. ¿Qué más daba rememorar los dulces viejos tiempos?—Entonces eras tú el que quería que nos diésemos una oportunidad.
—Me pediste diez razones. Diez razones y dejarías a Jack por mí. — Contestó Ian con un deje de rencor en la voz.
—Pero nunca llegue a oírlas. — Respondí yo cruzándome de brazos.
— ¿Habría cambiado algo? —Preguntó Ian mirándome fijamente a los ojos. — Estabas ocupada jugando a las casitas con Jack.
—Eso no era así... —Bajé la mirada algo avergonzada. Eso era ciertamente así, pero no quería reconocerlo.
— ¿Y si soy yo el que te pide las diez razones para convencerme de que debemos de intentarlo de nuevo?
—Umm...Contando que estoy algo cabreada contigo en estos momentos... — Contesté yo cerrando los ojos un segundo. Estaba en una encrucijada. Por una parte decirle a Ian que le quería era la única razón por la que estaba allí, pero por otra parte, el tenia novia, me había rechazado y mentido. Mi orgullo me gritaba que le dijera que se fuera a la mierda, pero otra fuerza dentro de mí, pedía que continuara con la misión. Suspiré reuniendo fuerza para actuar. — Solo se me ocurre una...
—Soy todo oídos.
—No he dejado de pensar en ti, Ian. Y sé que tu sientes lo mismo. Toda esa rabia, esa furia, ese rencor... Es por que no has pasado página. Y yo tampoco lo he hecho.
— ¿Y qué hay de Jack?— Aquello no era un reproche. Ian sabía lo que yo sentía por Jack, al igual que yo sabía porque estaba con Rebbeca.
— ¿Y qué hay de Rebecca? — Pregunté yo encogiéndome de hombros. — Sé por qué estas con ella. Dime que no has pensado ni un solo día en mí estos últimos días. Miénteme, y me iré y te dejaré con el clon maléfico de Lizzie, y tu vida de jugador de lacrosse de la universidad.
— ¿Y el pasado? —Preguntó Ian con desconfianza.
—El pasado solo puede hacernos daño, si nosotros le dejamos. Podemos olvidarlo y seguir con nuestra vida, o seguir viviendo en el preguntándonos que hubiéramos pasado si alguno de nosotros se hubiera tragado su orgullo y hubiéramos hecho las cosas bien.
Ian soltó una carcajada, y casi sin darme tiempo a reaccionar, avanzó los escasos metros de la terraza que nos separaban, para posar sus manos sobre mi cara, y fundirnos en un beso. Un beso que significaba tantas cosas. El tiempo perdido, los sentimientos truncados, todas las dificultades del año pasado, el alivio de no tener que escondernos más no fingir más...
— ¡Espera! ¡Creo que deberíamos ir más despacio! — Ian se separó repentinamente de mí. ¿Desde cuándo Ian tenía problemas en ir rápido? — ¿Cuál es tu color favorito?
— ¿Vas a hacerme algún regalo? — Pregunté sorprendida tratando de bromear. —Mi color favorito es el verde.
—El mío es el azul.... ¿Ves? ¡Ese es nuestro problema! Nunca hemos tenido la oportunidad de ser amigos. Nos odiábamos y de repente nos enrollamos en nochevieja. Tú y Jack... Vosotros funcionáis porque os conocéis el uno al otro. Nosotros no somos así...— Ian se alejó un poco, a pesar de que su mano seguía sobre mi cintura.
—Pero ahora no estoy con Jack. — Puse mi mano sobre la mejilla de Ian para impedir que desviara la vista. — Tenemos atracción...Tenemos química. ¿Eso también es importante, no? Puede que sea verdad que no sabemos mucho el uno del otro... Pero no sé... Podemos aprender. ¿No?
—Creo que deberíamos intentar ser amigos antes de ir en serio. ¿Entiendes? Ir viendo cómo se nos da la cosa, si somos compatibles...
—Me parece bien...—Contesté yo cautelosa. ¿Desde cuándo Ian había cambiado tanto? El anterior le hubiera dado igual mi color favorito, con tal de saber cuál era el color de mi ropa interior.
—Tenemos toda la semana para intentar ser amigos... No sé, hacer cosas juntas. Algo que no sea enrollarnos. — ¿Estas segura de que te parece bien?
— ¡Por supuesto! —Contestó yo sonando lo más emocionada que pudiera. Confiaba en que yo e Ian podíamos tener un futuro como pareja juntos... Pero no estaba tan segura en cuestión de hacernos amigos.
Pero al menos teníamos toda una semana para averiguarlo...
¡Jo vuelve a estar metida en un buen problema! ¿Qué os ha parecido este capítulo?
¿Aguantarán Ian y Jo una semana entera sin matarse? ¿Podrá Ian aguantar sin liarse con otra? ¿Podrá Jo aguantar sin rendirse en los brazos de Jack? ¿Y que estará haciendo ahora Logan mientras Jo intenta no ser una asesina de sentimientos?... Y LO MÁS IMPORTANTE. ¿TIENE FUTURO EL TEAMIAN?
Esto y mucho más en los capítulos siguienteeess....
Muchas gracias por todos vuestros votos y comentarios. ¡Os adoro!
—Silvermelon.
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Jo es nombre de problemas. (JNENDC2)
Teen FictionDespués de un tranquilo y largo verano en los Hamptons, Jo esta preparada para comenzar su ultimo curso de instituto. Pero no va hacerlo sola. Los problemas vuelven con ella. Su único propósito para el ultimo año de internado es mantenerse alejada...