En el panteón

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El día de hoy fue diferente a otros, fuimos a visitar la tumba de mi hermano ya que se acerca su cumpleaños, él falleció cuando nació. Cuando llegamos nos dimos cuenta que estaba muy sucio su espacio, había hierba y hojas secas cubriendo su lapida.

Mis padres se pusieron a limpiar, mis hermanos pequeños ayudaban. Mi hermana y yo como de costumbre nos separamos de ellos para ir a buscar una tumba que siempre visitamos cada vez que vamos a ese lugar.

Siempre es difícil encontrarla ya que los caminos son como laberinto y si no tienes cuidado te pierdes o te encuentras un callejón sin salida. Es como un reto para nosotras el poder encontrar la lápida, ya que, al estar medio escondida, pero a la vista también es más difícil llegar a ella.

Es como si entraras en una casa de espejos donde todo se ve igual pero diferente a la vez, caminas por un lado y te encuentras que ya habías pasado por ese camino, regresas y vez que las tumbas por las que pasaste ya no están y son otras.

En los panteones todo es muy confuso, desde las lapidas hasta los caminos, todo sin contar que todo es grande, bello y antiguo. Además de contar con árboles y arbustos.

La tumba que nosotras visitamos es de una niña pequeña que murió cuando ella y sus padres se dirigían al médico ya que ella se encontraba mal. Iban en carruaje ya que en los ranchos aún se usan. En el camino se encuentran con un auto que los está esperando y los asaltan, como era de esperarse terminaron matando a la familia.

Volviendo a la tumba que es más parecido a una casa que a otra cosa, me atrevo a decir que es hermosa. Ya que se encuentra adornada como una habitación de niños. Tiene su cama, sus vestidos, sus muñecas, todo lo que ella tenía cuando estaba viva.

Cuando la encontramos mi hermana y yo siempre nos quedamos un momento y volvemos, esta vez al estar haciéndose tarde decidimos regresar a donde están nuestros padres. Avanzamos entre las tumbas mirando las fotos y leyendo los nombres que en ellas están.

Seguimos caminando hasta encontrarnos de frente con una "casa" que al parecer es nueva ya que nunca la habíamos visto. En ella está la foto de un muchacho con cara seria mirando al frente.

No le damos importancia y la rodeamos, seguimos caminando por unos minutos y curiosamente llegamos a la misma "casa" del joven, pero ahora estábamos de lado y la foto que antes estaba de frente ahora tenía la imagen del joven de perfil y sonriendo.

Eso nos causó un escalofrío, pero pensamos que solo era nuestra imaginación, decidimos volver y seguir buscando el camino para llegar con nuestros padres.

Así seguimos hasta encontrarnos de nuevo con la misma "casa" pero ahora por el otro lado y el joven viendo hacia nosotras, su sonrisa más grande que esta vez sí nos asustó.

Salimos corriendo de ahí, buscando dirigirnos a una orilla para llegar a la calle y de ahí partir hasta con nuestros padres, eso hicimos y cuando llegamos con ellos le contamos a nuestra madre lo que había pasado, ella solo se rio y nos contó que a ese joven lo habían matado cuando regresaba en la madrugada a su hogar y nos dijo que no debemos andar vagando porque nos puede volver a pasar ya que perturbamos el descanso de las personas que murieron.

Desde ese día mi hermana y yo le agarramos un miedo al panteón, cuando vamos solo nos quedamos en la tumba de mi hermano y ya no andamos buscando ni viendo otras.




Hay que dejar que los muertos descansen sino queremos que nos perturben y no nos dejen dormir. 







Continuará

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