CAPÍTULO VII

7 0 0
                                    

Cada parte de mi tiembla,veo a la mujer caminar delante de mí y la distancia entre las dos se alarga.

No escucho su voz, pero alcanso a entender cuando me dice que pase.

Siento el repique de mi corazón contra mi pecho, puedo escuchar como mis dientes chocan entre si,porque tiemblo como si estuviera en traje de baño en medio del polo norte. Intenté sonreir, no se si lo logre y la mujer delante de mí me mira desconcertada, de seguro pudo notqqar el miedo en mi cara, en mis manos y en mi respiración.

Nunca he sentido un miedo tan ahogador, porque el miedo que había sentido antes, se había convertido en costumbre, pero mi mayor miedo era entrar ahí tener que hablar de mi, de ella o peor aún de Marizza.

Tener que entrar ahí y encontrarme frente a frente conmigo misma, descubrir quién era yo realmente o cuantas versiones de mi había en este mundo.

Mi mayor miedo es entrar ahí y darme cuenta que Gabrielle no existe, que Maya la sustituyó,entrar ahí y darme cuenta que realmente soy la peor versión de mi.

Y escucho su voz muy a lo lejos podien do que no entre, que me retracte nuevamente, que nos tenemos una a la otra, pero eso para mi ya no es suficiente, no me baste, no lo quiero, quiero algo más que voces recordándome lo estúpida que soy, más que alcohol, más que un momento de exitacion en un club donde no puedes reconocer a nadie, más que recuerdos dolorosos.

Quiero una vida, una dónde pueda estar orgullosa de mi, sin miedos nI fantasmas, sin voces, sin Marizza, sin Maya, una vida propia y no compartida, una vida donde pueda ser feliz donde no me odie.

Entonces recordé la historia que siempre me contaba mi padre.

RECUERDO.

-Vamos cariño ya debes dormir o tu madre nos gritará a ambos.

-Es que quiero que me la cuentes papi porfavor, apaga la luz así ella no se dará cuenta.

-Bueno pero después te duermes.

-siiiiiiiiiiii.

Hace mucho tiempo atrás, el imperio romano se estaba viendo amenazado por un temible rey de persia, llamado gerges, quien se auto denominaba como una deidad, es decir un Dios.

Gerges había estado sometiendo a todos los países a su paso, pues su ejército era inmenso y tenia grandes bestias, además de mucho oro.

Gerges quería conquistar el mundo y ante los ojos de mucho parecía estar lograndolo pues hasta el momento nadie lo había podido detener.

Gerges se había acostumbrado a la sumisión de cada reino que pisaba así que creía que con Esparta hiba a pasar igual, pues que idiota sería capaz de desafiarlo cuando el era mas que un rey, era un Dios. Lo que este supuesto Dios no sabia era que el rey Leónidas no estaba dispuesto a rendirse ante el y su ejercito, así que sin el apoyo del senado y solo con 300 hombres Leónidas, rey de Esparta,desafío a gerges y emprendió una batalla donde el llevaba la desventaja en cuanto a números.

En cada batalla, Leónidas logro vencer. Aun cuando al final murió venció porque hizo sangrar al rey-Dios y le mostró al mundo que gerges era un simple mortal entonces Esparta se levantó con todo su ejercito y después de la muerte Leónidas venció.

GABRIELLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora