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Emprender. La novela
Luis Berastain Diez
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Emprender: La novela Luis Berastain Diez Registro: 00/2009/6233 ISBN: 978-84-615-1963-7
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Dedicado a mi mujer, Malu y mis hijas, Mª Isabel y Mª Luisa. A toda mi familia y amigos, y a aquellos que ya no están aquí.
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Índice
1. Introducción 2. Los comienzos: La idea y los emprendedores 3. Un tanteo: ¿Puede funcionar mi proyecto? 4. Empezamos con el Plan 5. Algunas dudas 6. El Plan coge cuerpo 7. ¡Un poco de ayuda, por favor! 8. La montaña rusa baja y sube 9. ¿Y quién va a pagar esta aventura? 10.En busca de un ángel salvador 11.Todavía podemos mejorarlo 12.Constitución de la empresa: el despegue 13.¡A funcionar! 14.Dos años después 15.Conclusiones 16.Algunas cuestiones tratadas en el libro
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1.- Introducción
Cuando se levantaron de la mesa al mismo tiempo, los que les rodeaban no sabían si iban a abrazarse o a pegarse, pero de lo que estaban seguros es de que allí había mucha tensión. Durante unos instantes los otros clientes del bar de la Escuela de Turismo, que conocían a Carlota, se quedaron inmóviles observándoles. No era la primera vez que la veían acompañada de aquel chico. Sabían que no era estudiante de la Escuela pero algunos se lo habían encontrado en la biblioteca, consultando publicaciones o libros, o asistiendo a alguna conferencia de las que se ofrecían al público en general.
Una respiración profunda y perceptible salió de las bocas de los mirones cuando Carlota y el chico se estrecharon las manos y, tras una sonrisa de las que no pueden exhibir más felicidad, se dieron un abrazo.
-“¿Trato hecho entonces? ¿De verdad, Ángel?” -¡Pues claro! Si tú estás segura, yo me lanzo”.
El público miraba descaradamente, muerto de curiosidad. ¿Lanzarse, dónde? ¿Encima de quién? ¿En qué consistía el trato?
-“De acuerdo, ahora debemos empezar a trabajar. Tenemos que hacer una lista de cosas a hacer y repartírnosla. ¡Es muy emocionante!” -“Claro, venga, quedamos luego y empezamos a prepararlo todo. Ya verás, vamos a montárnoslo de miedo”.
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-“Vale, tú vete pensando en ello y yo me voy a clase. Esta tarde nos reunimos. Hasta luego”. -“Adiós”.
El público no disimulaba lo más mínimo. Una vez descartada una pelea, y ya que hablan de un trato también eliminaron la posibilidad de un romance, a los conocidos de Carlota le faltaron segundos para salir a su encuentro camino de clase.
-“Qué hay, Carlota, ¿cómo va todo?” -“Genial, todo me va increíble”, dijo manteniendo la sonrisa que exhibía en el bar. -“¿Qué te pasa que parece que te ha tocado la lotería?” -“Mucho mejor que eso; en realidad, es como si yo me fuera a convertir en la dueña de mi propia lotería”. -“¿Qué te vas a hacer lotera?” Preguntó el compañero de clase con extrañeza. “¿Para eso has estudiado la carrera de turismo?” -“¡No, hombre, no! Es que ya sé qué haré al salir de aquí. Lo mejor del mundo: voy a ser empresaria. Voy a crear mi propia empresa”.
El compañero la miró decepcionado por la noticia, y sin ocultar un gesto como si estuviese hablando con una demente, le espetó: “¿Empresaria? ¿Trabajar fines de semana para acabar perdiendo hasta la camisa? Eso no es vida para una chica”.
