"Lo único estable en mi vida es la locura, ella siempre me acompaña"
Aquí estaba yo, a un metro de tocar mi nuevo futuro, rodeado de fantasmas y palabras que el viento se llevará.
Quiero huir.
No tengo el valor de hacerlo, ni conciencia de el lugar donde estoy, creó que tendré que asumir la responsabilidad de no haberme quejado cuando me dijieron que nos volveríamos a cambiar de casa.
- Aquí voy de nuevo -di un gran suspiro y entre a la escuela.
Podía ver a cientos de chicos y chicas abrazándose y riendo por volverse a encontrar un año más, mientras yo sólo rogaba por encontrar mi nuevo salón de clases y no hablar con nadie durante todo el ciclo escolar, ya que el año siguiente nos volveríamos a mudar como de costumbre.
Mire a lo lejos, y vi un grupo de chicos rodeando a un profesor que repartía credenciales- tal vez debería ir hacia aya- pensé.
Al acercarme el profesó me miró instantáneamente.
-¿Daniel?- me preguntó, a lo que asentí- estas en este grupo, ve al salón de primero "B"- señalo al salón detrás de mi, seguido de eso me entregó mi credencial de estudiante.
Al entrar al salón lo primero que pude notar fue que todos estaban platicando con alguien, nadie estaba sólo a excepción de mi.
Busque un asiento al final, pero ya todos estaban ocupados, sólo quedaba uno libre junto al escritorio de los profesores. No tuve más opción que sentarme ahí.
Al poner mi mochila pude notar que había otro haciendo vacío detrás de mi.
-Me preguntó porque nadie lo tomo- dije a mi mismo
...
Las primeras clases resultaron bastante aburridas, todos los profesores insistían a que nos presentáramos delante de todo el grupo-lo cual odio- nadie me pareció interesante, siempre eran las mismas personas falsas que se dejaban llevar por las corrientes de moda.
Me dava dolor de cabeza tan solo pensar en eso.
Me quede en el salón mientras todos salían al receso, siempre he preferido estar sólo que escuchar las estúpidas conversaciones entre hombres sobre quien era la que estaba más "buena" del salón o sobre que paso en el partido de anoche. Era realmente aburrido escuchar eso.
Saque mi libreta de dibujo para garabatear un rato mientras mordía mi sándwich.
Amaba esta tranquilidad, donde sólo podía oír el sonido de mis pensamientos.
Cuando término el receso algunos alumnos todavía no entraban al salón; yo había terminado de dibujar un gato en mi libreta, me sentí orgulloso de mi resultado.
Derrepente todos entraron al salón en forma de estampida, lo que significa que el profesor llegó. Pero no llegó sólo, junto a el había un chico alto, de cabello oscuro y de piel ligeramente morena.
-Buenas tardes estudiantes, soy su profesor de álgebra...- no me interesó escucharlo, lo único que en interesaba en ese momento era el echó de que el chico junto al profesor no dejaba de mirarme, lo cual resultaba realmente incómodo.
-Hola, para los que no me conocen soy Jaden- empezó a hablar mientras otros chicos gritaban y hacían burla de porque llegó tarde- lamentablemente no pude llegar a tiempo por que de camino hacia acá el camión donde venía chocó, lo que causó mi retardo- todos empesaron de nuevo a hacer escándalo- no los aburriré contándoles cosas sobre mi, hací que esperó que nos llevemos bien y si necesitan algo aquí estaré para ustedes.
Tomó su mochila y se sentó detrás mío, me sonrió y miró mi dibujo detenidamente.
-Creó que dibujas muy bien- dijo sin ningún tono de sarcasmo.
-Gracias.
-Soy Jaén, esperó que nos llevemos bien- sonrió.
-Ok.
Por alguna razón eso fue lo más interesante que me paso hoy.
Las clases siguientes los profesores seguían prestándose y presentando a los demás otras mil veces, odio la primera semana de clases, es aburrida y repetitiva.
Todos hablan de lo que hicieron en vacaciones y de que extrañaran su antiguo salón y amigos.
Yo en cambio, nunca llegue a conocer bien a alguien para extrañarlo y no salgo nunca de mi casa como para decir que ame mis vacaciones.
Odio mi vida.
-Hey tu- alguien me tocó el hombro, era Jaén- nunca me dijiste tu nombre, ¿como te llamas?
-Daniel
-Nunca te había visto por aquí, ¿eres nuevo?
-Si
-No hablas mucho
-No
Se río un poco, y me miró a los ojos, me estaba se sintiendo muy incómodo. De repente sacó su mano del bolsillo y la acerco a mi rostro.
-¿Que tratas de hacer?- dije nervioso tratando de alejarme de el.
-Tranquilo, no muerdo- me enseñó un pequeño papel- sólo trataba de quitarte esto del cabello.
Mi corazón estaba acelerado.
¿Porqué?
-¿Estas bien amigo?- su cara se veía un poco preocupada.
-Si
-¿Seguro?, tu cara esta muy roja.
¿Roja?, esto se vuelve cada vez más raro e incómodo. Para mi suerte tocó la campana de salida, tome mis cosas con brusquedad y salí corriendo de ahí.
¿Que acaba de pasar?
...
Llegue a mi casa sin siquiera saber las calles, tuve suerte de reconocer algunos lugares por donde pase de camino a la escuela.
No estaba seguro si el día se me hizo muy largo o muy corto, sólo se que fue aburrido.
Habrí la puerta de enfrente, tuve suerte de no perder mis llaves esta vez.
Como siempre, no esperaba encontrar a alguien esperando mi llegada. Para mi suerte mi perro me esperaba detrás de la puerta, movía su cola y saltaba con felicidad.
Siempre he creído que los perros son más amables que cualquier personas, te quieren sin esperar nada a a cambio.
Más humanos que los humanos.
-Hola, ¿como te fue hoy?- acaricie su cabeza, el sólo me lamió la mano.
Fui directo a mi cuarto, acompañado de Croquetas- mi perro-, a dormir un poco porque me dolía mi cabeza.
Tome el termómetro que tenía en el cajón de mi buró y me lo coloque, tenía 38° de temperatura.
Tenía fiebre.
Mi frente se sentía caliente, y mi rostro estaba rojo. Toda la habitación dava vueltas.
De pronto aparecí en medio de una calle, estaba lloviendo y hacia frió.
Había un pequeño perro sobre la carretera, trate de correr hacia el, pero mis pies no se movían. Grite para que se moviera, pero mi voz no se oía.
Hubo un resplandor blanco, de repente, el pequeño perro desapareció y miles de lágrimas cayeron por mis mejillas.
Desperté. Mi fiebre había desaparecido.
No era la primera vez que soñaba eso, era una de mis pesadillas más recurrentes.
Croquetas estaba al lado de mi cama lamiendo mi mano, el siempre me acompañaba cuando tenía alguna pesadilla. Sólo el.
Mis padres nunca están en casa, uno diría que es deprimente, pero después de vivir cinco años sin ellos uno se acostumbra.
Ya no duele, ya no hay ningún tipo de sentimiento de tristeza o felicidad...
Sólo te acostumbras.
Eran las 9:30 de la mañana, aún faltaban tres horas para entrar a la escuela.
Saque a Croquetas al patio y le di de comer. Después me hice el desayuno y me di una ducha.
Mi vida no es nada interesante, cualquier chico normal disfrutaría al máximo estar sólo en su casa, invitaría amigos, vería porno o simplemente estaría sentado en el sillón comiendo papas y bebiendo cerveza sin que nadie lo molestara. Pero yo no tenía tiempo ni ganas de hacerlo.
Aún tenía una hora antes de ir a la escuela, decidí abrir mi facebook. Ni siquiera se porque tengo cuenta si casi nunca público nada ni habló con otras personas.
Estoy seguro que no tendría ninguna notificación, pero para mi sorpresa tenía quince notificaciones y un mensaje.
¿Como es eso posible?
Eran de un tal Jaén.
¿Jaén? ¿Quien será?
Pensé por un momento y recordé que era el chico que me habló ayer.
¿Porque me sigue molestando? O más importante, ¿como consiguió mi nombre de cuenta?
El mensaje sólo decía "Hola".
No tenía ganas de contestarle, pero ya que no tenía nada que hacer decidí hacerlo.
-Hola
No esperaba respuesta, pero me contestó de inmediato.
-¿Como estas?
-Aburrido y un poco asustado.
-¿Por qué?
-Por culpa de un acosador llamado Jaén -tome captura de pantalla a la pestaña de notificaciones y se la envíe.
-Jajaja, lo siento
-No importa
-Es que me gustaron mucho tus dibujos que publicaste.
-Gracias
-Realmente dibujas muy bien.
-Lo se, muchas gracias- mire la hora, me quedaban 15 minutos para arreglarme - lo siento tengo que irme
-Ok, adiós
Esa ha sido la plática más larga que he tenido en mi vida, es más fácil hablar con las personas por chat.
...
Llegue a la escuela, ya no estaba tan nervioso como el primer día, pero tampoco estaba entusiasmado.
Me senté en el mismo lugar que ayer. Todavía no habían llegado muchos alumnos.
La profesora estaba entrando al salón y detrás de ella muchos chicos entrando, junto con ellos Jaén.
-Buenas tardes chicos y chicas, hoy les voy a asignar su lugar permanente en el salón, así que todos dejen sus mochilas aya atrás y cuando escuchen su nombre sientense donde les señale.
Por suerte me tocó en la primera banca de la tercera fila, ya que no puedo ver bien y odio traer mis lentes.
A Jaén le tocó en la penúltima banca en la penúltima fila, aún no se porque me interesó saber donde se sentó.
La maestra empezó su clase, yo me puse a dibujar, pero no me pude concentrar porque una chica se me la paso observado casi toda la clase.
Durante las siguientes dos clases más, la chica me seguía observando. Creó que me confunde con alguien.
Cuando llegó el receso todos volvieron a salir, me quede sólo en el salón. O eso creía.
-¿Daniel?- preguntó la chica que me observó durante las primeras tres clases.
-¿si?-respondi.
-Necesitó tu ayuda...
♥♥♥
Holas!!!
Bueno aquí esta mi primer capítulo, esperó les aya gustado.
Después arreglaré algunos errores ortográficos.
Esta historia será un poco lenta y la actualizaré seguido porque estoy muy inspirada.
No olviden poner estrellita y comentar, Arigato :3
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¿QUE ES EL AMOR?
RomanceNo sabía nada del amor...pero estaba aquí, amándote de todas formas, sabiendo que no me amarás nunca como yo a ti. ¿Porqué mi corazón tiene que sentir diferente que los demás? ¿Porqué no puedo simplemente ignorar su llamado? ... Dany es un chico re...