chico con rulos color chocolate

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Louis ya tenía 15 años, ese día los había cumplido, cuando se levantó vio a su mamá más feliz de lo normal, y le pareció raro, no había nada especial en ese día, ese día sólo no se cumplían los deseos de la gente y ya, o así Louis lo veía, por 5 años pidió el mismo deseo y no se le cumplió, pero bueno son cosas que pasan, caminó hasta la cocina de su casa y comió una galleta, negó con la cabeza, se acuerda cuando le puso dos de sus galletas favoritas a "papá Noel" si existiera el gordo, las hubiese comido gustoso, eran muy ricas, suspiró ¿que estaría haciendo su niño?¿jugando quizás?¿se acordará de él? Esperaba que si.
La paso todo el día aburrido, no sabía que hacer, sus amigos se iban a celebrar a otros lugares ese día, era navidad y todos salían a festejar en familia, cuando llegó la hora de cenar Louis pensó en que su costumbre había sido rota ese día, todos se sentaron a la mesa y comieron tranquilos, cuando llegó la hora del postre cada uno comió una grande porción.
Johannah justo a las doce les dijo a sus hijos que vallan a ver los fuegos artificiales, y todos salieron menos ella.
Louis miraba atento y tiro uno que otro sólo por diversión, todos empezaron a entrar y él caminaba lento, no quería llegar y ver que su regalo más preciado no estaba, a nadie le gusta esa sensación, entró a la casa y empezó a subir las escaleras, quería estar sólo en su cuarto.
Johannah lo llamó y el suspiró rodando los ojos, dio la media vuelta y empezó a caminar hasta donde estaba su mamá.

Cuando llegó hasta el living, no vio a su madre, en lugar de eso, al lado del árbol, había un chico con rulos color chocolate, una sonrisa hermosa y unos ojos verdes bonitos, se quedó sorprendido sin saber que hacer, no sabía que decir ¿ese era su niño? ¿había crecido tanto? No lo podía creer, el sentimiento de felicidad empezaba a aparecer en su sistema y una hermosa sonrisa apareció en su rostro, el chico risado sonrió un poco más y aparecieron esos huequitos en sus mejillas, que eran tan conocidos por Louis, empezó a caminar lento hasta el chico de ojos verdes y cuando llegó a él le tocó suavemente la mejilla para poder darse cuenta que ese no era un sueño, soltó una pequeña risita y sin pedir permiso abrazo fuerte al bonito chico.






Las cartas de Lou | L.S.|OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora