El Horóscopo De Hoy

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— Shin-chan… tú a mí me gustas, así que…

— Umh, ¿me preguntas si te correspondo? ¿Quieres saber lo que siento? ¿O directamente quieres salir conmigo?

— Qué cruel, Shin-chan, ten un poco más de tacto, ¡estoy siendo serio aquí!

— No estoy bromeando, no me molestaría salir contigo.

Un cálido abrazo acompañado de un dulce beso, y éste debería ser el final perfecto para el dúo estrella de Shutoku, una pena que esa confesión apenas hubiera sido el comienzo de su historia.

Ya habían pasado unos pocos meses donde la situación no había cambiado demasiado entre ambos chicos -salvo esos apasionados encuentros nocturnos que compartían-, pero en resumen, Midorima continuaba con su estoico carácter y Takao simplemente le seguía como acostumbraba a hacerlo. Uno imaginaría que ahora como pareja intercambiarían alguna muestra de afecto en público, quizá una ligera caricia, un rápido beso o al menos una mirada cargada de sentimientos… qué lejos estaba todo esto de la realidad. El de gafas apenas presta atención a otra cosa que no sea baloncesto o el horóscopo, especialmente cáncer.

— ¡Shin-chan! — es lógico entonces pensar por qué la voz de Takao suena tan molesta— ¿Somos una pareja o no? Debemos tener citas y demás cosas bonitas, ¡¿qué clase de pareja somos que no vamos juntos a ningún lado?!

— Vamos juntos a clase y a los entrenamientos, por favor, infórmate antes de hablar. — le dijo desde su sitio, con el libro de la lección en su mesa.

— ¡Shin-chaaan! — junto a sus páginas acabaron las manos del azabache, ocasionando un importante desorden en aquella mesa.

Midorima soltó un largo suspiro acomodándose las gafas, miró hacia el otro sin hacer el más mínimo cambio en su expresión.
— ¿Me dejarás leer en paz si vamos a algún lado este fin de semana?

— Muchas veces pienso que no quieres salir conmigo, Shin-chan…— refunfuñó rodando los ojos.

— Piensa lo que quieras. — respondió mientras se alzaba de hombros.

— Ahora deberías ofenderte y quejarte, ¿sabes? Algo como “Takao, yo te amo con todo mi corazón, no pongas en duda el amor que te profeso”.

— No pienso decir algo como eso.

— No tienes corazón, Shin-chan. — suspiró yendo hacia su sitio, la profesora ya entraba por la puerta del aula.

— Pero me quieres, eso es algo obvio. — murmuró Midorima con una leve sonrisa en sus labios, bastante entretenido con las reacciones del otro.

=====

Casi sin notarlo llegó el sábado, y Takao esperaba bastante emocionado frente a las puertas del cine; había sido un día bastante agradable en compañía de su novio -aunque aún a estas alturas todavía dudaba si debía usar o no esa palabra para referirse a Midorima.
Empezaron el día desayunando juntos en una nueva dulcería, siguieron con unas buenas compras en el centro comercial, unas partidas en los recreativos, una pequeña merienda en un restaurante de comida rápida y ahora finalizaban la tarde en el cine. Siendo sinceros, a Takao poco le importaba la película, disfrutaba de tan solo pasar todo el día con la exclusiva compañía del peliverde.

— Shin-chan, ¿has comprado las palomitas? — preguntó un tanto asombrado— Podría haberlas comprado yo, no me has dejado pagar nada hoy…

— Intento ser amable, Takao, no me lo pongas más difícil. — le dijo caminando hacia la sala correspondiente, con el menor siguiéndole entre risas.

Se sentaron en la última fila, por suerte no había demasiada gente, sólo pequeños grupos de estudiantes o amigos dispersos por los muchos asientos de esa gigantesca sala. Apenas se hubieron sentado, las luces comenzaron a disminuir su brillo hasta que quedaron prácticamente a oscuras, con los primeros anuncios publicitarios en la enorme pantalla que tenían a unos metros de distancia.

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⏰ Última actualización: Dec 16, 2015 ⏰

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