01.

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Hayden's Point of View.

Salí de la tienda con algunas bolsas en mis manos con los adornos que había comprado ya que al fin había conseguido. Aún sigo pensando en ese lindo muchacho de allí dentro que solo me dijo su nombre y se fue. Me hubiera gustado hablar más con él, ya que fue muy  amable al defenderme del otro chico para nada agradable.

Busqué mi gorro de lana en mi bolsillo mientras caminaba hacia la parada del bus, el cual espero que no tarde mucho.  Hoy el día estaba malditamente frío y yo no me había abrigado tanto. Le podría haber pedido a mi hermano que me traiga, pero no quería molestarlo.

Cuando llegué a la parada del bus, me senté en la banca llena de nieve que había allí y me estremecí al sentir el frío en mi trasero, por estas razones amo más el verano.

Necesitaba urgentemente una chocolatada caliente o algo que me calentara el cuerpo. Creo que ese lindo chico, Justin, me calentaría muy bien.

-¡Qué mierdas andas pensando Hayden! -Me reclamé a mi misma y solté una carcajada.

-Seguro piensas en mí. -Dijeron a mis espaldas, haciéndome sobresaltar.

Al mirar hacia atrás, me sorprendí al ver al chico lindo de la tienda.

-N-no. -Reí nerviosa.

-¿Qué sucede? -Rió egocéntricamente. -Respira Hayden, no muerdo. -Dijo y solté el aire que estaba conteniendo. Maldición, que humillante era esta situación.

-L-lo siento. -Volví a tartamudear.

-¿Esperas el bus? -Preguntó mirando por encima de mis hombros.

-Así es, pero tarda mucho. Creo que caminando llegaré más rápido. -Reí aún nerviosa.

-Te llevaré. -Dijo. Eso no fue una pregunta en lo absoluto.

-N-no. -Mierda, volví a tartamudear. -No me molesta caminar.

-Hayden, no pregunté si querías que te lleve a casa, te dije que te llevaré. -Me miró profundamente provocando que me estremezca.

-M-mira Justin. -Empecé a decir. -No te conozco, tú no me conoces,  no puedo aceptar subirme al auto de un desconocido así como si nada.

-En eso tienes mucha razón, pero no tienes por qué preocuparte, te juro por mi vida que soy una persona normal, nada de violador ni nada. -Soltó una carcajada y me derretí allí nomás.

-B-bien. -Respondí y luego me golpeé mentalmente por haber sido débil a este chico. Quizá si podría matarme, pero no importa, creo que moriría feliz.

-Linda, si no dejas de tartamudear, no me quedará otra opción que taparte la boca de un beso. -Dijo y se acercó a donde estaba sentada para tomar mis bolsas y comenzó a caminar hacia lo que supongo, era su auto.

Justin guardó las bolsas en el maletero del lindo auto rojo y yo me quedé allí parada mirándolo. Era un chico demasiado apuesto, no tenía más de veinticinco años, supongo que unos veinte, lindo pelo castaño claro, unos hermosos ojos mieles con los que podía ver hasta tu alma, tiernos lunares que daban ganas de besarlos uno por uno y unos lindos, rosados y pareciera que suaves, labios, geniales para besar todo el día.

-Hayden, deja de mirarme. -Me dijo Justin y rió de costado.

Cerré mis ojos avergonzada y susurré una disculpa, hoy no era mi día.

{...}

-¿Me pasas tu número? -Me preguntó Justin cuando estábamos a unas calles de mi casa y asentí. Total sabía que no era un asesino, no estaría mal pasarle mi número.

Tomé una libreta pequeña que tenía dentro de mi bolso y anoté mi número. Corté ese pedazo de la hoja y se lo entregué a Justin.

-Gracias Hayden. -Agradeció y asentí queriendo ocultar una sonrisa que se formaba en mi rostro. -Luego te enviaré un mensaje para que guardes mi número.

-Bien. -Le sonreí. -Aquí está mi casa. -Apunté una casa con algunas luces navideñas en el techo y unos renos.

-Oh, no queda muy lejos de mi casa. Yo vivo a tres calles de aquí. -Me sonrió.

-Genial. -Asentí y sonreí de costado. -¿Me puedes abrir el maletero para sacar mis bolsas por favor?  -Pregunté.

-Por supuesto linda. -Se bajó del auto y yo lo seguí.

Ya con mis bolsas en mis manos, caminé hacia la entrada de mi casa con Justin a mis espaldas.

-Gracias por traerme. -Agradecí sacando las llaves de mi bolso.

-No hay de qué Hayd. -Hizo una pausa y colocó su mano en su barbilla pensando un momento. -¿Puedo llamarte así? -Preguntó y me encogí de hombros.

-Sí así lo quieres, puedes hacerlo. -sonreí y él asintió.

-Ha sido un gusto conocerte linda. -Dijo y besó mi mejilla, cerca de mis labios, dejándome sin aire.

-El gusto ha sido mío. -Respondí en un hilo de voz.

-Espero que nos veamos pronto, Hayd. -Susurró y comenzó a caminar hacia su auto luego de guiñarme un ojo, maldición, que sensual.

Me volteé sonrojada y apoyé mi cabeza sobre la puerta. Se oyó una bocina y luego el motor del auto yéndose de aquí. Dios Justin, espero verte por el resto de mi vida, así da gusto ir a hacer compras navideñas si me cruzo contigo.

Sex in Christmas ➵ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora