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Llevo 2 días sin saber nada de Pablo, desde que me dejó en mi casa y me dijo que me llamaría por la noche.
No paro de pensar sin le ha ocurrido algo.
Ahora voy hacia su apartamento, es la tercera vez que voy hoy, ayer también fui pero no estaba.
Empiezo a llamar al timbre, pero nada, cuando estoy apunto de irme escucho un ruido dentro.

-Pablo, abre la puerta, se que estas ahí - grito llamando más fuerte a la puerta, esta se abre dejando ver a un Pablo con los ojos inyectados en sangre y los nudillos sangrientos.

-¿Pero qué te pasa?- grito cruzando la puerta - te he estado llamando y viniendo aquí, ¿estabas aquí y no me abrías? Pensé que te habían hecho algo - digo con lágrimas amenazando por salir por culpa de la desesperación.

- Tranquilizate y no grites, me va a explotar la cabeza - dice cogiendo una pastilla y metiéndola en la boca junto con un trago de agua.

-¿Qué ha pasado?

-Nada, necesitaba olvidarme un poco de todo, perdoname.

-¿Necesitabas olvidarte de mi?

- No, he dicho de todo.

-¿Y no me lo puedes decir? ¿Sabes los dos días que he pasado?

-Ya te he dicho que lo siento, ven, necesito dormir un poco - me lleva a la habitación, estoy algo enfadada...

-¿Qué te ha pasado?- le pregunto cogiendo su mano cuando ya estamos tumbados en la cama.

-Nada importante, ¿no ha pasado nada más verdad?- niego con la cabeza y él me abraza más fuerte - te he hechado de menos - me dice entre besos, yo también lo he hechado de menos, aunque sólo hayan sido dos días, pero lo suficiente para extrañarlo.
Se queda dormido a los 5 minutos, yo no me puedo dormir, sólo son las 6 de la tarde, decido levantarme e ir al salón para ver la televisión.

Después de mirar todos los canales dos veces me decido por un canal de cocina, están preparando un rissoto, nunca he hecho, pero parece fácil, me levantó del sofá y voy a la cocina.
Busco los ingredientes por todos lados, por suerte hay de todo lo que necesito.

-Umm que bien huele - dice Pablo entrando en la cocina y abrazándome por detrás - ¿qué es?

-Rissoto, lo estaban haciendo en la televisión y pensé que te levantarías con hambre.

-si, tengo mucha hambre - dice mordiendo mi oreja.

-Para - digo riendome - no me distraigas que se me va ha quemar.

-¿Te quedarás a cenar?

-Si tu quieres si.

-Vale, iré poniendo la mesa.

Cenamos viendo la televisión, la cena estaba muy rica, será una cosa que vuelva a hacer.
Ahora estamos tumbados en el sofá, pero no paro de mirar la mesa llena de platos, siempre lo tengo que recoger todo para así ya estar tranquila.

-¿Adonde vas?

-A recoger todo esto.

-Ya lo haremos mañana - me dice tirándome encima de él.

-no, tiene que ser ahora.

Le doy un beso y me llevo los platos a la cocina para fregarlos.

-¿Te queda mucho?- dice Pablo entrando en la cocina.

-No, ya estoy terminando.

Se acerca a mi y apaga el grifo del agua, para después darme la vuelta y besarme, me sienta en la encimera y yo enrollo mis piernas en su cintura.

Tu y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora