Único.

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Ahí estaba de nuevo.

Ese fuego en sus venas que hacían que quisiera destrozar inmediatamente a cualquier idiota que se le pusiera en frente. Esa inevitable locura que lo abordaba y lo abrasaba y lo obligaba a bajar la vista. Esa inevitable comezón en el cuello que comenzaba en la base de la espalda y subía hasta la cabeza. Le calentaba los oídos y encendía a rostro. Justo ahí en sus pómulos finos y en el puente de su menuda nariz, justo en dónde podría clavarle un cuchillo en cualquier segundo al idiota de Michael.

Celos. Eso era.

Desastrosos, molestos e incómodos celos.

Sabía que los ojos se le comenzaban a entrecerrar, los puños a contraer y el estómago a voltear con cientos de ideas desastrosas sobre esa mancha en el cuello.

No, no era una mancha.

Gareth sabía que eso era un chupetón, una mordida de amor en el cuello del chico más importante en su vida. Lo sabía sin dudar ni un segundo, él mismo tenía uno en el hombro y conocía esos colores perfectamente. 

Ailein no se sentó a su lado en Química, y permaneció entre Michael y el guapísimo imbécil de Paylor. Algo le sucedía desde hace semanas y no entendía que era lo que pasaba. Estaba alejado, no le hablaba fuera del #53 y constantemente se encontraba ignorándolo. En los trabajos y proyectos en equipo hablaban sólo para lo necesario y apenas se veían o se tocaban.

Había dejado de acudir a su pequeña cama en las noches cuando se sentía solo o necesitaba algo de calor y en lugar de hablarlo con él parecía simplemente alejarse cada vez más. Salía muy temprano en las mañanas y regresaba rozando el toque de queda, sus horarios dejaron de estar coordinados y en cualquier momento Gareth sabía que terminarían por separarse de manera irremediable.

No le gustaba ser el paranoico, ese era Ailein.

Ailein era el paranoico.

El paranoico, el celoso, el posesivo y el resentido. Él era el que se enojaría en ese momento, el que lo llevaría a la esquina de la cafetería sur y comenzaría a reclamarle sobre cualquier cosa que estuviera sucediendo entre ellos dos.

"Gareth" Dijo una chica de su clase, para llamarle la atención. "La clase ha terminado, levántate."

Él no dijo nada, simplemente se puso de pie y salió disparado para buscar la pelirroja cabellera de cierto chico que comenzaba a causar fuertes estragos en su cabeza.

No lo vio en el resto del día y cuando se apareció en el #53, fue para recoger su equipo de escalada y desaparecer tan rápido como entró. Gareth ni siquiera pudo hablar con él, simplemente le dedicó una mirada dolida y regresó a sus deberes.

¿Era eso?

¿Pasaba demasiado tiempo concentrado en la escuela en lugar de Ailein?

Duh, no importaba.

Un par de noches después, un viernes para ser exactos, Gareth intentaba terminar de trabajar en un ensayo de inglés pero Ailein y Paylor llevaban horas jugueteando y toqueteándose en el suelo como si nada.

Gareth siempre había supuesto que Paylor era uno de sus mejores amigos, incluso su mejor amigo después de Ailein, pero últimamente lo ignoraba demasiado. Hace poco se habían besado sin querer y ahora él se preguntaba si era a eso a que se debía el sorpresivo cambio de humor en Paylor.

Pero bueno, realmente no sabía que esperar de un chico como Paylor.

Él era precioso. Ridículamente hermoso.

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⏰ Última actualización: Feb 22, 2016 ⏰

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