Algunas veces; Baekyeol

Algunas veces, tú

Algunas veces Chanyeol se veía tan bien cuando sonreía. Algunas veces Chanyeol olía demasiado dulce en las tardes. A veces, los abrazos de Chanyeol eran más cómodos que los de los demás, encajaban de una forma especial; a veces su risa era lo que más deseaba Baekhyun para alegrarse el día. Había veces en que Baekhyun quería a Chanyeol más de lo que debía.

Algunas veces... los sentimientos eran distintos

Baekhyun, por supuesto, no lo sabía. Para él, Chanyeol siempre fue su mejor amigo: esa persona especial con la cual podía charlar en todo momento; salir, reír, bromear, abrazar, jugar, ir a comprar, el acompañante a donde fuese y cuando fuese. Solían incluso bromear con que eran algo así como medias naranjas, y tenía claro que si hubiese nacido mujer, probablemente saldría con él. De seguro.

Cuánto tiempo de compañía, incontable. Cuántas veces Baekhyun deseó que él y Chanyeol fuesen amigos hasta el por siempre, permaneciendo a su lado, hasta un mañana inalcanzable y por los ayeres memorables, hasta que ya no pudiesen hacer más que verse en sus últimos respiros y sonreír, porque no pudieron ser más afortunados de haberse conocido en esa vida.

La historia comienza como cualquier historia, sin sucesos fantásticos, ni magia, ni poemas recitando amor eterno. Se sitúan en una realidad diaria, tomando a un personaje de la nada y con finalidad de un todo. El relato es de una vida ordinaria, una cualquiera, una de alguien que nombraremos como Byun Baekhyun; sobre este chico al que le daremos dieciséis años, una escuela a la que suelen ir las personas de su edad y todas esas cosas. Esas que le pasaban a cualquier persona normal.

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Pasó en un día de primavera, quizá, cuando Baekhyun caminaba tranquilamente junto a Chanyeol como muchos días después de salir de la escuela. Mientras Chanyeol hablaba, Baekhyun lo escuchaba y miraba de reojo a su rostro, de vez en cuando encontraba sus ojos pero luego los quitaba centrándose en el camino frente a él. En su mente mantenía los detalles de esa mirada, que era misteriosa y que tantas veces había visto ya. Los ojos de Chanyeol eran lindos, sí, más que lindos, eran desiguales a los demás. Estirados de otra forma, de un color más profundo, de una luz más propia. Cuando Baekhyun pensaba en esas cosas, solía bajar un poco su autoestima. Chanyeol era sin lugar a dudas una persona muy atractiva, al menos así era para Baekhyun.

Lo que pasó ese día de primavera fue que, sin darse cuenta, Baekhyun se había perdido un poco más de lo debido en esos ojos.

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Algunos días, Baekhyun y Chanyeol salían a juntarse con otras personas, otros amigos, o a conocer gente, divertirse en algo distinto. A la vista de Baekhyun, Chanyeol siempre lucía bien. Demasiado bien. El verlo con ropas distintas al uniforme de la escuela, arreglado y fresco, le hacía de una forma u otra embelesarse y disfrutar de ver a su amigo así, de forma más natural. Su piel era tan clara, su cabello tan limpio y de ese color oscuro que hacía resaltar más su cara. No era extraño que captase a algunas chicas mirándolo de reojo en la calle.

Caminando junto a él, se preguntaba qué se sentiría tomar la mano de Chanyeol, que se balanceaba al ritmo de sus pasos junto a él.

Baekhyun en esos momentos era cuando más comenzaba a pensar que si hubiese sido mujer, se hubiese enamorado completamente de Chanyeol desde el primer momento.

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Baekhyun abrazaba mucho a Chanyeol, Chanyeol abrazaba mucho a Baekhyun, y era tan natural como que la Tierra era el planeta en que vivían. Era increíble cómo dos amigos podían ser tan apegados de piel, sin vergüenzas ni bochornos al momento de darle a saber al otro que era uno de sus amigos más preciados. Para nadie era raro, desde luego, ellos hace mucho tiempo que eran así. A Baekhyun le gustaba apoyar su cabeza en el hombro de Chanyeol cuando la clase estaba muy aburrida; aunque había ocasiones en que no lo estaba tanto. Si pudiese decirse, sería un secreto, pero Baekhyun muchas veces lo hacía sin siquiera tener sueño ni cansancio. Fue una costumbre que de a poco iba tomando y hacía cada día de la semana, más de una vez al día. Chanyeol apoyaría su propia cabeza sobre la suya y se quedarían así por un rato.