Matthew no podía creerlo, debía ser mentira. Imposible, ¿cómo es que alguien podía hacer eso? Debía ser una broma de muy mal gusto. Sí, eso debía ser, sus padres. ¿Su hermana secuestrada? ¡Qué va!
...
¿Qué querían? ¿Dinero? Pues si era eso, le daría todo el que tenía. No iba a dejar Amelia siguiera secuestrada, que sufriera y quién sabe otras cosas más. Era su niña, "su miel" como le decía en algunas veces.
El rubio estaba desesperado, no dejaba de dar vuelta en toda la casa. Si fumara, seguro se acabaría un atado. Pero lo único que hizo fue tomar un tarro de miel y comerlo a cucharazos. De una u otra manera debía controlar su nerviosismo.
Se pasó toda la noche despierto esperando novedades y nada llegaba. En cualquier momento si esto seguía, iba a buscarla él mismo.
- Que estés bien, Am - repetía una y otra vez, esperando que ella tuviera bien -. Que nada te pase~ -oraba, esperando que Dios escuchara su súplica.
...
Pero la realidad era otra, estaba sufriendo y llorando demasiado.
Le dolía todo y tenía un gran golpe en el rostro, el que le había partido el labio inferior.
Se sentía sucia y su entre piernas no paraba de doler, sangraba y tenía miedo.
- ¿Por qué a mí? ¿Qué hice para merecer esto? - se decía entre llantos, queriendo poder al menos abrazarse a sí misma y no podía al tener las muñecas atadas y sangrando por tratar de zafarse de eso.
- Yo sólo quería ser feliz con mi novio - llora más al recordar que le dijeron que su secuestrador lo había matado -. ¡Kiku no está muerto! - se negaba que el asiático ya no tuviera vivo, debía darle la noticia que ansiaban cumplir cuando ella terminara la preparatoria, el de poder casarse y formar una familia.
- Que no le pase nada mi bebé - lloraba, esperando que al menos esa vida en su vientre no le haya pasado nada.
Lo único que necesitaba ahora era que ese bebé estuviera bien, que la sangre que había entre su pierna no fuera nada grave. Pero aún sentía repulsión, a pesar de que se haya desmayado podía sentir la semilla de él recorrerle en las piernas.
- Me doy asco - llora más.
Dolía mucho más que la haya vejado de esa manera, que los mismos golpes, le dolía sus senos, el cuello y su entrepierna -. Quiero que me mate -dice entre llantos, tratando de poder desatarse y sólo conseguía herirse.
- Que alguien me saque - empezó a gritar, esperando que un vecino, lo que sea viniera por ella.
Pero no pasaba, nada pasaba y sólo conseguía que le doliese la garganta.
- Ayuda, ¡please! - suplicaba a la vez que seguía gritando otra vez más, no quería perder la esperanza de que alguien la ayudase.
Pero no sucedía nada, sólo podía escuchar otra vez la puerta azotarse contra la pared.Otra vez no...
Sintió miedo al verlo otra vez, su secuestrador se veía furioso. Se acercó a ella y la tomó del rostro, - obligándola a que lo bese.
- ¡No! - y fue así que ella recibió otro golpe en su rostro, quedando totalmente atontada.
...
Pasó un día de que no sabía qué había pasado con su nada de su hermana. Fue a la ciudad donde vivía sus padres, necesitaba toda la información que tenían. No le importaba si era mala o buena, pero no podía vivir con la incertidumbre siempre. Sentía ahogarse sin saber nada de ella, así que no se hizo esperar ir con su automóvil hasta la cuidad donde estaban sus progenitores.
Era un viaje bastante largo, pero no le importaba. Veía cómo esa tarde se volvía noche, el cansancio se hacía presente y tenía ganas de dormir, sus parpados aclamaban cerrados, pero él se negaba, tenía que llegar a la ciudad cómo fuera.
Se detuvo en una carretera y vio una cafetería, no dudó en ir allí y tomar un café para estar despierto. Suspiró y miró todo el lugar, se veía viejo y la gente poco agradable.
Suspiró.
Llegó la camarera y le preguntó qué deseaba. El ojiazul sólo pidió un café y que si por favor podía ser bien cargado y rápido, que estaba apurado. La joven hizo caso y le trajo el café a su cliente, que éste lo bebió a penas se lo trajeron.
Ya al terminar el café, Matthew dejó en la barra el dinero sin esperar el cambio, no le importaba, él sólo quería llegar a la casa de sus padres y que le dieran información que tenían disponible. Estando un poco más lúcido, fue llegando donde quería. Ya al terminar el recorrido, frenó su auto y lo estacionó en el garaje, bajando de inmediato y tocando el timbre.
- Esto me sucede por no tener copias - se queja al estar impaciente y no poder entrar a su casa.
Ya cuando la atendieron, entró rápido sin saludar ni decir nada.
- ¿Qué saben de Amelia? - preguntó de inmediato a su papá, que fue quien abrió la puerta.El mayor se serenó y le habló a su hijo, primero le pidió que se calmara, que lo que tenía que contar era largo y no podía decírselo así. Le dijo que fuera sentarse en la sala, donde generalmente tomaban el té, y que ahí le contará todo.
Matthew entendió y se calmó, yendo donde le pidió el padre, sentándose al fin y esperando que le diga todo lo que sabía.- Matt, tu madre está durmiendo, por lo que te pido, que no te alteres - suspira -. De tu hermana sabemos poco, sólo nos llamaron diciendo que no la busquemos que le irá muy mal - le dolía decirlo - . Mataron a su novio, la policía nos informó esta mañana, que lo encontraron colgado en un lugar peligroso, y que tenía un disparo en la cabeza.
El canadiense no podía creerlo, su amigo, de la infancia... estaba muerto. Quiso llorar y no podía, sólo quedó en shock, sin saber cómo reaccionar. Sólo sentía sus manos temblar y sentir que le faltaba aire.
El padre al ver cómo estaba su hijo, comenzó a lanzarle viento con una revista que encontró por ahí.
- ¿Y si ella le pasa lo mismo? - de sólo imaginarlo se puso a llorar, sacándose sus lentes y sintiendo el corazón desgarrarse.
- No le pasará nada - le dijo el mayor - . Haremos todo para que ella esté con nosotros - abrazó a su hijo, esperando que se traquilizara - . Sabes lo fuerte que es ella, y que nada le pasará - el de lentes asintió y le pidió a su padre que lo dejara que necesitaba ir al cuarto que era de ella.
Ya cuando lo dejaron ir, subió por las escalera y fue a la alcoba, entrando y viendo todo.
Al entrar notó ese osito que le regaló cuando fue a la universidad y ella le pidió un recuerdo que le dejara de él. Fue que le dejó ese osito blanco, que Matthew le tenía gran cariño y otros sentimientos que no entendía, pero le había parecido perfecto para ella.
Lo dejó en el mueble y fue por la mesita de luz, notando que había una foto de ella y su novio.
- Hay veces que ese quisiera ser yo - susurra con un deje triste, acariciando la parte que estaba ella - . Que estés bien, mi niña -dejó la foto en su lugar y se tiró a la cama, sonriendo al notar lo patriota que era. Teniendo el cubre cama de la bandera de su país.- Pequeña - llora en la almohada de ella al sentir el aroma - ... que no te lastimen... - dice contra la almohada, queriendo que ella no le pasara nada.
- Please - suplicaba entre el llanto, abrazado más fuerte la almohada, hasta quedar dormido.
To be continued.
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Forbidden
FanfictionAmelia, una joven que tuvo la felicidad en sus manos y se la arrebataron de la manera más cruel. Matthew, su hermano, que tratará de hacerla feliz. ¿Podrá lograrlo? En un mundo donde el incesto es un tabú, no se dará fácil. CanadáxNyo!América.