"No he visto el Rastrillo desde que arruinó mi vida,
pero sé que él ha estado en mi habitación mientras yo dormía.
Me conoce y temoque una noche me despertaré para verlo mirándome. "
Cerca de Saint River, Octubre 2012.
*Anda, dime que encontraste en el computador.–Pregunta mientras desempolva los anaqueles-.
*Estoy buscando–respondo-Listo.
* ¿Qué dice?–Indaga curioso-
*Dice... "A primera vista Robert es solo un muñeco de trapo, que representa en tamaño real a un pequeño niño marinero, que viste de blanco y lleva un osito bajo el brazo. Sus ojos son negros, pequeños e inexpresivos, carentes del realismo que usualmente se ve en las muñecas embrujadas; sin embargo, algo habita en Robert, y eso ha hecho que su presencia siembre el terror en cada inocente familia que ha tenido el Infortunio de poseerlo, pues nunca faltó quien afirmara que Robert se movía, que estaba vivo... El Muñeco Robert (conocido también como "Robert el Muñeco Embrujado","Robert el Muñeco Maligno", "Robert el Muñeco Poseído" o "Robert el Muñeco Encantado") tuvo como primer propietario a un talentoso artista y escritor de Key West: Robert (Gene) Eugene Otto, quien lo recibió de manos de un sirviente nativo de las Bahamas y versado en el vudú y la magia negra (esto ocurrió en 1906, cuando tenía apenas seis años). Según los rumores, la familia de Otto (Robert Eugene Otto) maltrataba a una pequeña niña sirvienta emparentada con el sirviente que sabía de vudú, de modo que El Muñeco Robert fue una venganza disfrazada de regalo, pues supuestamente estaba embrujado y hasta contenía cabello real (conseguido cuando el chico se cortaba el pelo en casa) del propio Otto Pese al hechizo, el muñeco tenía aspecto amable y pronto consiguió el cariño de su joven dueño, que lo bautizó con su primer nombre y, según cuentan, lo llevaba casi siempre con él. De hecho, esta amistad llegó a tanto que los padres de Otto (a quien llamaban por "Robert", pues era su primer nombre) le pusieron al juguete "El Muñeco Robert", a fin de evitar confusiones con su hijo.
"*Interesante–Dice riéndose-
Creo que tenemos un ganador.
*¿Estas mal de la mente? Acabas de traer un demonio con nosotros–contesto alarmada- debemos deshacernos de él.
*Ni de broma, Le preparare a Robert un lugar en la repisa. Que se sienta cómodo. Talvez sea mas fuerte que los que ya estan aqui. Skye, súbete a la mesa y colócalo en la repisa más alta, ten mucho cuidado.
*No pienso tocarlo–respondí, subiendo las escaleras a mi cuarto-
A veces quisiera volver al orfanato, ahí por lo menos tendría chicos de mi edad con quienes hablar y un custodio que no sea un Freak obsesionado con lo paranormal. El tío Thomas es excéntrico, bueno más allá de eso la verdad no
lo conozco muy bien pero en el poco tiempo que llevo con el ya trajo a casa un muñeco poseído que robo de un museo ocultista, eso no ha de ser un buen indicativo. Debería irme a costumbrando a sus extrañezas y a la soledad, no hay ni una sola casa cerca. Ningún vecino que molestar. El tío aun piensa que soy una niña decoro mi habitación de rosado como para una bebé. Compro muñecas para que jugara, solo puedo decir que son las muñecas más horribles que h e visto. Nosé si este capacitado para cuidar de alguien, ni siquiera si puede cuidarse el mismo. Estoy por mi cuenta, como siempre.
Me recuesto a la ventana mirando hacia el bosque, me pregunto que habrá ahí.
Escucho un grito.