Es muy posible que esta leyenda haya tenido su origen en la antigua cultura azteca, donde se creía en las Cihuateteo, que no eran otra cosa más que los espíritus de las mujeres muertas durante el parto y a quienes se les honraba por haber perdido la batalla que representaba el dar a luz; los antiguos pobladores de México Tenochtitlan creían que podían encontrar a estos espíritus llorando por sus hijos en los cruces de los caminos. Es muy común que las Cihuateteo estén profundamente relacionadas con la diosa Cihuacóatl (a quién ya hemos mencionado) quién, dentro de la mitología azteca, fue la primera mujer en dar a luz y por lo tanto se convirtió en la diosa protectora de los partos y de las mujeres que morían al parir.