Capítulo 1: Hermosos y elegantes

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5:00 a.m y mi mejor amigo el despertador me levantó de mi hermosa y cómoda cama. No paraba de soñar y no sabía donde estaba

-Kal apaga esa cosa -gritó Tyler desde el otro lado de la habitación -¡Kal!

-¡No se donde esta! -le grite desesperada por encontrar ese estúpido aparato

-Un momento ¿que haces en mi habitación? -le pregunté a mi hermano que estaba tirado en en piso con sólo un boxer puesto, ok eso es... Oh el despertador

-Larga historia -me respondió

-Bien, pero si sabes que es martes y tenemos que ir a clases ¿cierto?

-Le diré a tía Jess que estoy enfermo

En ese momento mi tía abrió la puerta de mi habitación. En esta casa nadie entiende que es mi habitación y no pueden entrar cuando quieran

-Muy tarde jovencito, iras al Instituto y al llegar hablaremos seriamente -respondió muy seria

Si no conociera a mi tía le creería su amenaza

-Y su madre vendrá a las 6 p.m así que es mejor que sus habitaciones estén acomodadas para entonces

Me tomó por sorpresa esa noticia tenía 3 meses de no ver a mi mamá. Ella y mi padre se la pasan trabajando y viajando todo el tiempo y por eso mi tía se hace cargo de nosotros, y aveces nosotros de ella.

***

Después de desayunar Tyler y yo caminamos a la casa de mi mejor amiga Tamara. Al llegar Tamara estaba en el auto esperando que llegaramos asi que subimos.

-Tyler ahora si me dirás ¿que hacías en mi habitación?

-Te importaría hablar de eso después -me hizo una mirada como "no pienso hablar en frente de Tam"

-Ok, pero hablaremos de eso en casa

-¿Tam tienes entrenamiento hoy -pregunte

-Si, lamento no poder acompañarte de camino. Pero si quieres podemos ir por un helado después

-Oh no te preocupes y que tal di dejamos el helado para otro día

-¿Tienes planes? -me mira con una ceja levantada

-Hoy llega mamá.

-Que buena noticia, tienes mucho de no verla

-Si -dije con una sonrisa.

Cuando llegamos al instituto Tyler se despidió mientras Tam y yo nos dirigimos a la peor clase de todas... matemáticas. Tam quería un café así que fue a la cafetería y yo me dirigí al salón sola y de repente un idiota me tiro haciendo que llene de tierra mis pantalones blancos.

-¡Idiota, fíjate por donde vas! -le grité

Al ver al chico no se me hacia conocido así que supuse que era un chico nuevo, tenía ojos oscuros igual que su cabello y piel blanca. Aparte de una cara bonita, tenía un buen cuerpo. Pero el muy idiota sólo se levantó y se fue corriendo

Fin Del JuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora