Estaba nerviosa, muy nerviosa. Mi vista se mantenía fija sobre el director Forbes. Prestaba suma atención a cada movimiento que el mayor frente a mí realizaba. Llevaba casi cinco minutos en completo silencio, ambos en completo silencio. Sentía que había pasado una eternidad y, sinceramente el silencio me incomodaba. Ninguno de los dos emitía ni una sola palabra. Sólo me dedicaba a ver al ya anciano director de la secundaria. Era tanto así que incluso me había percatado del hecho de que sus acciones seguían un patrón.
Leer, firmar, pasar la hoja, leer, firmar y pasar la hoja.
Mientras tanto yo sólo jugaba con mis dedos en una señal de nerviosismo. No tenía idea del por qué de su llamada de urgencia para presentarme en la dirección.
<< Si tan urgente era, ¿por qué no ah dicho nada? Vaya urgencia. >>
Decidí ignorar esos pensamientos que lo único que lograban era ponerme más los nervios de punta. Sólo esperaba que no fuese nada malo. Menos algo en lo que me viera involucrada por culpa de Lenay. Ó que se haya enterado de alguna travesura mía.
Tamborileé con mis dedos índice y corazón mi labio inferior ya harta. No pudiendo más con la intriga finalmente hablé:
-Disculpe si soy irrespetuosa, director Forbes. Pero ya no puedo aguantar ni un segundo más en silencio.
Un par de ojos grises se posaron sobre mí, dándome a entender que logré mi cometido de captar su atención. Oí un suspiro cansado seguido de un asentimiento de cabeza indicando que comenzaría a hablar.
-Señorita Schmidt, tengo entendido que usted es una de las mejores alumnas que hay en ésta secundaria. -hace un pausa esperando un asentimiento de mi parte. Larga un suspiro y procede-. Aunque estoy enterado también que es una de las alumnas más traviesas.
Una sonrisa de inocencia se forma en mis labios y siento la cara arder de la vergüenza. Me había pillado. Antes de que si quiera pueda comentar algo al respecto el me interrumpe y continua.
-Ahorrese las explicaciones señorita Schmidt. No la eh llamado para tratar ese asunto.
Al escuchar esas palabras suelto el aire que inconscientemente detenían mis pulmones.
-Aunque no dejaré este tema pasar por alto. -Advierte alzando una ceja acusatoria. Trago en seco y le concedo la razón con un asentimiento de cabeza.
-Bien, la eh mandado llamar por un propósito en especial. No sé si ya está al tanto del proyecto que la secundaria London School desea realizar. -Niego con la cabeza y el procede-. La idea es la siguiente: se hará un proyecto de intercambio con la secundaria Spadel Clair situada en San Francisco, California. Sólo los tres estudiantes con las mejores notas en el año podrán conocer California ó Londres y disfrutar por un año de los servicios que ofrece cada secundaria. El propósito del proyecto es que los estudiantes tengan un incentivo que los motive a sacar mejores notas.
-Prácticamente es como una recompensa por su alto desempeño. -concluyo por él quién me sonríe ampliamente.
-Exacto.
<< Vaya, con semejante recompensa hasta yo despierto mi lado competitivo. >>
Niego con la cabeza y sonrio por la barbaridad que acabo de pensar. Yo no sirvo para los viajes.
-Y... ¿qué tengo que ver yo en ésto?
Siento los nervios volviéndome a llenar. Creo tener una idea pero debo descartar esa posibilidad.
Una amplia sonrisa se planta en los labios del director.
-Señorita Schmidt, ¡Felicidades, ha sido escogida para el proyecto de intercambio con el instituto Spadel Clair! -exclama irradiando felicidad-. El avión a San Francisco, California sale hoy mismo. Tiene los gastos pagados por un año, tiempo que se quedará ahí. Sólo necesito éste cintillo firmado por sus padres ó tutor legal para confirmar su autorización. -Concluye feliz entregandome el pequeño papel.
Bajo la mirada hacia el cintillo y mantengo la vista firme en él. Sin embargo mi mente no está concentrada en eso. Tengo un manojo de dudas ahora mismo y no sé si habrá respuesta para cada una de ellas, los nervios me taladran el sistema. ¿Me voy a San Francisco? Esto debe ser un chiste de muy mala gracia... ¿verdad?
<< ¿Notas la seriedad del asunto? ¡El hombre te dio un cintillo para la autorización de un tutor legal! ¿cómo va a ser un chiste? >>
Mi subconsciente me reprende y aunque me cueste admitirlo tiene razón. Aún así, el director dijo que serían tres estudiantes, las mejores tres notas.
-¿Dónde están los otros dos? -pregunto aún con la vista firme en el papel que me tendió.
-¿Cómo? ¡Oh, claro! -chilló como si se le hubiese prendido el foco. Incluso podía imaginarlo con una bombilla sobre la cabeza-. No habrá otros dos, sólo será usted. Como es la primera vez que éstos se realiza únicamente irá una persona y se llevará a cabo como un experimento, depende los resultados que evaluemos se tomará la decisión de seguir con el intercambio ó no. Serás quien deje en alto el nombre de London School en la secundaria de California, pero no se sienta presionada, tomelo cómo una oportunidad de expandir sus horizontes.
<< Oh claro, sólo representaré a toda una escuela y si los dejo en mal no volverán a hacer un intercambio de alumnos y todos me odiarán. Pero todo normal, sin presiones. >>
Ignore esa voz. Sólo me ponía más nerviosa de lo que ya estaba. Y estaba mucho, muy nerviosa. Yo no soy la nota más alta de ésta secundaria, quizá sea el tercer puesto pero no el primero. Era la nota más alta quién merecía el viaje, no yo.
-¿Por qué yo?
El director Forbes fruncio el ceño desilusionado.
-¿No está feliz por ir a California?
-¡No, no! No es eso... no soy la mejor nota, no lo merezco. Ni si quiera soy de su confianza, eh estado muchas veces en éste lugar por haber causado estropicios. -comenté cabizbaja y nada orgullosa de eso. Más bien estaba avergonzada de mis actos.
Escuché las sonoras carcajadas del director Forbes lo que provocó que alzara la vista de golpe sorprendía. El anciano se secó las lágrimas que asomaban en las esquinas de sus ojos y negó divertido.
-Ay, Miley. Pero si es precisamente por eso que te estoy dando la oportunidad a ti, por que te tengo confianza y estoy seguro de que lo harás bien. -Abrí la boca dispuesta a protestar que no era digna de su confianza pero siguió hablando provocando que me callara-. Antes de que digas nada te aclarare el por qué de mi confianza hacia ti. Te metes en cada problema que te eh tenido en dirección muchas veces, Miley. También me ha tocado la tarea de supervisar que cumplas con tus castigos y en el tiempo que hago eso siempre encuentras alguna plática o tema de conversación que me hace reír y alegra el día. Otras veces con el simple hecho de ver como eres tan propensa a los problemas y que te tropiezas con todo, hasta con tus propios pies me hace reír. Eres una persona muy agradable, Miley. Y sé que si te doy éste cargo tu harás todo lo posible por hacerlo bien. Y te has ganado toda mi confianza, a pesar de ser una pilla que siempre se mete en problemas. -Río y su risa fue tan contagiosa que me uní a él.
Escuchamos el timbre de la secundaria indicando que llegó la hora de la salida-. Puedes retirate, Miley. Buen viaje, cuídate.
-Gracias, igualmente. -sin más salí de su oficina con una sonrisa pegada en el rostro. Me gustaba oír el hecho de que a las personas les contagiaba la felicidad y los hacia felices.
Al alzar la vista encontré a Lenay, (Nay) sentada en las bancas de espera.
-¿Qué pasó? ¿Qué te dijo? ¿Por qué saliste así? -Habló rápido mareandome.
Vi a Nay y entonces abrí grande los ojos recordando la situación borrando mi sonrisa de paso. Tendría que dejar a Nay, la única quién consideraba de mi familia.
Un nudo se formó en mi garganta y mis ojos picaban.
-Me voy a California... hoy.~·~·~·~
¡Hello people! Nueva historia 7u7r espero que les guste mucho. Nos leemos en el próximo capítulo.
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Trescientos sesenta grados [PAUSADA]
Teen FictionElla es la chica popular de intercambio y él es el marginado que todas desean. Miley es la risueña y Peter el amargado. A ella le desespera que él no sonríe; a él le desespera que ella siempre lo hace. Los dos son completamente diferentes. Verdadera...