Me llamo Eli y voy a contarles mi historia. Como todos yo tenía una abuela que me cumplía todos mis caprichos, me defendía y no faltaba a ninguna fiesta de cumpleaños, ella siempre era la primera en llegar y en desearme un muy feliz cumpleaños. Mis padres a fin de año suelen tener una velada para concluir el año; esos días nos dejaba con mi abuela, a su cargo, a mi y mis hermanas, Yo soy la del medio, mi hermana mayor se llama Katni, la menor Sami.
Una de esas noches con tan sólo 12 años, fui a dormir con ella, por cierto amaba mirar el programa de lucha libre; esa noche dormí con ella, muy felices nos dijimos buenas noches y así despidiendonos hasta el otro dia, me estremeci en un sueño profundo.
Al despertar el día siguiente, mis padres vinieron por mi y mis dos hermanas, almorzamos todos juntos vimos tele, nos reímos y la pasamos muy bien. Al irnos mi abuela me despidió con un fuerte abrazo.
Al pasar tan sólo dos días, sin poder comunicarnos con ella, mi madre decide ir hasta su casa para ver todo estuviera bien; Al llegar, y tocar un par de veces nadie atender decidió hablar con los vecinos, pero todos daban la misma respuesta, nadie la había visto salir de la casa. Mi madre ya asustada, muy preocupada decide forzar la puerta y entrar. Allí fue donde la encontro, dormida, desesperada mi madre trataba de despertarla pero no había caso, ella ya no estaba con nosotros. Falleció en sus sueños.
Al regresar a la casa llorando con sus ojos brotados, debo admitir que supuse lo que ocurría; tras llamar a mi padre, que por casualidad fui yo quien atendió el celular, mi padre desesperado salió a buscarla. ¿Cómo no lo iba a imaginar? Por más horrible que sonará, yo sabía que eso había sucedido.
Ella y mi padre silenciosamente se acercaron a la mesa donde nos encontrábamos con mis hermanas, con su cabeza gacha se sentaron a nuestro lado, nos miraron a los ojos y tan sólo lo dijeron sin más preámbulos. Mi hermana destrozada tan sólo gritaba ¡ No mi abuela no!. Yo tan sólo no lo soportaba y decidí encerrarme en la habitación a llorar en paz. Ahora sólo me quedaba su recuerdo.
Al pasar la noche, camino al velatorio todo era silencio. Y ocurrió lo que el resto sabe; desde ese momento cambio mi forma de pensar, mis opiniones, mi forma de ver la vida. Se fue cuando menos lo esperaba, sólo se que la voy amar siempre. De ella además de los regalos materiales me queda una cachorrita, una caniche; a la cual ahora con 16 años la cuidó, y la quiero con mi corazón. Se llama Sasha, es muy obediente y tranquila. Y esto es lo que me queda.
Ese abrazo fue nuestra despedida.

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De Corazón
RandomSiendo muy chica Eli debe despedirse de su abuela. Ella estremecida en un sueño tan sólo se va. Pero Eli lo acepta tras sufrir, sabe que esta en un lugar mejor protegiendola.