The dark side

2.

 Miles de preguntas se reproducían en mi mente, pero todo se reducía a un punto. Las pesadillas.

 Llevaba más de un mes teniendo extrañas pesadillas, no eran constantes, sin embargo, me mantenían en vela durante varias horas.

 Todas las pesadillas se reducían a esa casa abandonada, que en mis sueños se encontraba en buen estado. Me veía hablando con el mismo chico de la advertencia, teniendo una fuerte discusión, luego todo se volvía negro y parecía como si despertara en una especie de mesa con mis extremidades atadas a las esquinas y velas rodeándome, varias personas entraban, la mayoría vestía atuendo negros, el otro poco el mismo color acompañado del rojo.

 Todo se sentía tan real, como si ya lo hubiese vivido y sólo estuviese recordando. 

 Las personas se situaba a mí alrededor y empezaban a mover sus bocas como si estuviesen haciendo una especie de rezo. Luego, un hombre mayor agarraba un cuchillo y lo empezaba a pasar por la piel de mis piernas, dejando varios cortes en ellas, subía lentamente, haciendo el mismo proceso con mis brazos. Sintiendo la sangre salir de los cortes, empezaban a picar y arder.

Todo era una especie de tortura.

Parpadeé varias veces, despejando mi mente de esas estúpidas pesadillas.

 Nada tenía sentido, ni las pesadillas, ni lo que presencié en la casa abandonada. Quizás en mi otra vida hice algo malo y lo estaba pagando con mis pesadillas, digo, ahorita no soy muy santa, supongo que antes tampoco.

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