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El muchacho de dieciséis años bufó. No era justo.


─Mamá. ─llamó una vez más, tenía la esperanza de que su madre volteara a ver si podía hacer sus "ojitos de perrito"  y tratar de convencerla. La mujer la ignoró.─ Es injusto.


─Basta de rabietas, Cameron.─ la mujer respondió, aún sin mirarle.─ Debes mantenerte alejado de todos ésos videojuegos, sal un poco.─ ésta vez no se dejaría manipular.


─¿Qué quieres qué haga?─ se golpeó los costados del cuerpo, mostrando su frustración.─ No hay más grabaciones, no empiezan hasta al menos unos meses.


─Lee un libro.─ Lily comenzó a enumerar todo lo que podría hacer.─ Sal con tu hermana, ¿Recuerdas qué Maya existe, no?─ su madre habló, sarcásticamente.─ Pasa un poco de tiempo con Maya, ella te adora.


Cameron suspiró.


─¿Y qué hay de papá?─ preguntó.


─Victor está ocupado y lo sabes.


Se dio por vencido, sabiendo que si protestaba, sería un caso perdido. Lily, sabiendo que había ganado, se dio la vuelta y continuó lavando los platos.


─Y ni se te ocurra tratar de agarrar alguna de ésas cosas, Mica.─ ya estaba advertido, su madre había usado su segundo nombre.


─Iré a ver qué está haciendo, Maya.─ tomó su chaqueta, las llaves y salió de allí.


─¡Está en el orfanato cerca de aquí!    


(...)


Luego de haberle dado tres golpes a la puerta color caoba de ése edificio, se quedó fuera esperando. Era época de navidad y ya se empezaba a sentir en California, incluso ya habían empezado a decorar todo en el orfanato.


Para su suerte, fue Maya la que abrió la puerta, debía estar ahí a ésa hora. Aunque, buena parte del día se la pasaba allí, Cameron suponía que era porque le encantaban los niños o algo así, Cameron también había ido varias veces, y podía recordar a algunos niños.


─¡Viniste!─ exclamó la chica de trece años.


Cameron le sonrió a su hermana y ésta se hizo a un lado, dejándolo pasar.


─Sí, ¿Necesitas ayuda con algo en tu turno?─ preguntó éste, mirando como los niños correteaban de un lado a otro.


─Mamá te castigó, ¿No es así, Cameron?─ Maya sí que lo conocía bien.


─Algo así.─ fue lo único que dijo, no queriendo contar la historia completa.─ Entonces, ¿Necesitas ayuda o no?


─Pues, Olivia está aquí y ella me ayuda.─ respondió la menor de los Boyce.


¿Olivia? Jamás había escuchado de una Olivia en el orfanato.


─¿Olivia? ¿Quién es Olivia?─ preguntó.



─Es algo nueva. Pero es una gran chica y es de mucha ayuda para la señora Park. Ven, te la presentaré. ─ Maya le tomó del brazo, para luego guiarlo más adentro.─ Y, no le hagas caso a su disfraz, es sólo por los niños.



¿Disfraz? ¿Qué rayos?


Sin más, llegaron hasta la sala de la casa, en donde ahora, la mayoría de los niños se encontraban ahí, la hora de la siesta, Cameron aún lo recordaba. A veces, su madre solía dejarlo ahí en las tardes con la señora Park, para que lo cuidara, y así jugar con los otros niños. Claro que eso pasó mucho antes de que comenzara a grabar y a tener ensayos sin parar.


Entonces, el león rugió.─ su atención se volvió hacia la señora Park, que le contaba un cuento a los niños, con lo que no contó fue con el rugido que vino a continuación. ¿Estaban escuchando un audio libro?


Miró al costado de la mujer mayor, encontrándose con una chica rubia, y de ojos azules, pero eso no era lo que resaltaba, sino que toda su cara estaba rellena de una combinación de pintura naranja y amarilla, al parecer ella simulaba ser el león. Quien hizo ése maquillaje debía tener talento, porque Cameron tenía que admitir que se veía fantástica.



Tuvieron que esperar a que el la hora del cuento y de la siesta terminara, debió haber pasado un largo rato, porque cuando Cameron iba a levantarse del suelo, sintió las piernas entumecidas y se hubiese caído si no fuera por una mano que se posó en su brazo, impidiendo que su cara besara el suelo.



─¿Te encuentras bien?─ se volteó para encontrarse con la chica tigre. Le sonrió levemente.



─Sí, gracias. Sólo que mis piernas se durmieron. ─ agradeció.



─¿Eres el hermano de Maya, cierto?



Cameron asintió.



─Ella habla mucho de ti cuando está aquí.─ dijo.─ Soy Olivia.



─Cameron.



─Ven, te daré una paleta, para que te "recuperes"─ la chica bromeó, sacando la lengua, divertida. El soltó un débil "okay" y tuvo que admitirlo.


Era muy bonita.  


N/A:



Bueno, pues, luego de esperar cuatro meses (Sí, cuatro) al fin llego yo con el primer capítulo de ésta historia, que les aviso les dará diabetes algunas veces y algunas, lo único que querrán hacer será llorar. Espero que les haya gustado el primer capítulo. Y que comenten mucho para saber su opinión, tanto como en I Forgot Her (Que tengo el capítulo en borradores, no se preocupen, que la historia sigue, tranquilas xx)



¡Nos leemos!



─Rose.




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⏰ Última actualización: Dec 18, 2015 ⏰

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Orfanato ; cameron boyce.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora