A lo lejos veo un jardín lleno de rosas,
todas de distinto color,
pero todas con única belleza.
Entre mas me acercaba,
mas notaba como las rosas se marchitaban,
entre mas acariciaba una,
mas se secaba,
entre mas veces tomaba una,
mas sangre había en mis manos.
Quizás sea yo el mal,
quizás sea yo el dolor,
quizás lo fui,
quizás aún lo soy,
pero.. ¿no puede uno cambiar?
Quizás quiero ser yo la que riegue cada una,
y las cuide,
como no cuide las mías.
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Versos de un demonio enloquecido.
PoésieEscribir tranquiliza, dormir relaja, mirar la noche enloquece, los pensamientos juegan con tu mente por lo que tu sonrisa aparece mágicamente.