pretend

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Por más que ella quería mirar hacia el otro lado de la rejilla, asomaba impaciente hacia el reloj,
éste le marcaba los minutos exactos para la hora correspondida.
Bajó sus pálidas manos llenas de pequeños rasguños y tocó sus mejillas con calidez,
sonrió hacia el gesto de gratitud y ternura que desprendía ése mágico ser.
¿Por qué mágico?
ella era cómo un ángel que descendió del cielo,
fue una bendición.
Ella lo ayudó a saber amar,
y él, pudo por fin cerrar esos ojos llenos de lágrimas,
pudo dejar de respirar y seguir agonizando del dolor.
aquella mujer, se tragó el dolor más horrible que apretaba su latiente corazón.
Se desvaneció abrazando aquél cadáver que yacía en la camilla de aquella habitación.

;ym.
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-sawano

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