La castaña terminó de ordenar las últimas películas sobre el estante. Ya llevaba un año con la misma rutina, ordenar y cerrar el local a la hora acordada con su jefa, ni un minuto más ni un minuto menos, así era Tiffany, puntual.
Tomó su bolso y corrió a la salida. Eran las 10:00 pm de seguro la chica a la cual esperaba ver todos los días ya salió de su trabajo.
Tiffany tenía un pequeño gran secreto.
Estaba enamorada de la pelinegra que vivía hace tres meses al lado de su departamento, si esta se llegaba a enterar de que la castaña tenía una gran obsesión por ella, pensaría que Tiffany estaba loca... y en efecto, probablemente estaba en lo cierto.
Pocas veces hablaban un "hola" o un "adiós" para Tiffany era suficiente, amaba escucharla y saber que por un momento le prestaba atención sólo a ella.
Cerró el local con llaves y caminó como todos los días a su departamento, al llegar esperó ver a la pelinegra subir en el ascensor pero para su suerte ni rastro había de ella. Miro disimuladamente el estacionamiento para ver si se encontraba su auto. Nada. Bufó.
—¿Busca a alguien señorita Hwang? —la voz de la recepcionista a sus espaldas la sobresaltó—.
—Dios! Seohyun, casi me matas del susto —soltó todo el aire que contuvo en sus pulmones—.
—Lo siento señorita, no era mi intención asustarla —se disculpó haciendo una reverencia—.
A pesar de que SeoHyun ya llevaba varios meses trabajado en el edifico, jamás dejaba de lado la formalidad frente a Tiffany
—No te preocupes Seo ¿que te he dicho de formalidades? Sólo dime Tiffany
—Está bien señori... Tiffany
—Así me gusta, de casualidad has visto —miro a todos lados esperando a que nadie la escuchara— a la chica que ocupa ese aparcamiento —apuntó al lugar donde debería ir auto de la pelinegra—.
—¿A la señorita Taeyeon? —preguntó con atención—.
—Si, a ella —suspiró al escuchar su nombre—.
—Oh.. —miró a Tiffany con curiosidad— debe estar por llegar, pero si quieres cuando llegue le digo que la estás busca...
—¡NO! —grito desesperada— digo no... —bajó el volumen de su voz avergonzada— no.. no puede saber
—¿Por qué?... ¿Ella te gusta? —preguntó alzando una ceja mientras mirada fijamente a la castaña—.
Tiffany se sintió como una colegiala descubierta por una de sus compañeras de clases
—¿Por qué preguntas eso? —miró a SeoHyun con miedo—.
—Es obvio —pensó— siempre entras a la misma hora que entra ella, la miras mucho, te pones nerviosa cuándo te saluda y tu sonrojo es demasiado evidente —rio mientras Tiffany abría los ojos como plato—.
—¡Ay dios! ¡¿tú crees que se habrá dado cuenta?! —tomó su rostro con sus dos manos— ¡Soy tan obvia! —chilló como una niña pequeña—.
—No lo creo, ella parece estar siempre en su propio mundo —la tranquilizó— espera... ahí viene
Seohyun se apresuró en ir a buscar las llaves de la pelinegra.
Tiffany sintió ganas de salir corriendo, pero claro que no lo haría, ¿que pensaría Taeyeon? ¿que escapaba de ella?.—Hola —Taeyeon se acercó a saludar a la castaña mientras esperaba sus llaves—.
—Ho..Hola —Tiffany le devolvió el saludo nerviosa—.
Se sintió aturdida por lo guapa que se veía hoy
—Chicas, sus llaves —Seohyun se las tendió a las dos—.
"Gracias" contestaron al unísono. Taeyeon caminó al ascensor mientras Tiffany la siguió aún con los nervios a flor de piel.
—Tiffany... ¿verdad? —la castaña asintió—.
Ya dentro del ascensor la pelinegra se había atrevido a hablarle. Por dentro se estaba muriendo, Taeyeon había dicho su nombre ¡lo había dicho! Para la castaña era música para los oídos escuchar su nombre salir de los labios de Taeyeon
—Kim Taeyeon —le tendió la mano— nos vemos seguido pero creo que ya es hora de que nos presentemos —sonrió de lado—.
Esa sonrisa fue lo justo y precisa para re-matar a Tiffany
—Hwang Tiffany —tomó su mano temblando, era tan suave— creo que tienes ra..razón
"Deja de tartamudiar idiota" se regañó... pero enseguida se distrajo por el cosquilleo que le provocaba la mano de Taeyeon sobre la de ella
—¿Estás bien? Tus mejillas están rojas —soltó su mano para ponerla sobre su frente, suficiente para que el rostro de Tiffany se volviera aún más rojo— estás ardiendo
—Hace.. calor aquí dentro y me duele un poco la cabeza —se justificó, pero Taeyeon frunció el seño confundida—.
Vaya... que mentirosa eres Tiffany, te crecerá la nariz.
—No lo creo, yo tengo frío Tiff.. —se detuvo por el sonido de las puertas del ascensor abrirse— ven —tomó su mano tirandola junto a ella— te daré algo para que bajes la temperatura
Tiffany encantada pero a la vez nerviosa accedió.
¡Estaba sosteniendo su mano! Era más que perfecto...
No se dio ni cuenta cuando ya estaba dentro del departamento de Taeyeon.Miró todo con atención, la pelinegra tenía una repisa llena de velas con distintos aromas, dibujos y cuadros colgados a la pared, en conclusión todo era perfecto.
"Otra razón para estar con ella" anotó mentalmente en su lista de "razones por las que amarla"—¿Por qué tienes tantas velas? -preguntó oliendo algunas de ellas-.
—Mi olfato es muy sensible y me gusta tener distintas variedades de olores, ya sabes... todo lo que me guste tiene que estar bien perfumado —rio, caminando hacia la cocina—.
Tiffany la escuchó con atención, esperó a que desapareciera por la cocina y comprobó disimuladamente si ella olía bien "Todo lo que me guste tiene que estar bien perfumado" recordó "Bueno... al menos esta mañana me he puesto perfume" pensó.
"Oler bien para Taeyeon" anotó en su lista mental.
—Bien, puedes tomar esto —Taeyeon volvió aparecer a su lado con una pastilla y un vaso con agua-.
—Gracias —hecho la pastilla a su boca y luego tomó un trago de agua— espero que esto funcione —Taeyeon la observó fijamente—.
"Copera Tae, si me sigues mirando así no funcionará" pensó
—¿Esos cuadros los hiciste tú? —preguntó curiosa—.
Necesitaba urgentemente cambiar de tema
—Sí, en mi tiempo libre adoro dibujar y pintar cuadros, es mi pasatiempo favorito —sonrió—.
—Son muy hermosos, tienes talento Taeyeon —la elogió, por primera vez vio como las mejillas de Taeyeon enrojecían—.
—Gra..Gracias supongo —se encogió de hombros—.
"Awww, es tan adorable, lo que daría por abrazarla justo ahora" sintió ganas de lanzarse sobre ella y besarla... "Vamos Hwang contrólate" se regañó
—Bueno, creo que es hora de que me valla, muchas gracias por todo Taeyeon —caminó hacia la puerta cabizbaja—.
No quería irse pero tampoco quería incomodar a Taeyeon
—¿Ya te vas? ¿No quieres quedarte un poco más? Si quieres podemos ver una película, es viernes —intentó detenerla, sonó casi desesperada, la compañía de la castaña le gustaba-.
Tiffany sintió su corazón bailar dentro de ella, quizás a lo Michael Jackson....
Taeyeon no quería que se fuera.