The real life

9. Algún día.

Al día siguiente me levanté sin muchas ganas de ir a clase, lo que había pasado la noche anterior con Jake me había dejado demasiado confundida.

No podía llegar a comprender en que me momento mi comportamiento le había dado a entender que era el tipo de chica que estaba con mas de un chico a la vez. Eso no podía estar mas lejos de la realidad y cualquiera que me conociese lo sabia por que para empezar ni siquiera podía conseguir un chico as que mucho menos dos.

Al entrar al instituto me di cuenta de que ya habían empezado a colgar los carteles para el baile lo que significaba chicas locas y desesperaras por conseguir la mejor pareja y el mejor vestido durante las próximas dos semanas.

Yo no solía ir pero este año había decidido que por ser el ultimo año no me perdería ningún baile por lo que tendría que empezar a buscar un vestido.

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Las clases pasaron como siempre la verdad que estuve muy relajada ya que no le vi en todo el día.

A la hora del almuerzo me senté con Beka y las demás y para mi sorpresa Mark se había sentado con nosotras. Me divertí demasiado, al parecer Beka y Mark era primos y se había pasado casi todo el almuerzo peleando por quien era el mas guapo de la familia.

Cuando llego la hora de la salida espere a Beka en el aparcamiento ya que la llevaría a su casa.

- Oye Amy necesito que me hagas un favor esta noche.- Dijo poniendo ojos de cachorro, una vez estábamos en el  coche.

- Haber dime.- Suspiré esperando que dijera lo que probablemente iba a ser una locura, por que con Beka sus favores siempre eran así.

- Bueno es que hay un chico..- Mientras lo decía jugaba con sus manos como si estuviera nerviosa pero la conocía lo suficiente para saber que era parte de su actuación.- y bueno ese chico me ha invitado esta noche a ir a una especie de discoteca con el pero mis padre no me vas a dejar si voy sola.

- Y quieres que yo te acompañe.- La interrumpí sabiendo hacia donde iba la conversación.

- Siiiip y como eres tan buena amiga esperaba que no me dijeras que no. Respondió mirandome otra vez con ojos de cachorrito.

- Bueno vale pero no podemos volver muy tarde que es martes y mañana hay clases.

- Aissss TE QUIERO eres la mejor.- Dijo dando saltitos en el asiento del coche.- Bueno pues haber el lugar es para mayores de edad por lo que te tienes que vestir como tal. Así que espero que estés lista a las 10 que paso a buscarte, te quiero, adiossssss.- Dijo hablando apresurada mente y se bajo del coche en cuanto llegamos a su casa sin darme tiempo a contestar.

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Eran las nueve y yo todavía no sabia que ponerme y me estaba volviendo loca por que bueno, en general mi vestimenta consistía en sudaderas y vaqueros o mayas, no tenia nada arreglado y mucho menos para aparentar ser mayor de edad.

Cuando dieron las nueve y media decidí pasar al maquillaje ya que no iba a conseguir nada tirada en la cama pensando en que ponerme. Me maquille sencilla solo e delinee el ojo, puse rimel a mis pestañas y un brillo de labios.

Cuando terminé de maquillarme me acorde de un vestido que me había regalado mi hermano cuando cumplí los diecisiete; era negro, y ajustado al cuerpo, llegaba hasta medio muslo, era de manga larga y tenia un gran escote. No es que fuese algo que yo hubiera elegido pero como no tenía otro que ponerme decidi que ese seria. Lo combine con unos tacones que no sabia de donde habían salido pero llevaban en mi armario meses o incluso años.

A las diez en punto llego Beka a buscarme y en cuanto me vio me empezo a alagar diciendo que donde había tenido escondido mi cuerpo tanto tiempo y yo simplemente me reí. Me incomodaban los alago ya que no estaba acostumbrada a recibirlos.

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En cuanto llegamos a la discoteca Beka me abandono y se fue con el chico al que por cierto ni siquiera me presento, por lo que me acerqué a la barra y pedí un cubata que se llamaba tocarme los huevos, al parecer en ese bar todas las bebidas tenia ese tipo de nombre lo que me causo  gracia.

Llevaba cinco minutos dando vueltas por allí cuando me di cuenta de a que se refería Beka al decir " una especie de discoteca". Justo en el medio de esta se encontraba un ring y por lo que pude deducir al ver como la gente trapicheaba, lo que hacían ahí no era precisamente legal. En cuanto me di cuenta desee encontrar a Beka y matarla por haberme dejado sola en un sitio como ese.

Habia decidido que me quedaría en la barra, lo mas lejos posible del ring, ya llevaba hay unos quince minutos cuando de pronto un hombre se subió al ring con un micrófono.

La gente se puso como loca a gritar y vitorear, no me hizo falta ser muy lista para darme cuenta de que esta noche iba a haber una pelea.

- Señoras y señores espero que ya hayan echo sus apuestas por que la pelea va a COMENZAAAAAAAAAR. - Dijo el señor del ring gritando lo ultimo haciendo que la gente volviera a gritar.- Muy bien señores cálmense.- Hizo una pausa esperando que la gente se relajara.- En la esquina derecha con 120 quilos y mas de 20 victorias a su pies tenemos al guardián del inframundo CERBEROOOOOO.- Otra vez la gente empezó a gritar algunos vitoreaban y otros abucheaban.- Y en la esquina izquierda con 80 quilos tenemos a nuestro campeón el chico que nunca pierde, y por que que todos vosotros deberíais haber apostado en REY de ring DAEMOOOOOOON.

Los dos subieron al ring, el tal cerbero parecía un armario con patas, probablemente midiera unos dos metros y sus brazos fueran mas grandes que su cabeza, no se quien seria el tal Daemon pero desde luego que si yo fuera el temería por mi vida.

El que supuse era Daemon subió con la capucha puesta por lo que no pude ver como era pero a simple vista se notaba que el otro le sacaba dos cuerpos.

La pelea iba a empezar por lo que el presentador se bajo del ring. En cuanto sonó lo que pareció ser una campana Daemon se quito la capucha. Y no se como entre tanta gente nuestras miradas se encontraron y me quede anonadada al ver quien era.

Jake estaba ahí dedicándome una mirada que parecía ser de preocupación, pero no sabia si era por mi o por el mastodonte con el que tenia que pelear. Seguramente fuera por el por que después de lo de la otra noche dudaba mucho que el se fuese a preocupar por mi.