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Afinó las cuerdas de la guitarra; mientras que se subía al sillón. Tenía su cuaderno de canciones a un lado mientras que la guitarra la sostenía en sus piernas.

Vestía unos calcetines mas arriba de sus tobillos, un short rojo deportivo y corto. Una camiseta blanca y un gorro de lana mal colocado. Tocó pequeñas notas mientras que susurraba la letra de su nueva canción.

Louis lo observaba con afán; mordiendo su labio y entreteniendose con aquellas piernas blancas tan bonitas que poseía. Niall Horan era una locura completa. Liam y Zayn habían salido y Harry estudiaba psicologia II. El de ojos azules apenas había regresado de comprar su armamento.

Y ahora se dedicaría a planear todo con paciencia.

Jalaba.

Duro y rápido.

La glande sonrojada se hinchaba cada vez que subía su puño hacia arriba. Dejando ver la ranura escurriendo de líquido preseminal, todo su pene estaba erecto e hinchado.

Masajeó sus testículos con paciencia y soltó un gemido profundo cuando su dedo se deslizó hasta el periné. Esa zona que quedaba en medio de sus bolas y su dulce entrada. Aquella zona estaba intacta y virgen. Sus dedos rozaron otra vez y al tiempo que presionaba su glade; apretó aquella zona con fuerza y subió inmediatamente sus caderas.

—M-mierda... —Sus caderas se movían rápido y su puño masturbaba su polla, lentamente. Sus dedos rozaron sin querer su entrada y soltó su miembro asustado. Se sentía tan bien...

Niall había besado a chicos y había dado algunas jaladas. Pero nadie había llegado hasta allí; habían recibido mamadas, pero nadie le habia tocado todo su dulce culo.

Por instinto chupó dedo corazón; ensalivandolo todo, pensando aue tal vez era una polla dura y esperando por desvirgar su trasero. Se mordió el labio y trato de meterlo. Dolia hasta la jodida. Pero empezó a masturbarse nuevamente y aquello se sentía muy bien.

Su dedo se metió a la mitad y ardió, pero siguió hasta que estaba dentro. Dios, su cadera empezó a mecerse y sus nalgas se apretaban haciendolo sentir en la luna.

—Más... Más... —Gimió agudo esta vez y justo cuando estaba por venirse. Su dedo se curvó sin querer y apreto el conjunto de nervios que llamamos prostata. Se sentía como una zorra caliente.

Telas de semen mancharon su pecho, sus tetillas y cerca de su cuello. Fue un buen orgasmo. Delicioso.

Saco su dedo lentamente; jadeando aún mientras que se colocaba boca abajo y trataba de recuperar la respiración. Al cerrar sus ojos; la primera imagen en su mente fueron esos cuatro chicos.

Al otro lado de su habitación; también hubieron cuatro orgasmos.

Y es que las paredes no eran tan sólidas como el rubio pensaba.


Banana |Niall | ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora