Capítulo de la Integración Parte I: La Llegada

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Las hojas caían y el otoño comenzaba, era un nuevo día y las clases empezaban. Sabía que sería difícil iniciar de nuevo en otra escuela, hasta ahora ya he pasado por tres diferentes secundarias y sé que todo sería diferente, nuevos maestros, nuevos amigos y nuevas aventuras mas no es algo a que no esté acostumbrado. Me aventuré a pasar de la puerta principal sin saber cuál era mi salón de clases; sin embargo, estaba dispuesto a dar mi mayor esfuerzo para sacar las mejores notas, era mi último año.

Quedé petrificado al entrar, era una escuela enorme con más de 15 aulas de estudio, contaba con tres laboratorios, dos sala audio-visual, dos canchas de basquetbol, dos de fútbol, un patio cívico gigante, una biblioteca con una extensa variedad de libros...era verdaderamente impresionante. Me recordaba mucho a las escuelas que solo podía ver en las películas, las secundarias anteriores a las que había asistido eran mucho más pequeñas, tal vez menos de la quinta parte de esta. Tenía la boca abierta y no estaba reaccionando ante aquella gran escena, segundos más tarde un ligero golpe en mi hombro acompañado de una dulce voz rompió con mi estupefacción.

-No deberías quedarte todo el día ahí parado, las clases darán inicio en veinte minutos y por tu cara debes ser nuevo.

Me dí la vuelta y me maravillé con lo que veía, un chico de aproximadamente un metro sesenta y seis de altura, complexión delgada, con el pelo semilargo de color castaño, piel blanca y ojos claros. Sus labios me resultaban muy atractivos y su mirada me cautivó en un segundo... no podía respirar y no me creía que tal guapura me hablará a mí, un chico de un metro sesenta y uno de altura y cabello no más corto que el de él y tres tonos más obscuro, ojos café claro y muy poco atractivo.

-Bueno, ¿me vas a decir tu nombre ó te me quedarás viendo todo el día? -preguntó en un tono muy burlón, ¿se habrá dado cuenta de que me gustó?

-Ah, perdona es solo que... me perdí en mi mente. Soy Ángel, mucho gusto. -respondí tímidamente.

-Fantástico, soy David, ahora dime tu grupo. -exigió.

-Soy de tercer año... -bajé un poco la mirada- . del grupo "C"

-¡Eso es doblemente genial! -alzó los brazos y se emocionó mucho, no entendía porque- Pertenezco al grupo "C" igual que tú, eso quiere decir que seremos compañeros, ¡vamos te llevaré al salón de clases! -me tomó del brazo y me jaló para que lo siguiera.

Me tomaba de la mano y sonreía mientras me llevaba a nuestro salón y yo miraba con total admiración aquel chico tan bello. Un resplandor iluminó su rostro y quedé aún más cautivado y no entendía porque sentía tanta atracción si no lo conocía, tal vez es la emoción del momento. El viaje fue largo, o al menos así me pareció, nuestro destino estaba ubicado al otro extremo de la escuela y era extraño porque solo había tres aulas en esta parte y me hacía sentir desolado.

-También son de tercero, ahí están el grupo "A" y el grupo "B", somos los únicos grados que están separados del resto de la escuela... aunque no entiendo el porqué. -dijo como si me leyera la mente. -Bien, llegamos, ¿estás listo?

-Supongo que estoy un poco nervioso, eso es todo. -respondí bajando la mirada e hizo un ademán para que pasara primero.

Entré y quedé sorprendido al ver un espacio tan limpio y ordenado en una escuela, era un grupo pequeño y todos parecían llevarse bien. Éramos 18 estudiantes, ¿serían todos mis amigos? Espero que sí. Uno de mis compañeros advirtió mi presencia y me miró fijamente, me mordí el labio y volteé la mirada. Un segundo después el ruido cesó y todos me prestaban atención. ¡Qué momento tan más incómodo!

-¿Por qué en lugar de mirar no preguntan su nombre? -escuché una voz al fondo.

-Se llama Ángel. -David posó sus manos en mis hombros y me puse rígido. -Saluden, no hay que ser mal educados.

La Voluntad De Un Alma Sin CuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora