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La vida le había dado el golpe mas fuerte que esta podría dar, su padre no podía creer la situación, ¿cómo te sentirías tu, si fueses doctor y perdieras a un paciente? ¿Si fuese el primer paciente que pierdes?

La vida le había dado el golpe mas fuerte que esta podría dar, su padre no podía creer la situación, ¿cómo te sentirías tu, si fueses doctor y perdieras a un paciente? ¿Si fuese el primer paciente que pierdes?

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—necesito verla! - gritaba la adolescente descontrolada y aguantandose las lágrimas.
Su padre se sostenía fuertemente en la pared para no caer, la respiración de ambos era agitada, el shock y el dolor no podían ser controlados, las enfermeras veían la situación sin saber que hacer y una que otra se atrevía a dejar sus lágrimas caer.
La chica empujó la puerta de entrada al quirofano, sin importarle los gritos de las demás enfermeras negandole el paso, corrió por el blanco y frío pasillo hasta la habitación 14, entró como loca y la vio...  Vio a su madre tendida en la cama con ojeras extremadamente grandes. En estos últimos meses había perdido mucho peso, su cabello negro había perdido el brillo y el moreno tono  de su piel se había convertido en un pálido y amarillento color, sus labios habían empezado a secarse, la chica no podía creer lo que estaba viendo, no por el estado en el que se encontraba el ser que más amaba en el mundo... Sino... Porque ese ser no respiraba, no se movía o sonreía débilmente como ya se había hecho costumbre que lo haga.
-mamá ?.... - se acercó muy lentamente mientras luchaba para que las lágrimas no sobrepasen el Límite de sus ojos. -  mamá ?...
Le tocó la mano y fue entonces cuando aterrizo a la realidad, sus manos estaban heladas,estaban... Sin vida...
-mamá ? No me hagas esto - empezó a llorar- por favor! Despierta!  - la movió de los hombros lentamente.
Al no recibir una respuesta y sentir esa impotencia de no poder hacer nada,  bajo la cabeza mientras unos sollozos fuertes salían de su ser y se apoyo en el pecho de su madre.
-perdóname. - entro su padre a la habitación-perdóname hija, perdonenme las dos.
La joven se separo de su madre y miro al doctor... su padre...  Se acercó a él y lo abrazó.
-no...no te disculpes... Papá.
-tu madre.. Ella..
-no es tu culpa... - lo tomó del rostro y trató de sonreír -  no es tu culpa, a veces... La vida... La vida No es para todos.

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Las Tres Personas Que Debes Conocer Antes De Morir. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora