Tres.

61 3 2
                                    


Capítulo tres: Chloe, Max y mamá.


Mi hermano acababa de salir, dijo que me traería una sorpresa. En esos momentos me encontraba tumbada en la cama de la habitación, con la mirada perdida en la ventana, anhelando salir al exterior.

De pronto la puerta se abrió, dejando pasar a un hermano sonriente. Al verlo me incorporé. Detrás de él, entraron una chica y un chico tomados de la mano y sonrientes. La chica tenía la piel clara y el pelo castaño y ondulado. Era alta, aunque el chico lo era más. Este lucía una amplia sonrisa que dejaba mostrar unos brillantes dientes y que le llegaba hasta los ojos, achinándolos. Su pelo era oscuro y estaba desordenado.

Ambos, al verme, corrieron a abrazarme. Y me tensé. Mi hermano rápidamente lo notó, ya que me veía por un lado, y carraspeó.

— Chicos, os recuerdo que tiene amnesia.

— Cierto, solo que era la emoción del momento —dijo el chico mientras se separaban y me miraban—. Yo soy Max, tu mejor amigo desde... siempre —me sonrió y yo tras asentir levemente con la cabeza le devolví la sonrisa—. Ella es Chloe, tu mejor amiga desde los 10, ¿no? —miro a la chica como si se quisiera asegurar de que estaba en lo cierto y luego lo afirmó, volviéndome a mirar—. Si, desde los 10. También ahora es mi novia.

— Que fuerte que estés amnésica, Mad... ­­—dijo con lástima, aunque al notar mi mueca, rectificó. Y era verdad, no quería que me mirasen con pena­—. Bueno, ¿sabes lo que eso significa? ¡qué nos vamos a tener de poner al día! Digo, te tendré que volver a contar todo, y añadir lo que has dicho tú. Tal vez así sepas como eras antes.

— Mi vida peligra ­—dije riendo.

— Es cierto ­—me "susurró" Max lo suficientemente alto para que todos escucharan.

— ¡Oye! —Dijo pareciendo estar molesta, para luego mirar a mi hermano—. Sigue siendo igual.

— Supongo que en el fondo está diseñada para ser así ­—dijo encogiéndose de hombros.

— Mejor, mejor. No soportaría que ahora fuese diferente.

— Hum. Esto se está volviendo violento ­—todos rieron.

— Bueno, Maddie, te traje ropa. Así que chicos salgan de aquí y esperen fuera.

Max y Chad salieron dejándome a solas con Chloe. Tras seguirlos con la mirada hasta afuera, miré a la castaña, que se acercó y se sentó en el borde de la cama.

— Antes de nada, eres una idiota. Una idiota por no mirar por donde pasas. Una idiota que cruzó la calle sin mirar y se quedó amnésica. No sabes lo preocupada que me tenías. —Dijo y me abrazó y, esta vez, si que le correspondí al abrazo.

— Lo sé. Soy una idiota que no recuerda nada. Siento no recordarte, Chloe.

— Bueno ya. Eres muy idiota, pero no te lamentes. Precisamente tú me enseñaste a no lamentar por cosas que ya habían pasado y que no tenían arreglo, porque no tenemos una máquina del tiempo con la que regresar al pasado para intentar arreglar o cambiar algo. Me enseñaste a que en lo que se refiere a algo del pasado, siempre será pasado y que no debes lamentarte por ello.

— Que buenos consejos doy —dije hinchándome el pecho orgullosa—. Y que buena amiga soy.

— Buenooo —dijo con una voz de niña pequeña—. Ahora el consejo te lo he dado a ti. Soy yo la buena amiga aquí.

— Juegas con ventaja —me crucé de brazos por debajo del pecho.

— No.

— Si.

Amnésica y ¿embarazada?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora