Había una vez un cactus.Este cactus se encontraba solo en el desierto,no había ninguna planta,ninguna carretera,era sólo el y el desierto.Siempre era amable con las aves de rapiña que pasaban por ahí,nunca tuvo deseos de obrar lo malo,aún en su soledad el fue bueno con todos.Siempre se preguntaba porque el viento que llevó su semilla a donde el nació no lo llevó con los de su especie.Se sentía muy solo.Cuando empezó a crecer pudo divisar a lo lejos un cerro,detrás de ese cerro el pequeño cactus vió la punta de unos cactus muy muy altos.Desde ese día anhelo ser mas grande.En una de sus noches de soledad el cactus miró al cielo,las estrellas iluminaban todo,la luna brillaba en lo alto,el cactus se preguntaba por qué no tenía un compañero para disfrutar los dos de la increíble vista.El cactus comenzaba a entristecerse cuando de repente vió un destello de luz,fue hermoso.El cactus no sabía que eso era una estrella fugaz,las aves de rapiña le habían dicho que si pedía algo,lo que sea,despúes de ver ese destello de luz,se cumpliría.El cactus no muy covencido lo hizo,no pidió ser transportado en una nube hasta donde estaban los demás cactus,el pidió algo más posible de cumplir,el pidió ser más grande,así no se sentía solo,asi podía ver a los demás cactus,esa noche lloró.A la mañana siguiente el cactus notó un pequeño bulto de helechos,como si estuvieran formando un caparazón.Al cactus no le pareció muy importante eso,el sólo quería ser más grande,y se pasaba muchos días mirando al cerro,esperando ver mas que la punta de dos o tres cactus,y así el cactus fue perdiendo razón del tiempo,dejando que la soledad lo consumiera por muchos días,cuando una mañana se despertó y pensó” ya no tienen sentido mirar al cerro”Cuando el cactus abrió los ojos,le prestó atención a aquel bulto,había crecido,pero se notaba que nada lindo o bueno podría salir de allí,pensó que fue su culpa por no darte la debida atención,el cactus lloró de nuevo.A la mañana siguiente cuando el cactus se despertó miro otra vez el helecho,pero para su gran sorpresa,no estaba,había una rosa,una rosa muy bonita,pequeña pero hermosa,tan delicada y preciosa.El cactus se encariñó con la rosa,la rosa le hablaba de ella,le contaba sus sueños,le hablaba acerca de lo feliz que era por poder habido nacer,el cactus ya no se sentía solo y poco a poco fue olvidándose del cerro,poco a poco fue olvidándose de su deseo.El cactus era feliz con su rosa,se sentía útil,él le daba agua todos los días,ella le era muy agradecida.El cactus nunca más se sintió solo.Una noche cuando los 2 charlaban mirando al cielo,contemplando las estrellas y la luna,pasó una destello de luz,muy grande,más que el de la última vez,fue en ese momento cuando el cactus comprendió que no podía ser más grande con nadie más a su lado,fue en ese momento cuando el cactus comprendió que esa rosa,era su deseo.Lloró otra vez,pero esta vez estaba acompañado