«Capítulo 2»

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Desperté y observe por la ventana como el sol se había ocultado para abrir paso a la luna, era una grandiosa noche para comer. En ese instante entro Dave, gracias a dios.

—Buenos días bella durmiente—se aventó en mi cama y se quedo observándome.

—Calla Dave—lo mire seriamente.—Hay un problema...tengo hambre.

—En el refrigerador hay reservas—dijo restándole importancia.

—No, no Dave, tengo hambre...tu sabes, no quiero esa cosa fría, la qui..la quiero directa—Dave entendió y se puso de pie acercándose a mi.

—Aly, cariño, acabamos de llegar, no podemos causar desgracias y como el hermano mayor y responsable que soy te tengo que cuidar—me ofreció una sonrisa cálida pero mi tentación era más grande, mucho más y ese era un gran problema en mi, siempre lo tuve.

—Mierda Dave, no entiendes, me conoces y de verdad lo necesito—Dave suspiro y volteo su mirada hacia la ventana viendo la enorme luna, regreso su mirada hacia mi y asintió.

—Bien, pero hay que ser cuidadosos, ¿ok?—yo asentí inmediatamente.

Me tendió su mano y la tome, nos acercamos a la ventana y nos fijamos que no hubiera ni un alma en aquellos terrenos, al asegurarnos de que no había nadie saltamos y caímos en la hierba seca, nos adentramos al bosque en busca de nuestro objetivo.

Después de varios minutos sin encontrar nada bueno sabíamos que teníamos que pasar al plan b.
Buscar en el centro del pueblo. Nos adentramos en una tienda de discos vacía, solo se encontraba un chavo atrás de la caja para pagar.

—Disculpen pero ya vamos a cerrar—comentó el chavo de aproximadamente 19 años.

Pobre de él, tiene una larga vida por delante y aquí estoy yo apunto de destrozarla, odio hacer esto pero es mi única forma de seguir con vida, si así se le puede llamar.

—Oh tranquilo, esto no tomara mucho tiempo, amigo—dijo Dave, volteo a verme y me hizo una seña para que me acercara e hiciera lo que me tocaba.

Me acerque al chavo y puse mis manos en sus hombros, podía sentir que esta temblando, estaba asustado o quizá nervioso, no tengo la menor idea, y para antes de que amanezca no importaría.
Fije mi mirada en sus ojos y lo hice.

—No grites—y después de hipnotizarlo me acerque a su cuello y enterré mis colmillos en sus arterias absorbiendo su sangre.

Era la sensación más placentera del mundo.

—No tienes que matarlo Alyssa—dijo Dave regresándome a la realidad. Difícilmente me separe de aquel chico y volví a tomar contacto con sus ojos.

—Cúrate esa herida, si alguien pregunta fue un perro, olvida lo que paso aquí y sigue con tu trabajo—le dije y satisfecha salí de la tienda limpiándome el sobrante de sangre que se veía en la comisura de mis labios, Dave iba tras mío.

—Mierda Aly, tienes que aprender a parar, no siempre estaré ahí recordándotelo—rodeé los ojos y le prometí que trabajaría en eso.

Era una maldicion que llevaba conmigo, no poder parar, ya lo había intentado años atrás pero era jodidamente difícil y lo detestaba.

Al otro día me arregle para ir a visitar mi nueva escuela, volver a repetir el año no me alegraba mucho pero ya lo había hecho varias veces que se sentía vivir el mismo día una y otra vez.

Maneje hasta el colegio que no estaba tan retirado de la casa, un punto a mi favor. Al llegar fui directo a la dirección, cuando llegue me recibió un señor de al menos 50 años y me invito a sentarme.

I'm different (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora