Crawford me vuelve a tomar de la mano y me guía fuera del lugar, me tomaba con fuerza para que no me cayera y con delicadeza para que no me rompiera. Sentía bien su mano contra la mía, me hubiera gustado tenerla todo el día juntas pero las solto cuando nos encontramos fuera.

- En esta tienda venden de todo y lo mejor es que son geniales- señalo a la tienda-.

Crawford tomo solo unos segundos en volver hablar

- Quieres un frappe?

- Me dejaras gorda Crawf.- aparte de fea me volverá gorda, es demasiado pensé-.

El rie.

- Serás feliz con el frappe.

- Okay.

No podía rechazarlo. no podía rechazar al guapo Crawford y no podía rechazar un delicioso frappe

Ya que teniamos los frappes nos sentamos en las mesas de afuera como lo hicimos en las pizzas.

- Bueno y dime, que es lo que te gusta hacer en tus tiempos libres?

- Salir. - sonrío como si lo hiciera a menudo.-

- Solo salir.

- Exacto salir- movio a un lado su frappe- voy en busca de una aventura.

- Yo quiero una aventura.

- Y la tendrás- dijo el con los ojos pegados a mis manos y una ligera sonrisa-.

Cuando lo dijo sonó como si conociera lo que sucedería. Como si estuviera seguro y podría apostar que pasaría.

Empezamos hablar de las materias de la escuela, casi siempre que hablaba con una persona sobre las materias me aburría pero con el no, todo era diferente, era divertido.

Cuando nos acabamos los frappes seguimos sentados hablando

- Cuantos hermanos tienes?- pregunto Crawford.-

- Tengo una hermana pequeña que es como un golpe en el trasero.

Ríe

- Te duele tu hermana?

No pude aguantar las ganas de reír.

- No, un dolor en el trasero aparte de doler te molesta- vuelvo a reír - mi hermana es como un enfado.

El ríe de nuevo, su sonrisa era muy linda de verdad. Me gustaría hacerlo reír todo el día para mirarla pero no soy graciosa, creo que mi abuela es mas graciosa que yo, hasta su gato viejo cochino es mas gracioso.

-Mou?

- Eso suena extraño pero me gusta, si puedes decirme así.

Sonríe

- Okay mou. Me podrías dar tu numero?

Me esta pidiendo mi numero!? Esto si que es increíble. Pensaba que después de conocerme querría olvidarse de mi y nunca saber de mi.

- Enserio quieres mi numero?

- Yep.

- Por que?

- Voy a rastrear tu teléfono y después voy a secuestrarte y ya que lo halla hecho me comeré tu cerebro para convertirme en un genio.

Sonrió

- Muy gracioso. Ya dime?

- Por que me agradas.

- Por que.

- Siempre dices que eres una persona desagradable? Eres genial, eres una chica con la que me gusta pasar el tiempo, me haces reír, me haces sentir bien. Deberías decirte a ti misma que eres una persona genial por que lo eres en verdad.

- Soy genial?

- Si- sonríe de la manera mas tierna posible- lo eres-.

Mantuvo su mano en la mesa, cerca de la mía. Pensé que tocaría mi mano pero mi teléfono sonó.

- Disculpa- me pare de la mesa- los hombres de negro me necesitan.

- No te preocupes, debes cumplir con tu deber.

Saque mi teléfono y me aleje de la mesa con una pequeña sonrisa. Era Alex.

- Hola, que pasa?

- Que pasa!? En donde estas!?

- Tranquilo todavía falta una hora para vernos!

- No! Hace dos horas nos veríamos.

- Que?!

Miro la hora. Eran las 2:21
Habia estado con Crawford desde las 11 de la mañana, pensé que regresaría en una hora o en menos.

- Monse en donde estas?

- Estoy bien, estoy en el centro comercial, tranquilo.

- Es que es raro, nunca sales de tu casa y por mucho tiempo. Solo estábamos preocupados.

- No se preocupen, ya voy.

Regrese a la mesa, Crawford estaba en su teléfono.

- Volví.

- Creo que te estaban buscando.

- Si, es extraño para ellos que salgo por mucho tiempo.

- Mucho tiempo? Y yo que pensaba en ir al cine.

- Lo siento.

Se levanto de la mesa.

- Vamos, no quiero que se enojen contigo.

Nos dirigimos al estacionamiento.

- Entonces si me darás tu teléfono?

- Claro, quiero que me secuestres y comas mi cerebro.

Sonrie.

Le doy mi teléfono, llegamos a mi carro o mejor dicho carro de mi mama.

- Llegamos señorita.

- Gracias por este día señorito Crawford.

- Gracias por estar en el.

Saco las llaves, las introduzco y antes de poder abrir la puerta Crawford se acerca.

- Espera- abre la puerta y sostiene mi mano para que suba como si fuera una princesa- adelante señorita.

No pude evitar sonreír como tonta y sonrojarme.

- Gracias Crawford por ser tan amable.

- Adiós.

Cierra la puerta, estaba apunto de marcharme cuando Crawford abre la puerta.

- Demonios Crawford, deja de abrir mi puerta como si fueras un ladrón. Tienes suerte que no tenga gas pimienta.

- Lo siento de nuevo. Quería decirte que enserio quiero volver a verte.

Quería decirle que yo también pero esas palabras no salían de mi boca

-Esta bien - sonreí - Adiós.

Cerró la puerta por segunda vez. Y se despidió agitando su mano y sonriendo. Esa sonrisa cada vez me encanta mas, era como un sueño verla.

Quizás hay cosas buenas ( Crawford Collins )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora