El orgulloso y la prejuiciosa

Capítulo 1

Este fanfic está dedicado a mi amiga Tenshi-chan~♥... Quien me ha apoyado como nunca en este año con su historia "Ese chico que me gusta" y sus dibujos, además de que ella me convenció a seguir con esta versión de la famosa obra de Jane Austen, "Orgullo y Prejuicio"; mencionaré que esta historia es una fusión o creo que la palabra correcta es combinación de 3 ideas: la mía, la del director Joe Wright quien hizo mi película favorita de "Orgullo y Prejuicio" y la autora original de la novela.

Igual agradezco MUCHÍSIMO a los dibujantes que fui conociendo este año, ¡sus dibujos son los mejores regalos que he tenido! Y quienes lean esto, espero sus comentarios ^^

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Sé que todo relato, tiene un comienzo... en mi caso, no lo fue así. De nuevo me sentía mareada y confusa, como si no recordara donde estoy y quién soy yo... tal vez el desvelo de hace 3 días, me había aturdido demasiado...

-Tía Athena, ¿Qué estás haciendo?

El niño observa a la físicamente adulta, que se encontraba en la sala de la mansión que aparentemente estaba leyendo una libreta profesional vieja y roja, quién había accedido a cuidar a sus sobrinos por una noche... En realidad, ella quería estar en otro lugar que no fuera su casa, mientras los padres fueron a una importante reunión de trabajo y su asistencia era de vital importancia para la compañía Hiwatari.

-Estoy leyendo un fanfic que pensaba publicar pero por falta de tiempo, no lo terminé. ¿Ya hicieron su tarea tan rápido?
-No era gran cosa, Reina está escribiendo en su diario.
-Al menos ella lo intenta, yo intenté hacer uno y lo descuidé... No me cambies la conversación, iré a revisártela.
-Está bien, ¿pero qué cenaremos?
-No lo sé, debo preguntarle a los cocineros.
-Espero que hoy sea algo que tenga papas, ayer comimos algo llamado "pozole".
-Genial, uno de mis platillos favoritos y no me invitan.
-Mamá dice que si te invitaba a ti, mis 4 tíos (Los esposos de Athena) irían y a la vez, papá tendría que invitar a mi tía Ania con su esposo, mis primos Yoshie y Makoto. Él dijo: "Hace unos días hicimos una cena por el cumpleaños de tu hermana", hablo de ti tía y luego exclamó: "Es bueno que seamos familia, aunque no quiero que piensen que esta mansión es literalmente su casa y sea un lugar de fiestas, tengo trabajo que hacer".
-Ya veo, lo dice por Takao.
-Sí, la próxima vez podríamos invitarte. Si hablo con mamá y puedes venir, sin los tíos.
-Eso suena genial, no te preocupes- Se estiro un poco -Ellos pueden venir conmigo, no soy tan egoísta.
-Bueno, papá dice que tú eres la que come más de todos (Más que la hermana de Hiwatari y Kinomiya); veremos que día pero creo que el problema es convencerlo.
-Esperaré la fecha; yo veré la cena entonces y ya voy a revisarles la tarea.
-Le diré a Reina, se pone algo irritable cuando alguien entra a su habitación cuando escribe.

Gou fue subiendo rápidamente las escaleras; la chica de cabello morado se levanta del sillón y se dirige a cada habitación, ella sabía que eran unos niños muy listos, quizás dejarían de hacer la tarea cuando se dieran cuenta que hay varias formas de salir adelante en la vida, por lo que no se arriesgaría a que ocurriera esa noche; después fue a la cocina en compañía de ellos. La cena fue algo ligera y satisfactoria, por petición de la tía, se sirvió sopa de verduras con pollo. Tal vez era un platillo sencillo, sin embargo, los niños necesitaban comer, no llenarse hasta reventar y sobre todo, antes de ir a dormir.

-¡No olviden darse un baño y lavarse los dientes!- Dijo al cerrar la puerta de la sobrina y volvió a exclamar- ¡A las 9 pm, a no más tardar y a la cama!
-¡Sí!- Dijeron ambos encerrados en sus respectivas recámaras.

Athena sabía que sus habitaciones contaban con un baño propio; ella regresa a la sala para recuperar su libreta e irse a la habitación de huéspedes. Estaba fuera de inspiración para seguir con sus historias y no era por culpa del ruido o por estar en un lugar tranquilo, tomaba en cuenta que esas ideas podrían surgir por cualquier cosa. Estaba acostada en la cama, estresada, no pudo conciliar el sueño hace unos días y luego llegó a deprimirse por el insomnio; para después perder el tiempo pensando en cosas que no tenían nada que ver, creyendo que llegaría a la locura y en eso, alguien toca la puerta.