Bien, después de analizar bien lo que he dicho... Me doy cuenta de que en ningún momento me he presentado, mi padre ya me hubiera capado, pero, se que vosotros sois... *gente ataca a Liana*
-¡No por favor! ¡Todos a la vez no! ¡Yo pensé que...! ¡AHH!
-Te lo tienes merecido, por no haberte presentado.
Bien, después de esa pequeña introducción de *piiiiiii*, prosigamos.
Bien pues, mi nombre es Liana, y tengo nada más y nada menos que 12 años, (bueno, en teoría tengo 12 años y 2 mes). Sobre mi personalidad... No sé que decir de ella.. Simplemente la iréis descubriendo, pero...
/!\WARNING/!\= No me hago cargo de que tu salud mental después de acabar de leer esta estupidez no salga gravemente herida.
Volviendo a mi vida... Hoy, por la mañana, decidí salir con mi madre a dar un paseo e ir a desayunar, era tarde; las 10h de la mañana, pero igualmente, nos vestimos y salimos. Mi madre a medio camino empezó a encostrarse muy mal, y por lo tanto, decidió llamar a mi padre, pero... ¡Se había dejado el teléfono en casa! ¡Genial! Tuvimos que dar media vuelta e ir a por el patafóno, que es como le llamo, dado a que es del año de la patata, hasta mi gato tiene un teléfono mejor, (¡y eso que no tiene!). Ahí, nos encontramos con mi adorable y entrañable padre. Que, como no, se vino con nosotras. Se puso al volante y condujo hasta el banco, nosotras no necesitábamos nada, pero al parecer mi padre necesitaba sacar 50€ del banco. De la cuenta de mi madre, a la cual le dieron ese dinero los del seguro, dado que mi madre estaba enferma de cáncer de mama. Ese dinero en principio estaba reservado para cuando yo cumpliese la mayoría de edad, pero mi padre trata de que seo no suceda. Continuando con lo que iba diciendo, mi padre bajó del coche y rápidamente fue al banco y saco el dinero. Le devolvió la libreta a mi madre, y ella, como siempre solía hacer es mirar las actualizaciones y vio que, en esa misma semana, se habían sacado mas de 200€. Mi madre, sin ganas de nada, le preguntó a mi padre para que había sacado ese dinero, y le dijo que ya se lo había dicho, pero, la conversación fue yendo a mayores, hasta que llegaron a estar discutiendo;
-¿Otra vez cotilleando la libreta?
-Pero... ¡Si no la cotilleo! Solo te he preguntado porque...
-¡Siempre igual! Ya te lo he dicho retrasada, eres una maldita pesada.
-Pero a ver, ¿¡Para que co*o necesitas tu ese dinero si se puede saber?!
-Pues para cosas que a ti no te importan, no te metas y déjame en paz de una pu*a vez...
Y así siguieron hasta que yo no pude más y grite;
-CALLAROS DE UNA MALDITA VEZ JODER, QUE PARECÉIS RETRASADOS.
Ahí fue cuando, de repente, se olvidaron de lo que estaban diciendo, y mi padre empezó a llamarme cosas que ni sabia que existían mientras yo y mi madre llorábamos.
Una vez bajamos del coche, mi padre dejo las llaves en el contacto y se fue, supongo, a casa.
Mi madre y yo, tardamos mucho en hablarnos, y aún así, fue cuando la camarera nos pidió que queríamos tomar, después de todo eso, el estómago se me había cerrado.
Después de un par de horas, cuando volvimos a casa, el aire era tenso. Yo, como siempre, me aburría mas que una ostra, y decidí ir a la cocina a preguntar si podíamos ir a la biblioteca esta tarde, porque, necesitaba urgentemente leer ''Bajo la misma estrella'', de John Green. Mi madre aceptó, sin rechistar.
Empecé a vestirme cuando de repente mi padre me preguntó donde íbamos, en un tono, muy amigable, después de todo lo que paso esa misma mañana. Y yo le contesté que íbamos a la biblioteca, y, nuevamente, se unió a nosotras.
Salimos de casa al rededor de las cinco de la tarde. Mi padre se fue a tomar una cerveza con sus amigos, y yo me fui a la biblioteca, y cogí el libro que quería. Como mi madre y yo, estábamos prácticamente convencidas de que mi padre iba a quedarse bastante rato bebiendo, decidimos ir a una tienda de ropa, a ver si encontraba algo para vestirme en Navidad, porque, no tenia nada que ponerme, a parte de mi adorable pijama, que, sinceramente... Lo quiero mucho pero no. Encontré una camiseta bastante chula, que estaba rebajada, por lo que me la llevé sin pensármelo dos veces.
Acto seguido empezamos a andar hacia el bar donde estaba mi padre, el cual, estaba muy borracho. Le dije que ya tendríamos que irnos, pero el rechistó, y decidió que las proximas 2 horas, las pasaríamos resfriando nos en una cutre terraza de bar.
Después de esas largas 2 horas que pasé ahí, perdonadme, *atchiiiiiis*, seguramente me habré resfriado, gracias a, a, ahhhh *atchiiiis*, *sniff*, aish, gracias a mi adorable padre.
Durante las siguiente horas, me sumergí en el libro que cogí de la biblioteca, y hasta que no lo terminé, no lo dejé, y, sin darme cuenta, ya eran las 4 de la mañana, cuando yo seguía leyendo, aunque, sinceramente, no me importó mucho.
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Vida bipolar
RandomLiana es una chica no muy normal en ninguno de sus sentidos. Su vida es un desastre constante, y todo lo que hace, le sale mal. Lo intenta, intenta con todas sus fuerzas enderezar su vida, pero con la suerte que tiene, parece que todo sea imposible...