Capítulo 4 parte 1

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*Como este domingo no voy a estar en casa porque me voy de vacaciones, os subo el capítulo hoy ya que mañana es nochebuena, pasado navidad y a partir del 26 ya no estoy*

A las 10:00 llegamos a la sala de entrenamiento y todos los tributos ya habían llegado por lo que estaban esperándonos para empezar el entrenamiento. Los profesionales estaban deseando coger las armas mientras que el resto tenía miedo de tocarlas por si había algún percance.

Me encaminé hacia la zona de los cuchillos y comencé a observar los tipos de cuchillos que había ya que todos estos los incluirían en los juegos. El primer cuchillo que empecé a observar tenía una hoja que estaba serrada en la parte cercana al mango y tenía una punta afilada, pero más que para apuñalar servía para cortar, pero me serviría igualmente para atacar a alguien. El segundo cuchillo tenía la hoja que salía desde el mango curvándose en una punta afilada, este era un cuchillo arrojadizo, mucho mejor de manejar para mí. El tercer cuchillo en el que me fijé, era más bien era una daga debido a que tenía doble filo. Las dagas son buenas para apuñalar y para cortar, pero me son más difíciles de manejar al tener el mango más corto que un cuchillo, me gustan más los cuchillos por poseer el mango más largo y pesar menos que una daga. Además, los cuchillos ocupan menos espacio. Y si nadie utiliza en la sesión privada la daga, no la pondrán en los juegos. Es un arma que pocas veces se utiliza. Según iba cogiendo otros cuchillos, me iba dando cuenta de que todos tenían aspecto de ser arrojadizos, pero nunca antes los había visto.

Tras observar todos los cuchillos, fijé mi mirada en el chico del distrito 5 porque estaba practicando con los cuchillos. Todos intentaban aprender a utilizar los cuchillos ya que es el arma menos pesada y se puede arrojar desde lejos, pero no es tan fácil como parece porque hay que tener puntería.

El chico del distrito 5 tenía el pelo moreno, ojos marrones, estatura media, la piel algo morena, nada que destacar en él exceptuando su enorme cicatriz en el brazo. ¿Cómo se la ha hecho? Parece una mordedura, tal vez un perro salvaje. Aunque no lo sé y nunca lo sabré.

Hoy decidí observar a mis rivales por lo que fui donde se encontraba la chica del distrito 6, la cual estaba practicando con la cerbatana. La observé durante un rato y me di cuenta de que tenía buena puntería.

La cerbatana siempre contiene dardos venenosos y ese veneno o te paraliza el corazón o los pulmones, si no llevase veneno, sería un simple pinchazo. Es un arma muy simple, cabe perfectamente en un bolsillo y es rápida de manejar, pero yo por si acaso aprendería a manejar otras armas.

La chica del distrito 6 es bajita, delgadita y débil por eso ha elegido la cerbatana aunque yo hubiese acertado por unos cuchillos, también son ligeros y más prácticos. Su pelo de color castaño claro y sus ojos color miel combinaban a la perfección con su cara de niña buena y la cerbatana no la hacía muy peligrosa. Claro que la cerbatana es un arma poderosa y rápida de usar, pero bajo mi punto de vista son mejor los cuchillos.

Tras observar a la chica del distrito 6 disparar varias veces y apreciar su buena puntería, decidí que ya era de comer algo y de hablar con Slade sobre lo que habíamos visto en el entrenamiento.

-Mira aquel chico.- dijo Slade.

-¿El de pelo negro, liso y largo?-pregunté.

-Sí, es del distrito 8. Industria de textiles.- contestó Slade.

-Sí, ya lo sé. ¿Pero qué pasa con él?

-Le he estado observando durante esta mañana y no sabe que arma utilizar, está indeciso, no sabe qué hacer, creo que morirá en el baño de sangre.

-Basta, Slade.- susurré.

-Sé que es difícil para ti tener que matar a todas estas personas, pero si quieres sobrevivir hay que hacerlo.

-Ya, Slade, suficiente.

Me quedé mirando al chico del distrito 8, su pelo no tenía nada en particular, solo que al ser largo resultaba extraño, sus ojos negros tampoco destacaban, era débil y bajito, lo único que llamaba la atención en él eran sus labios carnosos, muy diferentes al resto de labios de chicos. Algo que también destacaba en él era la dureza en su expresión, no parecía asustado. Aunque al no saber que arma utilizar dejaba claro que realmente lo estaba.

-Tenemos que pensar así si quieres salir con vida de estos juegos.- irrumpió Slade en mis pensamientos.

-Sigo sin ser capaz.

Tras esta conservación, me levanté de mi asiento.





Y si ahora me toca a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora