Schizophrenic «Kanato Sakamaki», "Diabolik Lovers".

One-Shot

-Se llama Teddy.
-¿Habla?
-Sí-asintió Kanato.- ¿Que dices, Teddy? ¿Qué quieres conocer a esta chica?
-Hola, Teddy. -sonrió la chica.
-¡Me está hablando a mi!-chilló Kanato.- Teddy, ella es una chica muy insolente, ¿no crees?
El peli-violeta sonrió.
-Dice que cree que eres una humana tonta. -rio.
-Primma no piensa igual.
-¿Primma?- dejó de reír el vampiro.
-Sí, Primma. Mi amiga.
-¡Primma no existe! -rio el chico.- ¡No puedo verla!
-Tampoco yo puedo escuchar a Teddy. -dijo ella seria.
-¡¡Teddy es real!!- se enfadó Kanato. -¡¡Al menos puedo verle, no como a tus estúpidos amigos imaginarios!!
-Primma dice que no es cierto. Wendensday dice que eres un chico estúpido.
-¿¡Wen-qué?! ¡¡Dile a ese maldito ser que lo mataré!!
-Dice que no puedes.
-¡¿Por qué?!
-Porque ya está muerto.
Kanato río. Escandalosamente. Eso no era bueno.
-Entonces te mataré a ti.
-Wendensday siempre dice eso. -respondió la chica sin inmutarse.
-Pero yo lo haré de verdad. -rio desquiciado.
La chica no respondió. Miró al chico en silencio.
-¿Qué dicen tus amigos ahora? Maldita humana esquizofrénica. -se puso serio.
-No dicen nada.
-¿Qué?
-Solo hacen ruido. -la chica se tapa los oídos.- Duele.
-¿Qué dicen? -pregunta Kanato curioso.
-Gritan muchas cosas. -susurra. -No puedo entender lo que dicen.
Kanato suspira.
-Eres una inútil. -vuelve a colocar una sonrisa en su cara. -Quiero saber que es lo que escuchas.
La chica le mira.
-No son palabras, al menos, dejaron de serlo hace rato.
-¿Entonces que demonios es?
-Solo ruido. Como si ... una gran corriente de aire te golpeara directamente en los oídos. Pero es sonido es mucho más lúgubre, como si llevara oscuridad que se quiere meter dentro de mi.
-No puedo entender lo que dices. Teddy nunca será así.
-Tal vez sea porque es solo uno. Primma, Wendensday, Segundo, Minuto, Viernes,...
-¿De dónde sacas esos nombres? Son absurdos.
-Ellos me dijeron que se llamaban as-
La chica deja de hablar y se tapa los oídos. Las voces se escuchan, incluso mas fuerte que antes, pues están dentro de su cabeza.
Kanato grita su nombre varias veces, pero ella no responde. Ya no es capaz de diferenciar los sonidos reales de los que no lo son.
Kanato, furioso por ser ignorado, golpea a la chica. Dándole una patada en el estómago, la tira al suelo. La chica reacciona al caer al suelo. Al parecer las voces han dejado de sonar por un momento.
Sin embargo, lo mas preocupante no son las voces, sino Kanato. Obviamente está enfadado.
-Gracias. -dice la chica, aún tumbada en el suelo.
-¿¡Por qué me agradeces?! ¡¡Acabo de golpearte!!
-Pero me has salvado. Las voces querían llevarme con ellas.
-¿Llevarte? ¿A dónde? -se calma momentáneamente. Al ver que la chica no responde, vuelve a enfadarse.- ¿¡Acaso no puedes contarmelo?!
-No lo sé.
-¡¡Mientes!!- la agarra del cuello.
La chica no se asusta. Ya está acostumbrada, Wendensday siempre hace cosas así.
-Kanato, por favor, bajame.
-¡¡No!! ¡¡Es hora de tu castigo!! -sonrie maliciosamente.
Sin avisar, el vampiro toma de tu sangre.
Duele, pero no tanto como las voces.
-Está bien si es Kanato. -susurra.
-¿Qué?
-Está bien si es Kanato -repite.- quien me lleva a donde las voces querían llevarme.
-¿¡Qué estás diciendo!? -grita. -¡¡Ya te he dicho que Teddy y yo no somos así!!
Y sin embargo, está muriendo.
-No te voy a matar... Sólo para que veas que somos distintos a esos seres.
Sigue tomando de su sangre hasta que se desmaya.
-Esta sangre es demasiado dulce. Incluso más dulce que las golosinas. Me pregunto si la culpa es de esos amigos invisibles. ¿Qué crees Teddy? ¿No deberíamos llevarla a su habitación? No... Dije que yo jo la mataría, pero... ¿Y si la matan otros? Es cierto, ella dijo que estaba bien si la mataba yo. ¿Es que siente algo por mi? Nunca he entendido lo que piensan los humanos. -Mira a la chica y sonríe.- Ella sería una buena muñeca. Es una pena que Yui no sea como ella.
Mira a la chica, tiene una pinta horrible.
-Es entretenida. Cree en Teddy más que los demás y no se burló de él. Tal vez debería permitir que se quedase en la mansión un poco más... Pero es tan bella, su piel es tan blanca como la porcelana, sus ojos son tan preciosos como dos gemas, y su pelo es tan impresionante. Destacaría entre todas las muñecas. Teddy, ¿crees que sería divertido tener una muñeca viviente?

Horas después, en la habitación.
-Ya era hora de que despertaras, inútil humana esquizofrénica. Además eres una vaga.
-¿Kanato? -la chica sonríe.- No eres como las voces... -su sonrisa es débil. - Y las voces se han ido...
-No te equivoques. -dice.- Teddy me dijo que lo mejor era esto. No tengo ningún tipo de interés en ti.
-Aún así, muchas gracias.
-¿¡Por qué sigues agradeciendome!? ¡¡Casi te mato!!
-Pero no lo has hecho. -Inconscientemente se habían acercado y ahora estaban cara a cara.
-¡Ya te lo he dicho! ¡Fue Teddy!
La chica asiente en silencio, sin dejar de sonreír.
-Creo que no tendré que volver a Calalini*.
-¿Calalini?
-Es el lugar en el que me refugiaba cuando las voces me hacían daño. Era una isla enorme en la que no podían entrar las voces.
-¿Y qué? ¿Donde esta ese lugar?
La chica señaló su cabeza.
-Aquí.
-No puedes tener una isla en la cabeza.
-Si puedo.
-No puedes.
-Si.
-No.
-Si que-
-¡He dicho que no! -Kanato se enfado de nuevo. -Si no fuera porque te dije que te demostraria que era distinto ya estarias muerta.
-Lo sé, por eso... Esta es mi única oportunidad.
-¿Oportunidad de qué?
-De esto. -la chica calló al vampiro posando sus labios en los de él.
-¡No creas que vas a salir de esta sin que te mate!
-Eso fue lo que dijiste la otra vez.
-¡¡Pero esta vez te mataré de verdad!!
La chica sonrió.
-No lo harás. Por que sientes algo por lo y te arrepentiras. Y si lo haces... Ya es tarde para arrepentirse. -lo besó de nuevo, pillandolo desprevenido.
-¡Maldita humana esquizofrénica!
-Eres muy repetitivo, Kanato. Pero aún así... antes me dijiste que sería una bonita muñeca viviente.
-¿Estabas despierta?
-Sí, lo siento. Pero me encantó que dijeras eso.
-Entonces no hay vuelta atrás. -sonrió malévolamente. - Terminaré mi trabajo.
-¿Qué trabajo? -Kanato se lanzó y comenzó a mordisquear su cuello, para finalmente tomar su sangre.
-Eres muy dulce...

«Dejame convertirte en mi mejor y más bella muñeca viviente.»