–A-Alto... yo sé quién eres –murmuré mientras sostenía con cada vez más fuerza mi cabeza, el sonido aumentaba cada vez más, al punto que no podía oír ni mis propios pensamientos, fue solo cuando subí la cabeza y fue que lo noté, él se estaba acercando, intentaba recordar, ya que no estaba totalmente segura si... oh, cierto, Max lo mencionó hace un rato atrás. – ¿Slenderman? –dije en voz alta, subiendo el rostro, maldición... estaba solo a unos cinco pasos de mí, pero no te, que realmente de frente tampoco podía considerarlo un monstruo, es decir... solo era diferente, claro tampoco quería descubrir lo contrario. Sonreí un poco, ya el sonido me estaba mareando. – "No temas... no creo que seas un monstruo" –dije bajamente, solo me nació decir aquello, y finalmente, caí al suelo, viendo cómo se paraba aun lado mío antes de caer en la inconciencia.
– "¡Alice!"
– ¿Um...? ¿Quién me llama?
–"¡Al, despierta!"
– ¿Qué despierte? ... Oh, cierto, me desmayé, ¿Pero esa voz no es de... Max?
–"¡¡Ali, despierta!!"
–Mierda si es...
Comencé a abrir lentamente mis ojos tras presionarlos, fijándome que tenía el rostro del rubio demasiado cerca, con una expresión de pura preocupación, riendo bajamente, acariciándole la mejilla.
– ¿No es aquí cuando me besas de felicidad y eso? –pregunté riendo más por su suspiro de alivio y a la vez de molestia.
– ¡Tonta no sabes el susto que me has dado! ¿¡Que crees que hacías aquí sola durmiendo como un vagabundo en medio del bosque!? ¡Te pudo pasar cualquier cosa y ninguna bueno Alice Hamilton! –me regañaba mientras me ayudaba a sentarme, me había colocado la cabeza en sus piernas, y en su mano había un algodón con alcohol, me fijé que seguíamos solos en el mismo lugar del bosque que recordaba, el suéter seguía donde lo deje, pero ese ser...
– ¿Estaba sola cuando me encontraste? –pregunté volteándolo a ver a los ojos.
–... ¿¡Me estas si quiera escuchando!? –grita alterado y sacudiéndome por los hombros.
– ¡Si, si, lo hago Max! ¡Cálmate! Disculpa, creo que me desmayé un por un... ¿Mareo salvaje? –respondí con torpeza usando lo primero que se me vino a la cabeza, viendo mi reloj... había pasado casi la hora entera, faltaban cinco minutos para las 7. –Tenemos que irnos, ¡Mira la hora!
– ¡Esa no es excusa niña despistada! ¡Y no me cambies el tema! ¡Si no te acosara y hubiese descubierto que no estabas en ningún lado y buscado como loco te pudo encontrar un loco de por ahí! ¡Y... y... y hacerte cosas enfermas, maldición! ¡Además...! –al final lo silencié, solo dándole un beso pequeño en su mejilla colocando una mano en la contraria para acercarlo.
–Lo lamento, ¿Si? Prometo la próxima vez avisarte, pero mejor vámonos, los demás acabarán llamando a los guardabosques a buscarnos... y mi hermana a la fuerza armada –pedí, levantándome, y tomando su mano para que lo hiciera también, tomando mi chaleco de la rama. No discutiría con el de lo visto, lo analizaría mejor en mi cama a la hora de dormir.
–N-No creas... que te salvarás de mis regaños, señorita –murmuró dejándose guiar por mi mano.
Los dos llegamos, inundados de preguntas de mi hermana sobre que hacíamos, Charlotte estaba hablando con los otros dos chicos en uno de los troncos alrededor de la gran fogata, uno de los guías colocaba malvaviscos y galletas con chocolate alrededor de esta, clavados en varillas.

ESTÁS LEYENDO
Marioneta
FanfictionEn esta historia, Alice Hamilton, hija adoptada de una familia rica, va de excursión con un grupo de amigos hasta lo mas profundo de los bosques, no recuerda bien que ocurrió con su familia tras un trágico accidente, pero tratando de seguir adelante...