El amor no está sujeto a leyes,
reina entre los amantes como quiere.
Ella lo odiaba.
Lo quería.
Lo quería tanto que lo odiaba.
Por el simple hecho de existir,
de estar tan cerca que,
algunas noches creía que se volvería loca,
si es que no lo estaba ya,
la verdad ya no estaba segura.