Capítulo 21

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La teniente Chevalier se sentía totalmente impotente con todos los casos que se le estaban yendo de las manos, porque de repente todo se volvía como una película de ciencia ficción?, se preguntaba, espero la invitación del Sargento Connelly de ir a su departamento a pasar un buen momento, pero cuando salió de su oficina, vio que este le estaba coqueteando a una joven oficial, recién graduada de la academia.

Se acercó a ellos, y poniéndose frente a él, sin decir ni una palabra, le propinó una bofetada, que le dejó al sargento en el piso, luego le dijo:

-Eres un patán-: y le pateó las costillas, luego mirando a la joven le dijo:- Nena, ni te fijes en este pedazo de mierda, si quieres seguir aquí al menos-: y se dirigió a la salida ante la vista estupefacta de todos.

Subió a su auto, y silenciosas lágrimas recorrieron sus mejillas, se las escurrio con rabia y abrió su cartera, viendo la caja de cigarrillos, pensaba en fumarse uno pero se dijo:

"Carajo, como voy a conducir y fumar al mismo tiempo, estúpida Anelise Chevalier, tu padre ya te hubiera dado una zurra por llorar por una pila de mierda"

Luego rio, llego a su casa, encendió un cigarrillo y entró.

Se sentó en el sofá, mirando el cenicero repleto de colillas de cigarrillo, tiró su cartera y siguió fumando, pensando en los muchos otros casos sin resolver, sacó una botella de whisky, se sirvió una cantidad exagerada en un vaso y se lo bebió de un trago.

"Mierda, espero que ya no me aparezcan más casos raros" pensó, luego, se cambió de ropa y llevándose su botella de whisky y su cigarrillo, se fue a su habitación.

Entretanto, Mandy había construido un plan.

"Mañana sería el fin de la mutante..."

"...para colonizar el planeta Tierra" se dijo mientras sus ojos se coloreaban de un denso color violeta.

-Centinel, ya tengo todo listo para acabar con la Mutante-: lo comunicó al mando de su pulsera.

-Enterado, Investigadora número 322-: dijo una voz en el mando de la pulsera.

Mandy se tele transportó al parque, para preparar la trampa contra Cecile.

A la mañana siguiente, Cecile y Thomas se fueron temprano a desayunar al restaurante que se encontraba en la esquina del parque de la ciudad de Raven Hill.

Ni bien entraron una amable mesera les tomó las órdenes, luego les trajo sus pedidos, desayunaron charlando y riendo, luego pagaron la cuenta, dejando una propina a la mesera, y caminando, llegaron a la esquina donde iniciaron su acto.

Ni bien empezaron, fueron rodeadas por un montón de gente, riendo y disfrutando, ni se dieron cuenta cuando llego la noche, y ya el parque se encontraba vacío.

Thomas guardó en su estuche su saxofón, mientras Cecile guardaba el dinero de su boina en sus bolsillos, De repente...

Ambos oyeron un grito desgarrador en lo más profundo del parque. Cecile miro a Thomas y le dijo:

-Vete a casa, por favor-: en un tono de voz muy preocupado, pero Thomas negó con la cabeza, Cecile dejó de insistirle y ambos se dirigieron al lugar de origen del grito.

Al llegar, se quedaron estupefactos al ver la escena...

Una pila de cuerpos humanos, totalmente desmembrados, y en la cima, un tipo de mujer reptil, a Cecile le resultó familiar, pero esta era diferente, tenía la piel tornasolada en distintos matices de violeta, al verla sonrió mostrando los dientes.

La mimo siniestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora