Capítulo 3

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Me miró en el espejo. Creo que estoy bien así.
Una sudadera gris un poco holgada , unos jeans que me quedan un tanto grandes y unos tenis negros.
Mi plan es no llamar la atención. Ser totalmente invisible,

-¿Por fin te diste cuenta que no eres una niña? -comenta mi hermano mayor cuando ve lo que llevo puesto.

-¿Y tu por fin te diste cuenta de que no tienes cerebro?-replicó, caminando hacia la cocina.

-Ya quisieras tener este cerebro, con estos hermosos ojos verdes y este maravilloso cabello negro.

-Sí, pues no lo creo, ese "hermoso cabello negro" parece petroleo

-Pues el petróleo es sensual.

-No lo es, es viscoso, negro, con mal olor... Igual que tu cabello.

-¿Y tú como sabes a que huele el petróleo?

-No lo sé, pero con tu cabello me basta para saber que no huele nada lindo, ah porque como ya te dije es muy parecido.

-¡Ya, niños!, no quiero escucharlos decirse ese tipo de cosas, en el desayuno son hermanos y se deben querer y respetar.

Tomamos asiento en la mesa para desayunar wafles

-Yo respeto que por fin se diera cuenta que es un niño, y que hasta ahora decidiera llevar ropa adecuada, porque siendo sincero, apesta siendo mujer.

-Christopher....-Lo mira mamá con cara de pocos amigos

-Mami ya sabe que tu quieras ser niña, por eso me molestas siempre con lo mismo.

-¿Shoo? ¿una niña? ¡Ja! Ya quisieras, temes que te pueda quitar la fama.

-Quédate con la fama, es mejor ser amada, que ser famosa.

- ¡¡DIOS MIO!! ¿A caso alguien te ama?

Papá da un fuerte golpe en la mesa haciendo temblar todo lo que se encontraba en ella.

-Ya basta, no quiero escucharlos tan temprano, siempre es lo mismo cada mañana.

-Pero tú eres el que siempre dice que busquemos argumentos y no nos rindamos, que siempre debatamos y que ganemos en ello. -le contestó

-Pero no cuando estamos desayunando.

Terminamos de comer en silencio.
Es cierto, cada mañana discutimos, pero es divertido, si nunca peleaste con tu hermano con insultos, fracasas te como hermano.

........

Llego a la entrada de la escuela, me paro y observó el primer día de mi voto de silencio.

Camino por los pasillos, todos me miran expectantes.

Creo que no fue una buena idea llevar esta ropa, ya que no están acostumbrados a ver a la segunda chica más popular vestirse con trapos tan horrendos.

Creo que debía vestirme con un poco más de color, para que no llamara la atención como ahora.

Me dirijo hacia mi clase, y me siento al fondo.

A los pocos minutos se va llenando de estudiantes, y yo me pongo mis auriculares para que no me molesten, poco tiempo después llega el profesor. Y nos vemos sumergidos en su clase de literatura, donde estamos viendo a los poetas.

Afortunadamente no ha llegado Tanía a la clase.

En ese momento se habré la puerta y entra, le pide permiso al profesor para entrar, y este la mira con molestia, pero le indica que entre y que no interrumpa más su clase.

Ella me localiza y trata de encontrar un lugar para sentarse cerca de mi.

Por fortuna no hay uno sino hasta unas dos filas a mi derecha y tres asientos por delante.

Rendida va y se sienta.

Pero la cosa no termina ahí.

Cuando Carlos se para al frente de el salón para leer un poema de Rubén Daría, Tanía aprovecha para lanzarme un papel ido, que me da justo en la cabeza.

Lo ignoro y sigo atenta al poema.

Juventud, divino tesoro
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
Y a veces lloro sin querer.

Suspiro, eso me describe en este momento tan bien.

Otro papelito me cae en la cabeza.

Sigo ignorandolo

Miraba como el alba pura;
Sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
Hecha de noche y de dolor.

Continúa recitando Carlos.

Mientras mas papelitos caen a mi alrededor.

Y uno de lleno me da en los ojos.

Suficiente.

Agarro el primer papel que veo y lo abro

No es mi culpa que no te sepas vestir

Que estúpida, ¿tanto papel para eso?

La miro y le hago una mueca.

Suspira y me lanza otro papel.

De seguro esa mueca es por un papelito que debiste leer después de los primeros 100

Ahh, me va a hacer recoger y leer todos los que me mando.

Me agachó y los leo uno por uno.

Después de leerlos todos, y en desorden, los voy juntando hasta formar algo que me parece congruente que diga.

Oí que hoy no te veías bien.

Pero pensé que se referían a que estabas enferma.

No a que te habías vestido como una emo a la que ni siquiera le importa verse emo.

¿Por que me ignoras?

¿Porque lo vuelves a hacer?

No me ignores.

Oyeeee estas enojada?

No es mi culpa que no te sepas vestir

MI voto de Silencio no es contra no escribir.
Así que le escribo una nota

Y a ti que te importa como me visto?

Me importa porque si te ven conmigo vestida así, enloqueceré si llego a oír la palabra emo y mi nombre en una misma oración.

Ay por dios, que exagerada es.

Pues nadie te obliga a estar conmigo.

Y a ti que te pasa? Somos mejores amigas ¿porque otra cosa seria?

Hay algo que quieras contarme?

Ammm nop, no que recuerde.

Mentirosa, decido dejarlo ahí.

Para mi suerte la clase termina, y salgo apresurada.



Votos de silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora