Desafío Navideño

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Desafío Navideño

By Lovergreen

Su sexto sentido le había dicho que huyera, debió haber declinado la invitación, ¡debió salir corriendo de allí! Pero siempre, la compasiva y permisiva Kagome dejaba que sus amigas la convencieran.

—Vamos Kagome, ¡será divertido!

Sí, claro. Divertido para las demás.

— Bien, Kagome... tu reto será...— Ayame colocó un dedo en su mentón, repasando la gran cantidad de penitencias que la azabache la había obligado a cumplir en el pasado.

— Emm... Ayame...— Estaba nerviosa, antes –cuando le tocaba a ella colocar retos a sus amigas- había sido despiadada. Desde lamer el suelo, comer cosas de la basura o algún alimento ya caducado hasta tratar de bañar un gato; siempre había puesto a sus amigas en aprietos, ahora sabía que ellas –aprovechando que le tocaba a Ayame aplicar el reto- se vengarían. — Por favor... sé razonable — Trató de persuadir a su amiga — Estamos en navidad y...-

— Tranquila, Kag. No te dolerá. — La sonrisa malvada de Sango le dijo todo lo contrario. En su cerebro se repetía mil y un veces que pasaría la mayor vergüenza del mundo.

La joven pelirroja devanaba sus sesos pensando en un buen desafío para la siempre cruel Kagome y, luego de escuchar varias propuestas de sus amigas –que se encargaban de decirlas a su oído-, recordó un hermoso muérdago que estaba adornando la puerta de su casa. Se levantó y dejando a Sango, Kagome, Kikyō, Yuka, Ayumi, Eri y Hitomiko a la expectativa, dirigió sus pasos hasta coger el pequeño objeto que colgaba de una cinta roja.

— Bien... ya sé cuál será tu reto. — Dijo triunfante la chica de coletas.

Todas las demás aplaudieron. La joven azabache tragó el nudo que se había formado en su garganta cuando vio el verde adorno en las manos de su amiga.

No, por favor... eso no...

— Sé de un chico muy lindo que a esta hora está haciendo su turno en la tienda de antigüedades de la esquina. — Comenzó Ayame mientras acariciaba maliciosamente el objeto que sostenía. — Es un joven muy guapo, alto... de cabello largo color negro y...— Miró a Kagome y una sonrisa malévola cruzó su rostro mientras alzaba sus cejas repetidas veces con una expresión pícara — Sé que te gusta mucho.

La azabache respingó y se levantó, sintiendo el sudor frío en su espalda.

— A-Ayame... no...

— Tienes que hacer que sostenga éste muérdago sobre ustedes y debes besarlo.

—¡¿QUÉ?!

—Y debes ir en el pijama de conejo blanco que usas cuando estás enferma.

El mundo para Kagome dejó de girar. A su alrededor todo se hizo lejano y se sintió minúscula delante de sus amigas, mientras veía como todas la rodeaban y sus ojos brillaban como unos demonios.

Debes besarlo...

Besarlo...

Be-sar-lo.

¡BESARLO! ¡EN PIJAMA!

— ¡¿Estás loca?! — Gritó la azabache de manera colérica, logrando que su voz saliera como un fino y alto ladrido — ¡Ni siquiera puedo verlo sin babearme! Y... ¡¿Quieres que lo bese?!

— ¡Tú puedes, Kagome! — Animó Hitomiko, elevando su puño en señal de poder — Ésta era la oportunidad que esperabas.

— ¡Sí! — Apoyó Yuka con igual entusiasmo — Tómalo como un regalo de navidad.

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⏰ Última actualización: Dec 26, 2015 ⏰

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