3. ¿Acaso es bipolar?

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Me miró con confusión. Pero, este no era el mejor sitio. Ya algunos hombres la estaban mirando, aunque cuando me veían a mí decidían no acercarse. Ese hombre que seguía a Anabelle entró.

- Hey camarero, deme dos sodas por favor.

- Hey Castiel, ¡cuánto tiempo! Coca Cola, ¿verdad? Y para la dama...

Ella estaba un poco distraída, no se, llamé su atención.

- Ah, si, uva, por favor.

-Tranquila, sé lo que hago -susurré.

- De todas formas ¿tú que haces aquí? Eres un acosador.

- Mira, mocosa malcriada, te estoy ayudando. Mira a tu alrededor, si no fuera por mí ya estarías siendo violada por cuatro en el baño. Agradece, y deja de estar de molestosa.

Se quedó en silencio un poco avergonzada. De hecho, se ha puesto roja de vergüenza, y debo admitir que se ve bastante linda así. Aún está bajo mi brazo, y cuando el hombre pasa por detrás de nosotros, la estrecho más contra mí y cruzó su cabello hacia el frente buscando que no se vea tanto. Bueno, la ventaja es que la iluminación aquí lo hace ver de otro color. 

El camarero, un tipo llamado Dave que conozco por razones varias trajo nuestras sodas. Después de un rato el hombre se fue.

- Y... ¿porqué me ayudas?

- Estoy aburrido, me pareció interesante para matar el rato y variar.

- Ah, pero dijiste que podría meterte en un lío.

- Ya me he metido en muchos líos, se como salir de ellos. A diferencia tuya, que vienes a meterte aquí cuando estoy seguro que no conoces este lugar.

- Ya, vale, entendí ¿okey? -tomó un sorbo de su soda-. Él ya se fue, puedes dejar de abrazarme.

- Que arrogante, ¿crees que lo hago porque me interesas? -me alejo-. Solo es para que no se te acerquen idiotas. Pero, como dijiste, el hombre no está aquí así que yo me iré. Arreglate como puedas. 

Me levanto de la barra y dejo el pago a Dave, dispuesto a salir cuando ella me detiene.

- Espera.

- ¿Qué quieres?

- Saldré contigo.

- ¿Ahora quieres estar conmigo? Mucho te resististe.

- Cállate maldito arrogante. 

Salimos de allí. Lo cual me alegra porque el olor a alcohol ya me estaba incomodando.  

- ¿Y tú que? ¿Te vienes a mi casa o algo?

- Si, porqué no.

- Eres una loca.

- Loco con loco se entiende.

- Como sea, a mi perro no le agradan las visitas.

- ¿Cuál? ¿El negro del otro día?

- Sep. 

- Ah... no se, tu átalo.

- Hey, es su casa, a quien debería amarrar es a ti. ¿Que no temes que te secuestre o te venda por ahí?

- Neh. ¿Y tus padres que? ¿No les importa que lleves una desconocida a casa?

- Oh si, les importara si estuvieran allí. Demasiado parloteo, calla y camina.

El resto del camino permanecimos en silencio. No podía evitar mirarla de reojo, debo admitir que aunque es una tabla no se ve mal. De hecho, tiene unos ojos muy atrayentes... Ahg, ya estoy de nuevo. No es momento de fijarse en una persona así, Castiel. Son el tipo de personas que van y vienen, aparecen y desaparecen, no puedes encariñarte de gente así. 

Llegamos a mi casa, y Demonio, alegre fue a recibirme. Luego al verla gruñó un poco, así que le tranquilicé.

- Siéntete como en casa y bla bla bla.

- Anja. 

Creo que lo tomó bien literal. Se quitó mi chaqueta y se tiró al sofá a quitarse los zapatos. Tomó el control de la televisión, buscó un canal, y definitivamente parecía que era su casa. Llené el tazón de comida de Demonio, saqué unos sándwich que estaban en el refrigerador y me tiré en el suelo, bajo el sofá.

- Toma -dije, pasándole un sándwich-. Oye, ¿que no deberías llegar a tu casa o algo? 

- Neh. Ya mandé un mensaje.

- Ah, como sea. Realmente te acomodaste como si fuera tu casa.

- No, si fuera mi casa me quitaría el sostén. 

- ¿Y para qué usas eso? No tienes nada que sostener -dije entre risas.

- Cállate maldito idiota. -me golpeó la espalda-. 

En la tv estaban pasando la película primera de Iron Man. La vimos en silencio. 

- Ah cierto. Este fin de semana harán una fiesta en la playa los muchachos de la escuela, dijeron que si te veía te avisara que estás invitada.

- Oh que bien -dijo sin mucha emoción-. ¿Y tú vas?

- No sé. Quizá. ¿Porqué? ¿No irás si no estoy? Se que te gusto pero tranquila, puedes pasarla bien con los demás también.

- ¡Ahg que idiota! Como si me fuera a gustar alguien como tú. Eres muy prepotente.

- Aun me sigo preguntando porqué diablos estás aquí.

-Tú tranquilo y mira la tv.

Después de un rato, recostada en el sofá volvió a hablar.

- Creo que me dejaré mi color natural de cabello. 

- ¿Ya te cansaste de ser punk?

- No soy punk. Y no es por eso. Llamará menos la atención, con este color me pueden identificar muy fácil. ¿Y tú que, cabello menstruación?

- ¡Oye ¿qué?! 

- Tranquilo, tranquilo, mira la película. 

- ¿Acaso me crees un niño que puedes tranquilizar solo haciendo que mire la tele? No te burles de mi cabello niña punk. Si me haces enojar te saco de aquí. 

- Ya, no te pongas así. Eres muy susceptible.

Media hora más tarde se fue. Al despedirse me dio las gracias y me besó la mejilla. Lo último que dijo fue "Nadie debe saber que estuve aquí, así que shh". Me quedé parado frente a la puerta unos minutos sorprendido. Ella debe ser bipolar o algo. Como sea, estoy que me caigo del sueño.



Soñé con ella.  

Estaba durmiendo en la hierba, y ella se me acercaba y me besaba la frente. Entonces la abracé y rió. Nos quedamos tendidos en la hierba mirándonos, hasta que puso una expresión triste y consternada. Estaba por decirme algo muy importante, pero sea lo que fuera, no pude saberlo porque Demonio me despertó.




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Buenas! Si, si, se que tengo siglos sin pasarme por aquí. Pero, intentaré darle mas seguimiento a este fanfic, vale? 

Gracias a los que dan su apoyo mediante sus votos y comentarios n.n




Vidas oscuras (Castiel CDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora