Prólogo

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Acomodo mi cabello color plata lentamente procurando llamar la atención del chico de la otra fila del avión, aun no lo consigo, sólo la atención de mi hermana.

-Megan para de acomodar tu cabello!, lo has hecho más de 5 veces en estas últimas 2 horas-dice mi querida hermana Nora sentada a mi lado.

-Lo siento, tampoco es para tanto-lo intento otra vez y miro al lado disimuladamente- solo es que lo siento un poco enredado, es todo.-esta vez me ariesgo a mirar nuevamente y logro atisbar una intensa mirada.

-Mamá está durmiendo, tengo sueño sabes?-dice bostezando-despiértame media hora antes del aterrizaje porfis.

Miro otra vez hacia el atractivo chico del otro pasillo, me guiña un ojo y apunta con su mano al baño-¡si lo logré!-dije mentalmente alzando los puños.

Le digo a Nora que voy al baño, esta ni se molesta en escucharme.

Camino contoneándome por el pasillo hasta llegar la puerta, por el rabillo del ojo me doy cuenta de que otros pasajeros se me quedan mirando embobados, alguno que otro con deseo en su mirada.

Al abrir la puerta lo primero que veo es un dios griego mirándome intensamente, se para rápidamente rodeándome la cintura y yo su cuello con mis brazos. Su boca busca mis labios para unirlos en un beso apasionado lleno de deseo, me empuja contra la pared –en mi cabeza empieza a sonar la canción hipnotízame - del baño, sus manos empiezan a buscar nuevas rutas ascendiendo y finalmente quitando mi blusa junto con mi sostén.

No me quedo atrás y mis manos descienden lentamente hasta llegar a su miembro, la tela de su pantalón no resistirá más, va a explotar.

-yo te ayudo con este problema-le susurro en el odio, se estremece ante mi contacto.

-nena-

-Megan-le corrijo.

-follatela entera-dice mientras con una mano me aprieta el pecho y con la otra lo masajea.

Gimo ante este contacto tan repentino, yo solo creía que nos besaríamos en el baño, no que tuviésemos un sexo oral o algo por el estilo. Aunque no puedo negar que se siente bien, incluso excelente, ya que técnicamente es mi especialiad.

Me estoy excitando mientras lo beso, el me mueve los senos y yo aprieto su amigo como si no hubiese un mañana, por eso no me doy cuenta cuando me da un último apretón y se mete mi pezón en su boca.

Eso demuestra que para un hombre es muy importante tener una mujer con los pechos grandes, la erección crece considerablemente y él se apega más a mí para que la sienta mejor, gime mientras me la chupa. Como yo también se jugar me agacho y quedo a la altura de su cremallera.

La miro considerablemente y lo desabrocho, le bajo los pantalones junto con el bóxer.

Wow! Su miembro es considerablemente grande incluso para mí que he visto varios.

Comienzo dándole besos en la punta lenta y suavemente. Luego lo masturbo con la mano, me divierte verlo diciendo que se la chupe rápido que ya no puede resistir más.

-tendrás que esperar- digo admirando los 22 cm que este chico tiene, bien dotado.

-Megan no seas puta y hazlo ya!-exclama haciendo gestos de excitación, pobre, se nota que no tiene mucha resistencia.

Como me da un poco de pena, lo sigo masturbando arrancándole varios "oh" y otros cuantos "sigue, más rápido". Consigo que se corra y todo su semen me cae en la cara y en mis pechos, el chico guapo me mira con bástate excitación y deseo, se nota que quiere que me abra de piernas, para explorarme metérmela durante horas, sigo con el pantalón puesto.

-ni lo pienses-a pesar de ser francesa y tener el apellido "caignard", no significa que me prostituya con cualquier chico guapo que me encuentre-solo oral nene.

-Más vale no abrirse de piernas-pienso.

El chico asiente y me acerca su polla para que lo aprecie una vez más para que me lo meta a la boca, le doy unas cuantas lamidas al principio, luego agarro confianza y enrollo mi lengua, le esta fascinando tanto como a mí. Vaya, cuanto me encanta chupar pollas grandes y gruesas, tiene suerte que la haya tenido, de lo contrario nunca hubiésemos llegado a este extremo.

Siento como su respiración se agita cada vez que le succiono la polla-en otras palabras fallársela- por mi parte no encuentro que exista algo mejor, saboreo nuevamente el líquido salado y blanquecino que entra a chorros en mi garganta.

-bébelo, chúpalo entero, sigue y te hare yo ahora mismo el oral nena-dice entre gemidos.

-no, gracias- le respondo, bebo lo que queda en mi garganta, me abrocho el sostén y ocupo la blusa, me arreglo y me miro al espejo para comprobar mi apariencia.-será para otra vez, fue un gusto.

Cierro la puerta y me siento junto a Nora.


Mas vale NO abrirseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora