Stalker.

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Él era tan hermoso y único. Era inevitable crear una pared con todas sus fotos. Algunas sacadas desprevenido, otras sacadas de revistas, otras sonriendo, todos eran diferentes fotos, pero en todas, salía perfecto.

Me acerqué a la pared de sus fotos. Me incliné en mi favorita, donde salía unos hoyuelos en sus mejillas y sonreía con sinceridad. Le planté un beso en sus labios de papel.

–Buenos días, hermoso–susurré.

Me di media vuelta y busque la ropa que me iba a poner, tenía puesto mis bragas y mi sostén negros. Volví a dar media vuelta, a ver la pared mientras me cambiaba, imaginándome que él estaría ahí, viéndome vestirme. Dios.

–Estas viendo mucho, amor–Sonreí y me reí–¿Te gusta lo que vez?– dije terminando de ponerme el vaquero.

Si– dijo, sonreí y me termine de vestir. Me peine el cabello y me lo agarre en una cola de caballo–. Estas hermosa.

–Gracias, bebé–susurré acercándome a su foto y volver a dar un beso en sus labios de papel–. Nos vemos después–dije y me guinde mi bolso en mi hombro derecho para correr escaleras abajo.

–¡Adiós mamá!–grite, pasando por la cocina y llegar a la puerta principal.

–¡Emily, espera!–ella me gritó desde la cocina. Me detuve en la puerta impaciente. Me di cuenta que no tenía chaqueta para el frío, así que me puse una que estaba en un perchero al lado de la puerta, mientras esperaba a que llegara mi mamá a donde estaba yo.

–¿Qué pasa?–pregunte cuándo estuvo al frente de mi.

–¿Para dónde vas?–ella preguntó con sus brazos cruzados en su pecho. Levante una ceja ¿desde cuándo era tan curiosa?

–A trabajar–mentí. Iba a otra parte más importante que a trabajar.

–¿A está hora?–dijo mirando su reloj–. ¿Tú horario no es a las 3:00pm a 6:00pm? Son la 1:30pm–ella levantó una ceja, estaba sospechándo algo.

–Mi compañera de trabajo no va a ir hoy, tengo que ir más temprano para cubrirla y se me hace tarde, debí estar ahí a las 1:20, sí me disculpas...–dije abriendo la puerta para salir. Mamá me agarro de la muñeca y me jaló de nuevo adentro, pero sin cerrar la puerta.

–Cuídate, no te metas en problemas, Emily, ¿entiendes? No quiero buscarte otra vez en ese lugar–habló seriamente, tanto que me causó un poco de miedo, pero inmediatamente fue borrado tal sentimiento, ese lugar era lo máximo.

–Está bien, mamá–le aseguré para calmarla, sabiendo que no iba a cumplir nada, puede ser que vaya para allá solo un rato. Me acerqué a mi mamá y le di un beso en la mejilla y procedí a irme al "trabajo".

~.~

Llegué a casa, busqué la llave en la maceta al lado de la puerta, y después la introduje en la cerradura.

Entre a casa dejando la llave de emergencia en la mesa que estaba al lado de la puerta. También deje mi bolso de cuero blanco ahí.

Llegue a la sala de estar, observando cada rincón. Nunca había notado que mi casa era hermosa; tenía unos muebles de cuero puro que posiblemente cuestan trece mil dólares hasta incluso más. Era un mueble en L, como ya había mencionado de cuero, esponjados y muy cómodos. Me senté un rato en estos, apreciando y disfrutando de su comodidad. Me quité mi chaqueta y la tire en un lugar del sofá gigante. Me puse de pie y empecé a subir las escaleras. 

No sin antes entrar a la cocina y admirarla.

Era una cocina hermosa, la mesa estaba en el medio era blanca mientras que las estanterías eran negras, que hermosa cocina. Revise la nevera-que por cierto era negra- y había comida, jugos y frutas y verduras. Agarre una agua mineral que tenía bastantes, la destape cuando estaba subiendo las escaleras.

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