babies for lou ❀ ls

Capítulo XIV

La lluvia caía afuera con fuerza, era muy raro en esta época del año. Louis, sentando en su cama, recortaba algunas imágenes sobre los medios de transporte y de comunicación que presentaría para la clase de los niños mañana.

Llevaba tres días sin hablar con Harry, sólo contestaba con monosílabos, o hablaba cuando en verdad era necesario. Al parecer, Harry ya había notado la actitud del más bajo, pensaba que eran las hormonas del embarazo y lo dejaba, para no molestarlo.

El rizado entró a la habitación que compartía con Louis, algo apurado. El castaño dejó su trabajo manual y se fijó en los movimientos del otro.

Harry revisaba el armario, revolviendo su propia ropa, murmurando cosas que ni él mismo entendía, Louis comenzaba a desesperarse, ¡estaba revolviendo toda su ropa! Y claro, Harry no movería ni un dedo para arreglarlo.

—Harry, Harry, Harry —le habló y el ojiverde parecía no escuchar—. ¡Harry! —gritó. Ahora si volteó.

—Oh, hola, Lou.

Saludó sonriente, como si hace unos segundos no haya estado revolviendo el armario completo.

—¿Qué hacías? —preguntó el ojiazul cortante, volviendo a su tarea de cortar y pegar.

—Hmm, buscando cosas —contestó con simpleza.

—¿Y para eso tenías que revolver todo? Harry, puedes preguntar, y lo sabes —dijo con el mismo tono de voz antes usado.

—Sí pero, uh, no sé si... —dijo nerviosamente jugando con los anillos de sus dedos.

—Sólo dilo, por Dios — rodó los ojos.

—Hmm, okay... Tu sabes... ¿Tu sabes dónde está la última caja de condones que compré?

El castaño lo volteó a ver desconectado, ¿para que carajo quería su novio una caja de condones?

—¿Para qué o qué...?

—Bueno, verás... Hoy Zayn me habló, y dijo que quería hacerle una broma a Niall, de poner condones inflados y llenos de cosas raras en su auto —explicó, sentándose a un lado de Louis, éste sonrió ante la loca idea de su amigo y asintió, comprendiendo.

—Están en el baño, detrás de las pastillas.

—Gracias, cielo —el rizado se acercó al ojiazul y besó ruidosamente su mejilla. Louis sonrió tontamente, se regañó mentalmente, no, no debería de sonreír, estaba enojado con Harry.

Su novio fue directamente al baño, después de tomar todo se asomó por la puerta para avisar que saldría un rato a hacer tal broma con Zayn.

Louis suspira, toca su panza abultada, arregla los anteojos de pasta gruesa y negra, pensando en que otra vez se quedó sólo.

El teléfono fijo comenzó a sonar, con toda la pesadez del universo se paró, bajó las escaleras y contestó.

—¿Sí?

—¡Louis, hijo, bebé! —estaba claro que era su madre.

—¿Qué pasa, mami? ¿Algo anda mal? —cuestionó, frunciendo sus delicadas cejas.

—No, nada, llamaba para preguntarte si podías hacerme un favor, Lou.

—Claro, má, te escucho.

—Necesito que cuides por una semana a Lottie, las chicas y yo iremos a Londres a ver unas cuantas cosas, uh, ella tiene que quedarse por unos exámenes, ¿puedes?

Aceptó, cuidar a una adolescente de 17 años no sería tan difícil, ¿o si?

—Claro que sí, ¿cuándo sería? Para que arregle la habitación en la que estará.