Prólogo

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Una vez más, castigada, parece que nunca aprenderá, y se repite de nuevo la imagen de Carolina, sentada en su escritorio con el ceño fruncido, es lo que tiene decirle a tu hermano de cinco años que es adoptado y que el se lo crea...
No es la primera vez que Carolina se pasa el día castigada, que va, han habido varias más, como cuando tiró la bomba fétida en el aula de ciencias, o cuando le hizo creer a su desgraciadamente manipulable hermano que era un mono, ya que eran nuestros antepasados, y estuvo durante una semana dando saltos y gritando como un vulgar animal.
Sus padres, pobres, ya no sabían que hacer, habían intentado tantas cosas, miles de charlas, castigos de todo tipo, no quedar con sus amigos incluso, y no había servido de nada.

CarolinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora