Esta historia comenzó en un lluvioso mes de Octubre, cuando sin venir a cuento una madre estaba a punto de dar a luz a un chiquillo muy especial.
Su nombre es Penélope, con tan solo 22 años lleva 7 meses con su hijo en su seno, que rompiera aguas tras tan solo haber pasado semejante número de meses, preocupó tanto a ella como a su novio. Pero ella estaba ahora más atenta al pitido resonante de una máquina que se encontraba junto a ella, ansiosa de que le pusieran esa tan famosa epidural que era la salvación para las madres que estaban de parto, pero esta no llegaba.
Pronto llegó a la sala un gran hombre preocupado, era bastante alto y venía vestido con traje. Aquel hombre era el futuro padre de aquel pequeñajo que estaba muy cerca de nacer, se puso junto a la madre agarrándola fuertemente de la mano, quería hacerla sentir que él estaba con ella. Aunque no fuera el padre biológico del pequeño, ella confiaba totalmente en él con que haría una excelente labor de padre.
Pronto llegó una enfermera junto al médico, estos empezaron a hablar y pudieron ver ambos padres que le iban a poner la epidural que tanto deseaba la joven de ojos castaños que se encontraba con lágrimas en los ojos.
Pasaron horas, pronto llegaría el final del día de ese 11 de Octubre y el niño no nacía. Los médicos salieron de la sala pidiéndole al novio de la madre que les avisara si veían que pronto ocurriría el momento del parto, dejándoles solos y ellos comenzaron a conversar.
- Estas siendo demasiado bueno con todo esto, ni siquiera estas presionado a hacerlo, no tienes ninguna responsabilidad. - dijo Penélope sincerándose con su novio, Álvaro.
- Sabes que quiero hacerlo, quiero ayudarte de la forma que sea, me da igual que no sea mío o que no tenga ninguna responsabilidad. Se que quiero hacerlo. - le respondió mostrando una sonrisa completamente sincera.
Pronto empezaron a escucharse por detrás de las ventanas el resonar de las gotas de lluvia chocando contra el bordillo de estas y deslizándose lentamente por los cristales demostrando de este modo que, en efecto, había comenzado a llover. Al instante la mujer sonrió, ella amaba la lluvia, era un ambiente que le gustaba muchísimo, pero no por el brillo del entorno que se vuelva un poco más oscuro, sino por el olor de este agua. Ese era uno de los olores preferidos de Penélope y aunque ella no fuera capaz de expresarlo con palabras no importaba, porque tras olerlo ella siempre le salía una sonrisa automáticamente en su cara, y aquello no necesitaba una mejor explicación.
Una contracción salvaje apareció y Álvaro pensó en avisar a algún médico corriendo pero la joven de cabellos rubios le detuvo colocando una de sus manos en sus muñecas, agarrándolo y obligándolo a que se sentara de nuevo a su lado. El joven entendió que aún no iba a nacer el bebé puesto que de ser así, las contracciones deberían de haber sido más continuas pero de momento estas habían cesado y por ello era preciso esperar, pues el hospital "12 de Octubre" estaba algo ocupado ese día atendiendo a un gran número de personas que habían tenido un accidente ese mismo día.
La chica se puso a pensar, y tras un rato dándole vueltas a algo que se le pasaba por la cabeza, finalmente esta se dirigió hacia su novio.
- Se que quieres responsabilizarte y que crees que estas preparado para ello. Pero... ¿y yo? ¿y si no soy capaz de sacar adelante a mi hijo? ¿y si no soy una buena madre? - este rió ante la repentina acumulación de dudas que esta le soltó en apenas un segundo. Sin embargo, esta mostró una mueca de enfado. - Te lo digo en serio.
- Me rio porque sé perfectamente la respuesta ante esas preguntas y hasta hace poco menos de medio minuto pensaba que tu también la conocías.
- Pues ya ves que no... - dijo sonando un tanto obvia. - y bien - continuó. - ¿Me vas a decir la respuesta? - dijo algo mosqueada por la necesidad de obtener aquella respuesta, que más que una preocupación se había convertido en una curiosidad ante lo que este pensaba.
- Vale... pues lo que yo pienso es que serás seguramente la mejor madre del mundo, porque alguien con tu gran bondad no puede ser capaz de ser una mala madre.
- Gracias. - dijo la embarazada con rapidez, mientras acercaba a su novio a sus labios y se unían ambos en un beso el cual se llenaba de las risas de ambos tras lo espontáneo de la situación.
Siguieron un rato así hasta que las constantes de la mujer se aceleraron y empezaron las contracciones, rápidamente, Álvaro salió en busca del médico que estaba con ellos y Penélope se quedó sola, bueno en realidad sola no, ella nunca había estado sola en esos últimos siete meses gracias al crío que se encontraba dentro de ella. Pero la hora de que este naciera estaba próxima a este momento.
Llegaron, junto a Álvaro, el médico y la enfermera de antes. Empezaron a decirle a la madre que debía de empujar, esta le hizo caso intentando mantener la constante de: respira, empuja, respira, empuja...
Estuvieron así un buen rato hasta que finalmente salió la cabecita del pequeño niño que estaba a punto de entregarse al mundo que le recibía con los brazos abiertos.
- Empuja! - le decían todos los de la sala.
- Y que os creéis que estoy haciendo!?? - les contesto algo enfadada la madre, aunque eso, era de esperar en su situación.
Finalmente, el niño nació, justo en ese momento pitó el reloj de Álvaro que llevaba atado a su muñeca. Este lo observó y se dio cuenta de que aquel niño había nacido a las 12 de la noche del día 12 de Octubre en el hospital "12 de Octubre", se sorprendió ante ese hecho y miró a la mujer queriéndoselo explicar sin embargo esta ya estaba asintiendo la cabeza dando a entender que se había dado cuenta.
- Este niño va a ser muy especial, lo presiento. - dijo Penélope mientras sujetaba a su hijo recién nacido en sus brazos.
- Estoy seguro de que sí. - respondió el padre dándole una sonrisa muy tierna a su novia mientras le apoyaba su mano en su hombro.
_________________________________________Espero que os guste esta historia, tengo muchas esperanzas y ideas para ella asique espero ansioso vuestro apoyo :3
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I'm Faded
RomanceEs la historia de Nick Miller, un chico cuya inteligencia y creatividad le hacían ser único en el mundo, sin embargo, su extrema bondad y cordialidad permitirán que cualquier persona se hiciese con este talento, consiguiendo de este modo que Nick re...